Si existe un tema que por su universalidad nunca pasará de moda, es la muerte. El ser humano, miedoso por naturaleza, ha intentado huir siempre de la trágica realidad que supone el fin de una vida, bien convirtiendo la muerte en tabú, o adornándola con leyendas o fabulaciones religiosas. A lo largo de la historia, en las diferentes sociedades que han existido, ha sido tradición despedir al muerto con algún tipo de ritual para simbolizar el principio de una nueva etapa en un nuevo mundo. Actualmente, a medida que la humanidad ha ido rechazando el concepto de una vida después de la muerte para adoptar una visión más intelectual y científica, la naturalidad con la que se llevaba la muerte en siglos anteriores ha ido perdiéndose a medida que los avances científicos han regulado la mortalidad. No hay mejor manera de reflexionar sobre temas tan escabrosos como la muerte que con una buena serie, y aquí os dejamos las razones por las que no deberíais perderos A DOS METROS BAJO TIERRA.

(¡SPOILERS!) *Este artículo ha sido escrito pensando en el público que ha visto la serie completa.

1. LA MUERTE, SIN FILTROS

Algunos dicen que existe un mundo en el que descansan los muertos. Otros que las almas quedan ligadas a aquellos lugares que marcaron sus vidas. Lo cierto es que a dos metros bajo tierra es donde se encuentran los restos físicos de todos aquellos que no sobrevivieron a éste mundo. Lo fácil cuando se trata de la muerte es dejar que la tragedia, todo lo macabro, ocupe todo el primer plano, pero en la serie se plantea la idea de la muerte de forma mucho más natural, como el final de un camino.

Decir que A DOS METROS BAJO TIERRA es un drama por tratar la muerte de forma tan cercana resulta poco acertado, ya que es más que eso. Es una serie elaborada de un modo tan realista que recuerda a LOS SOPRANO por la sencillez que transmite, hasta el punto de hacernos sentir que pertenecemos al mundo que vemos en nuestras pantallas. Ésa es una de las razones por las que consideramos que es una de las joyas del mundo televisivo, una ventana abierta a un modo de vida tétrico y algo escabroso que hace reflexionar sobre nuestra condición humana, sobre la vida, y sobre la muerte.

2. SIMBOLISMO Y PARALELISMOS 

Se necesita mucho tacto para que una serie cuya piedra angular es la muerte, sea tan sutil y bien argumentada. Una de las claves del éxito de A DOS METROS BAJO TIERRA es el continuo uso de simbolismos que aparecen primero en la apertura y después a lo largo de la serie. Son introducidos de manera sutil para no perder el carácter realista de la serie. Por otro lado existen contradicciones que resultan muy atractivas para la mente humana, y ALAN BALL guionista de AMERICAN BEAUTY lo sabe muy bien. Ya en la película mencionada hacía acopio de una gran elegancia al tratar un tema tan polémico como el deseo de un padre de familia hacia la mejor amiga de su hija, una elegancia que no pierde al tratar otro tema controvertido como es la muerte. A medida que pasan los capítulos se desdibuja una clara tendencia a mezclar elementos que, a priori, no tienen nada que ver, creando paralelismos. Por ejemplo, toques de humor en situaciones dramáticas hacen que la serie tenga un tono de comedia negra. También se contrapone la vida a la muerte, ya que una pierde valor sin la otra, y se analiza la manera que tiene la sociedad de afrontarse a la pérdida de una persona cercana, todo ello tratado de manera elegante, otra contradicción que nos vuelve locos. Para apoyar ésta característica, la estética de la serie está bien cuidada; es elegante, aunque no en exceso, ya que quiere mantener una naturalidad para que, más que una producción, parezca casi un documental. El ritmo es pausado, todo parece estar calculado para presentar a la familia Fisher y su particular vida.

3. LA FAMILIA FISHER

Los Fisher son una extraña familia. Profundamente común, pero extraña y envolvente. Cuando el patriarca de la familia Nathaniel Fisher (RICHARD JENKINS) muere arrollado por un autobús, el primogénito Nate (PETER KRAUSE) deberá volver a su hogar familiar para ayudar a su hermano David (MICHAEL C. HALL, DEXTER) a hacerse cargo del legado de su padre: una funeraria. A DOS METROS BAJO TIERRA nos presenta la peculiar vida de una familia que lucha por mantener la cordura en el mundo frío y desolador en el que les ha tocado vivir y, cada uno a su manera busca un modo de escapar de la realidad.

4. PERSONAJES COMPLEJOS Y REPARTO A MEDIDA

Otro de los elementos que dotan a la serie de una calidad que pocas producciones consiguen tener es un elenco de actores que consiguen romper todos los moldes y dar más realismo a sus personajes. Todos y cada uno de los que aparecen en la serie realizaron interpretaciones que no sólo calaron en el público sino que fueron aclamados por la opinión pública y debidamente premiados. A parte de los personajes de David y Nate Fisher, disfrutamos de una FRANCES CONROY (AMERICAN HORROR STORY) maravillosa en el papel de Ruth, viuda y matriarca de los Fisher, LAUREN AMBROSE como Claire, la incomprendida menor de los Fisher que acabará encontrando refugio en el arte o RACHEL GRIFFITHS interpretando a Brenda Chenowith, la atractiva y tóxica amante de Nate. Aparte del elenco principal, A DOS METROS BAJO TIERRA nos ha regalado actuaciones estelares de actores que hicieron su debut en la serie y que se han convertido en verdaderas referencias en el mundo de la interpretación como es el caso de PATRICIA CLARKSON que ganó un Emmy por su papel de hermana hippie y alocada de Ruth Fisher.

5. LA MUERTE COMO NEGOCIO

En A DOS METROS BAJO TIERRA la muerte cobra vida a través de la familia Fisher y se convierte en un negocio, perdiendo así su condición de tabú. Para ellos no existe una connotación ética, se trata de un servicio como otro cualquiera que responde a unas necesidades sociales y ante todo, biológicas. Pero no son de piedra y esta actividad les provoca efectos adversos, y no es para menos; se enfrentan día a día a la muerte y viven bajo el mismo techo que los difuntos que enterrarán al día siguiente. No es de extrañar que sus almas, lejos de desaparecer, sigan presentes en el mundo real a través de la imaginación de David, Nate, o el empleado del negocio encargado de acondicionar a los muertos, Federico García (FREDDY RODRIGUEZ). Y en el caso de los hermanos, no sólo son los clientes los que comunican con ellos, sino que el fantasma de su padre es un personaje crucial en la serie que, a pesar de ser fruto de su imaginación, tiene un gran peso en sus vidas.

6. CRÍTICA SOCIAL BRILLANTE

A DOS METROS BAJO TIERRA es una serie con un alto contenido de crítica social tan profunda y grotescamente verosímil que en ocasiones desemboca en situaciones que dan vergüenza ajena. Y es que en realidad no es una serie que trate de la muerte, sino de lo que ésta ocasiona en la vida de los que se quedan. Porque cuando se trata de muerte es imposible obviar la vida que la precedió, y cuando se piensa en una vida, al final se acaba pensando en la vida, en la humanidad. Por eso en cada capítulo se trata un tema diferente, más o menos controvertido pero siempre de actualidad: en el bien y el mal, en la pobreza y la riqueza, en la religión, en la familia… Pero si hay un tema repetido en todos y cada uno de los capítulos es la homosexualidad, introducida por la pareja formada por David Fisher y su novio Keith (MATHEW ST. PATRICK), una referencia a nivel mundial por convertirse en una de las primeras parejas ficticias homosexuales de la historia de la televisión.

7. ESTRUCTURA ÚNICA

La estructura de la serie también es decisiva en el éxito de la misma: en primer lugar, la apertura es una de las más sublimes de la historia de la televisión por su sutileza y el simbolismo que desprende. Tras la intro, cada capítulo empieza con una o varias defunciones, lo que ayuda a dar esa visión natural de la muerte, y todos los difuntos son tratados de igual manera; no importa la edad, el sexo, el color de piel o la religión, cada persona fallecida y su familia merecen el mismo respeto. Así en cada episodio conocemos múltiples familias de diferentes clases sociales, con diferentes situaciones, lo que hace de la serie una oda a la vida y a la humanidad.

8. UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO MUY ACERTADO

Vivir en sociedad requiere un control obstinado de nuestros impulsos más primarios; nuestra manera de huir de la jaula social es abstraernos en nuestra imaginación donde se reflejan nuestros deseos y miedos más profundos. En la serie, para recurrir a ello utilizan constantemente un recurso que consiste en introducir las fantasías de los personajes como si se trataran de escenas reales: una contestación fuera de tono, una confesión inconfesable… Todo aquello que reprimimos para poder vivir en paz, sin que nada incomode nuestras inalterables vidas. Y es un recurso que va evolucionando a medida que pasan las temporadas y que los personajes evolucionan y, aunque a veces resulte algo desconcertante por no saber dónde empieza lo real y dónde acaba, resulta interesante ver en una serie desvelar algo tan humano como nuestros arrebatos.

9. AFRONTAR LA MUERTE 

Si al principio decíamos que no era un drama, la pérdida de uno de los personajes principales en la mitad de la quinta y última temporada le da el toque oscuro que le faltaba para ser una serie dramática. Los cinco últimos capítulos encierran una profundidad que en el resto de capítulos no aparecía: la muerte de alguien a quien conocemos. Tras cinco temporadas conociendo y viendo evolucionar a los personajes, a pesar de que la muerte se viva en cada capítulo, es duro ver cómo uno de los protagonistas se escapa, dejando a su familia desconsolada y a nosotros un poco decepcionados, aunque nos reponemos rápido. Porque si algo nos ha aportado A DOS METROS BAJO TIERRA es fuerza y mecanismos para aceptar, afrontar y entender la muerte, devolverle su naturaleza real y terrenal, dejar de verla como enemiga para aprender a resignarnos y comprender que todo viene y todo pasa, en un ciclo, un bucle finito del que se debe tomar lo bueno y olvidar lo malo.

10. UN FINAL REDONDO

Probablemente sea uno de los finales mejor conseguidos de la historia de la televisión. Termina esbozando en una línea temporal, imaginaria o quizás certera, un resumen del camino que tomarán los personajes hasta su muerte. BALL mantiene el estilo borroso e indefinido que caracteriza la serie, traduciendo de manera literal nuestra manera de pensar y actuar: la mente humana en todo su esplendor tiende a imaginar el futuro y preocuparse, en ocasiones demasiado, por éste, sin recordar que al final del día todo lo que importa es el presente, y no las confabulaciones creadas por una mente. La serie finaliza con un mensaje de esperanza y oda a la vida escondido tras la tristeza de despedirnos de una de las mejores series de la historia.

A DOS METROS BAJO TIERRA es de esas series que te torturan el alma, ya no por la crudeza de su contenido, sino por reflejar la realidad de forma tan transparente. Los personajes son reales, llenos de miedos y dudas. Sus problemas son tan parecidos a los nuestros que establecemos paralelismos entre nuestra propia vida y la ficción, como ocurre con toda buena historia. Y como en toda buena serie, las cinco temporadas están acompañadas por una banda sonora magistral y muy acertada, con una gran diversidad de estilos musicales que hacen que disfrutes aún más del recorrido. Porque si la vida es un camino, con series como ésta se hace más ameno avanzar. 

Naomi Barki

LA BATALLA DE LAS SERIES

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