UNA NOCHE CON MI EX SUEGRO

A estas alturas parece prácticamente inevitable tener la sensación de que nada nos va a sorprender en el universo cinematográfico (y, a decir verdad, en el mundo en general) y que cualquier cinta que vamos a ver tiene reminiscencias de otras que ya hemos visto. Y es cierto: innovar hoy en día se antoja una asignatura pendiente tanto en el panorama comercial como en la escena más indie. Sin embargo, ¿quién dijo que eso fuera, necesariamente, negativo?
Si bien la fórmula cómica de Una noche con mi ex suegro nos resulta familiar, y por resultarnos familiar también nos lo resultan hasta los aires de superioridad que desprende J. K. Simmons al principio de la cinta (y que tanto nos gustan, todo sea dicho), esto no siempre es un aspecto que desmerezca el producto. A fin de cuentas, el objetivo último de una comedia es entretener y Una noche con mi ex suegro cumple ese cometido aunque, quizá, sin dejarnos todo el buen sabor de boca que debiera.

Una noche con mi ex suegro cabalga entre road movie y buddie movie con el agradecido toque de que los protagonistas ni son colegas, ni ex convictos, ni amantes, ni policías ni todos los tándem que se nos podrían ocurrir en principio. Son dos personas unidas por un lazo casi azaresco: la ex novia de uno es la hija del otro. Y esa relación yerno/suegro a la que tantas veces se suele recurrir en las comedias (a veces, como en el caso de la trilogía Los padres de ella, incluso es el tema principal de la cinta) es lo que hace que, en conjunto, la práctica totalidad de todo lo que nos enseña Gavin Wiesen en Una noche con mi ex suegro nos suene peligrosamente familiar.
Ahora bien, ya lo señalábamos unas cuantas líneas atrás, esto no tiene siempre que suponer un aspecto negativo y, en este caso, podemos olvidarnos de los clichés durante algunas escenas y salvar la cinta. Una cinta que, aunque entretenida, no logra que pasemos de la sonrisa a la carcajada como nos habría gustado. Claro que eso es una gesta al alcance de muy pocos productos en la actualidad…

Una noche con mi ex suegro supone un intento más del panorama indie por elaborar una comedia para todos los públicos, con un notable reparto protagonista y con un guion que, aunque logra mantener un ritmo constante durante todo el filme y no tiene altibajos muy desmedidos, es consciente de sus limitaciones y no tiene más pretensiones que la de centrarse en que el espectador pase una hora y media despreocupado de todo lo que no sea la pantalla que tiene ante sus ojos y lo que el destino tenga a bien depararles a Martin (Hirsch) y al señor Gallo (Simmons).
LO MEJOR:
- Su falta de pretensiones.
- El dúo formado por Emile Hirsch y J. K. Simmons.
- Las escenas que nos brindan Roberta y Gary.
LO PEOR:
- Carece de la cantidad de escenas cómicas que pide una cinta así.
- Su argumento nos es demasiado familiar.
- No llega a provocarnos las carcajadas que debería.
Silvia Martínez