POPSTAR: NEVER STOP NEVER STOPPING
Existen películas que consiguen refrescar el ambiente que crea la industria cinematográfica y todo lo que arrastra. A veces, algunos audaces creadores de contenidos de humor se atreven a asomarse a la magnánima industria del cine, y pocos consiguen sobresalir. Es el caso de Andy Samberg (Brooklyn Nine-Nine), Akiva Schaffer y Jorma Taccone, miembros del programa de humor Saturday Night Live (NBC) y conocidos en Internet como The Lonely Island, creadores del temazo de aquel verano de 2011 I Just Had Sex, interpretado por Akon. El trío, cuyas parodias musicales tan simples como pegadizas los llevaron al estrellato, ha coescrito, dirigido y protagonizado Popstar: Never Stop Never Stopping junto al productor versado en la comedia Judd Apatow (La boda de mi mejor amiga, Begin Again). Una comedia despiadadamente paródica de los desastres que la fama acarrea cuando se encuentra en las manos incorrectas.
Las estrellas de la música angloparlante deben querer (o al menos apreciar mucho) a este horrible a la par que adorable trío de eternos adolescentes, que se ganan la vida riéndose de los grandes éxitos de la industria. De no ser así, no participarían en este curioso experimento que es Popstar, donde el peculiar grupo consigue que nuestros ídolos se rían de ellos mismos y sus pequeñas excentricidades.
La película se desarrolla a modo de documental para narrar la vida de una neoestrella del pop. Un producto fabricado reluciente por fuera, pero vacío por dentro, incapaz de ver más allá de su tambaleante éxito. Justin Timberlake, Pink, Mariah Carey, Ringo Starr, Usher o 50 Cent son solo algunos de los famosos que aparecen relatando el impacto mediático del ficticio rapero Conner Friel (también conocido como Conner4Real), un tipo infantil e irresponsable que perderá la cabeza por conseguir cada vez más atención por parte del público hasta perder su propia dignidad y principios. Una estrella que fue catapultada a una fama precipitada junto a sus amigos de la infancia Lawrence y Owen como The Style Boyz, siempre aupado por su representante, interpretado por Tim Meadows (lo recordaréis por Chicas malas o Niños grandes).
Desgraciadamente, las pérdidas que ha sufrido la cinta de Universal Studios la convierten tristemente en un flop. Tal es el caso que la productora ha decidido sacarla al mercado directamente, sin pasar por la gran pantalla. Su carácter provocador no ha sido suficiente para el público norteamericano, acostumbrado a las emociones fuertes y al dramatismo hollywoodiense, características que curiosamente se ven parodiadas en la propia película. Las sensaciones que provoca Popstar son tan variadas como insuficientes; el ambiente es demasiado recargado, los chistes son típicos, aunque a veces llevados al límite. Las situaciones son un tanto grotescas y la elegancia brilla por su ausencia, otra crítica a ese «lujo de plástico» tan de moda entre las nuevas generaciones musicales.
Irónicamente, la superficialidad que tanto critica Popstar se convierte en su principal punto débil. El guion no consigue darle la emotividad que los cinéfilos buscamos siempre en un largometraje. Ojo, que con emotividad nos referimos más bien a esas cosquillas, ese arte de saber tocarnos algún punto sensible que consiga hacernos conectar con la película. En su infinita ironía y carácter canalla, rodeada por un aura de estrellas y gente importante, la comedia de The Lonely Island aprueba a duras penas un proyecto que carece de pretensión para toda su ambición.
Seguramente no sea de las películas más profundas ni más inspiradoras del 2016, y los que buscan vibrar y emocionarse con el cine no encontrarán en esta un lugar donde refugiarse. Sin embargo, y al tratarse de un primer flirteo de Samberg y compañía con la gran pantalla, es una comedia fresca que los amantes del humor más salvaje disfrutarán.
LO MEJOR:
- Humor transgresivo y polémico.
- Números musicales surrealistas e hilarantes (abajo os dejamos uno de los temas más bestia)
- La satisfacción de ver a los famosos desenvolverse en un ambiente más relajado para reírse de ellos mismos y su propio mundo.
LO PEOR:
- Algunos gags son fáciles y están repetidos hasta la saciedad.
- No inspira mucho; si acaso, te hace odiar la industria musical.
- La intensidad es desigual y hay una carencia de contrastes importante: pasan de un extremo a otro sin pararse en los detalles.
Naomi Barki