My Mad Fat Diary es una serie británica del canal E4 que consta de tres temporadas y que ha sido nominada a los premios BAFTA. Se estrenó en enero de 2013, y su historia se basa en el libro My Mad, Fat, Teenage Diary, de la escritora Rae Earl. Estrenó su segunda temporada en febrero de 2014, y en verano de 2015 cerró la historia con una tercera y última temporada.
Nos cuenta la historia de Rachel Earl (Sharon Rooney), una adolescente de 16 años que acaba de salir de un hospital psiquiátrico después de estar cuatro meses ingresada. Rae retoma su relación con Chloe (Jodie Comer), su mejor amiga de la infancia, que no sabe nada sobre el estado mental de Rae. La adolescente aprenderá a vivir en el mundo de su nuevo grupo de amigos mientras intenta mejorar todo lo que esconde su cabeza.
¿Qué es lo que hace a esta serie tan especial? Reino Unido, un pequeño pueblo. Los 90.Los adolescentes más transgresores y divertidos… La serie es la perfecta combinación de drama, humor y música (muy buena música). Un retrato preciso de los problemas de los adolescentes y, especialmente, de cómo una chica de 16 años con un evidente problema no solo mental, sino alimentario, tiene que adaptarse a la vida que le toca vivir.
Los personajes nos van a guiar a través del mundo de My Mad Fat Diary y conseguirán que nos enamoremos de ellos y que nos sintamos identificados con ellos: Rae, la protagonista, tiene un sentido del humor de lo más especial, es reservada, insegura y le asusta ese mundo al que se tiene que enfrentar; Linda (Claire Rushbrook), la madre de Rae, es el reflejo de cualquiera madre de una adolescente; a Kester (Ian Hart), el psicólogo de Rae, le querremos contar todos nuestros problemas… Y a ellos le sumaríamos la gang (el «grupo de amigos») de Rae: Chloe, la impresionante mejor amiga; Finn (Nico Mirallegro), el reservado y gruñón; Izzy (Ciara Baxendale), la excéntrica del grupo; Chop (Jordan Murphy), la oveja descarriada, y Archie (Dan Cohen), el romántico y sensible.
Los temas que trata la serie no solo consiguen atraer a un público adolescente, sino también a uno adulto. Desde problemas típicos de cualquier quinceañero (de los 90 o de ahora, esta serie no tiene época) hasta un adulto que vive cierta situación similar a la de cualquiera de sus personajes.
Sentirás la necesidad de devorar las tres temporadas de un solo visionado, y, sin duda, te dará lecciones en cada capítulo.
LO MEJOR:
- La música de los 90, el humor británico y cómo te hará reflexionar.
LO PEOR:
- Solo son 16 episodios, y necesitarás más cuando la termines.
Irene Alva
