SIEMPRE ALICE
El terrible drama humano de la pérdida de memoria. Los crueles achaques del cerebro enfermo. SIEMPRE ALICE se esfuerza en retratar la dureza del diagnóstico y vida de una joven y temprana paciente de alzhéimer (el sucesivo deterioro tanto físico como mental de las personas que ven su vida derramarse poco a poco por el desagüe), pero, ya sea por flaqueza de sus creadores o del material original -recordemos que el guión de SIEMPRE ALICE es adaptado de una novela de Lisa Genova-, lo único que hace es minimizar la tragedia familiar que comporta el alzhéimer y fallar al intentar elevar el relato más allá del drama humano, por él sólo ya suficientemente real y terrible.
Sus problemas empiezan con un guión poco imaginativo en el que no se indaga en la ironía macabra del destino (que dispone a una estudiosa de la memoria a la pérdida de la misma) y un apartado técnico totalmente inocuo que no está en sintonía con la magnitud de la tragedia que se cuenta (encabezado por una fotografía muy menor y una banda sonora repetitiva y que intenta forzarnos emocionalmente), y termina con un montaje aburrido y una dirección muy académica y sin riesgos, que la sitúa en la misma amarga línea que los terribles telefilmes de sobremesa de domingo que programa Antena 3.
Aunque existe un halo de luz que hace brillar con luz propia a SIEMPRE ALICE: el que emana sin cesar de la genial actuación de JULIANNE MOORE, por la que ya ha ganado un merecido Globo de Oro, y por la que vuelve a estar (merecidamente) en primera línea de fuego. Capaz de transmitir la pérdida de sueños, esperanzas, ambiciones, inteligencia, familia, amistades y relaciones con el simple uso de miradas (como más avanza el metraje incluso podemos notar cómo se le apaga la luz de los ojos, esa luz que los pacientes de alzhéimer se dice que ‘pierden’) y gestos, MOORE demuestra una vez más la gran actriz que es y siempre ha sido, levantando ella sola una película muy floja por encima del umbral de la mediocridad. Aunque no es la única. La dirección de actores (y, en el caso de MOORE, la calidad de los mismos) de GLATZER y WESTMORELAND es solvente y efectiva, pues ALEC BALDWIN, KATE BOSWORTH y KRISTEN STEWART son remarcables en sus papeles como marido e hijas sufridores.
Donde AMOUR de HANEKE triunfaba al tratar la pérdida de la identidad de la forma más pura posible (casi documental), SIEMPRE ALICE se hunde en el infierno de los melodramas prefabricados (casi telefilmes) de la industria cinematográfica. Tiene la suerte, sin embargo, de poder alimentarse de la genial actuación de JULIANNE MOORE para no caer, paradójicamente, en el olvido (mediático).
LO MEJOR:
- La soberbia actuación de JULIANNE MOORE
- Los directores RICHARD GLATZER y WASH WESTMORELAND consiguen hacer soportable una actuación de KIRSTEN STEWARD y ALEC BALDWIN
LO PEOR:
- Tratamiento superficial de la enfermedad y cómo afecta a los que deben convivir con ella
- Fotografía totalmente inocua, banda sonora repetitiva y un montaje aburrido