CAVERNÍCOLA
Hubo un tiempo, que quien escribe rozó apenas con la punta de los dedos, en el que los futbolistas se llenaban de barro, se pegaban duro y se recreaban en sus hormonas y en lo que la sociedad les decía…
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Hubo un tiempo, que quien escribe rozó apenas con la punta de los dedos, en el que los futbolistas se llenaban de barro, se pegaban duro y se recreaban en sus hormonas y en lo que la sociedad les decía…