QUERER: TERRORÍFICO RETRATO DE UN MATRIMONIO
El pasado 31 de octubre se proyectaron en el South International Series Festival los dos primeros capítulos de Querer. Esta miniserie de Movistar+ está escrita y dirigida por Alauda Ruiz de Azúa (Cinco lobitos). Explora un tema inédito en las pantallas españolas: la violencia sexual en el seno de la pareja.
Nagore Aranburu (Patria, Loreak) es Miren, la protagonista absoluta. Una mujer que tras treinta años de matrimonio abandona su acomodado piso en el centro de la ciudad. ¿El motivo? Acaba de denunciar a su marido, un influyente empresario, por violación continuada.
Consciente de lo mucho que va a sorprender su testimonio, de lo mucho que sus circunstancias van a cambiar, de las pocas referencias para un caso como el suyo, Miren no deja que nadie le haga cambiar de opinión. Sabe perfectamente lo que ha vivido, aunque le haya costado años llegar a esa conclusión. A lo largo de los cuatro capítulos que dura la miniserie, no vacilará. Lo único que busca ahora es justicia reparadora. Claro que, ¿existió alguna vez la posibilidad de alcanzarla?
Con un Euskadi que avanza hacia el invierno, más envuelto en lluvia y neblina a medida que avanza la causa judicial, Miren también se va apagando. Ruiz de Azúa disecciona junto a los guionistas Júlia de Paz y Eduard Solà la historia de un matrimonio que empezó con la tradicional historia de amor y noviazgo y acabó convirtiéndose en una cinta de terror.
Cuando fallan las palabras
A Miren le cuesta dar forma a lo que vivió. La denuncia está redactada, pero cuando le preguntan por algo relacionado con el caso se bloquea.
¿Cómo explicar el clima de terror al que su marido la sometía, si nunca le puso la mano encima? ¿Cómo explicar la hostilidad que el hombre desprendía, que podía alargarse días, cuando ella se negaba a satisfacer sus deseos sexuales? ¿Por qué a sus hijos les cuesta creerla ahora, si estaban ahí y conocen a su padre? ¿Cómo van a creerla entonces los demás?
Porque la violencia que Miren denuncia sucedió en la más remota intimidad. En un dormitorio, con las luces apagadas. Y por eso, muy acertadamente, Alauda Ruiz de Azúa evita caer en flashbacks o en otros recursos explícitos.
El espectador va a tientas, con la única prueba del dolor de Miren y lo que sabemos de su marido, interpretado por Pedro Casablanc (Dolor y gloria, La infiltrada). En otras palabras: a ciegas. Como lo están los propios jueces, encargados de repartir esa justicia reparadora.
Hombres normales y corrientes
El resto del elenco lo forman Miguel Bernardeau (Zorro, 1899) como Aitor e Iván Pellicer (Sagrada familia) como Jon. Aitor es el mayor, de aspecto sobrio y serio; en otras palabras, parece la reencarnación de su padre. Jon, en cambio, es de carácter más abierto y estilo de vida más alternativo. Su primer impulso es posicionarse con su madre, a diferencia del mayor.
Pero la situación es demasiado tensa, demasiado repentina, y pronto todos empiezan a dudar de todo, incluso de sí mismos.
Pedro Casablanc es el monstruo de la historia. Así ha terminado viéndolo Miren, que tiembla nada más reconocer sus pasos en el pasillo, que a duras penas puede estar en su presencia. Sin embargo, desde fuera parece un hombre corriente, de mal genio y con tintes machistas, quizá, pero no el monstruo capaz de cometer décadas de violación.
Esto se debe también al trabajo de Alauda y el resto del equipo por mostrar una serie de personajes sin juzgarlos. Algo que añade otra capa más de complejidad a una historia breve y directa, pero que deja un poso oscuro en el espectador debido a su gran escala de grises.
Terreno inexplorado
Querer nos plantea un conflicto que podría calificarse de nuevo. Un dolor tan grande que cuesta dar forma con palabras, de ahí quizá que Miren pase gran parte de la historia en silencio. Es a través de sus miradas, sus gestos y su silencio que nos vamos aproximando al dolor (descomunal Nagore Aranburu, protagonista absoluta).
Pero a Miren no solo le fallan las palabras: le fallan también sus hijos, algunos seres queridos. Le falla todo un sistema que como víctima la obliga a revivir una y otra vez los hechos.
Miren no tendrá más remedio que asomarse de nuevo al mundo. Un mundo del que ha estado alejada, aislada, tal y como procuraba tenerla su marido, en la burbuja de familia de clase alta. A medida que avanza la serie, profundizaremos en las dinámicas de la relación y reconoceremos otros patrones de maltrato.
Querer logra romper el silencio. El silencio denso que aún rodea el mundo de la violencia sexual, más aún en la violencia ejercida por conocidos.
Aunque la protagonista deberá enfrentarse al rechazo inicial de los suyos, la serie nos muestra lo que hay detrás de este tipo de reacciones contra la víctima. Porque en ocasiones nos aferramos a la versión de la realidad que menos nos obliga a actuar.
Los cuatro capítulos de Querer ya están disponibles en Movistar+.
Elena Romero