INGLESA, AMARILLA Y CONSPIRANOICA: RAZONES PARA ENGANCHARSE A UTOPIA.
Pregunta por ahí, si no lo crees: la definición más habitual que encontrarás sobre UTOPIA (DENNIS KELLY, 2013) es «la serie inglesa amarilla conspiranoica». Tres adjetivos que, después de dos temporadas, la definen a la perfección. Más allá de todo lo que hayas visto/oído/leído sobre el hit inglés de la temporada, aquí van tres bolas extra para disfrutar, si aún no lo has hecho, de las andanzas de Jessica Hyde y sus ¿amigos? contra la Red.
Serie inglesa:
Todos conocemos el tópico: serie inglesa=calidad marciana. Gran parte de la culpa de esa identificación la tiene la cadena que emite UTOPIA: CHANNEL 4. El cuarto canal inglés nace en 1982 como una alternativa privada al duopolio televisivo en Gran Bretaña (BBC/ITV), y rápidamente se desmarca de las anteriores: contenidos actuales, independientes y con un punto de provocación. Durante los 90’s, ellos son los que traen a las islas británicas SOUTH PARK, FRIENDS o emiten GRAN HERMANO… todo vale con tal de atraer la audiencia. En 2003, el Gobierno británico, preocupado por el rumbo populista de la programación de la cadena, obliga a C4 a seguir unas directivas en su programación:
- Demostrar innovación, experimentación y creatividad en sus programas.
- Apelar a intereses y beneficios de una sociedad multicultural.
- Contribuir con programas de naturaleza educativa y de valores.
- Mostrar una personalidad diferenciada.
Esto, lejos de limitar, espolea a la cadena, que emite algunas de las más originales series de los últimos años en UK: MISFITS, DEAD SET, THE IT CROWD, QUEER AS FOLK, BLACK MIRROR o UTOPIA (podéis recuperar aquí nuestro especial sobre ficción británica). Ejercicio de imaginación: trasladar esta situación a España, con el Gobierno pidiendo a TELECINCO que… en fin, dejémoslo ahí.
Estamos acostumbrados a que, por definición, tópico o tradición, una serie inglesa está obligada a unos estándares de calidad e innovación. Pues bien: una serie de Channel 4 está obligada… por ley. Es lógico que nos gusten tanto.
Serie Amarilla:
Sí, querido lector. Así como TWIN PEAKS era roja, o WEEDS era verde, UTOPIA es amarilla. Mucho. Color de alarma, de toxicidad, y hasta de tortura, si somos más rebuscados (EDGAR ALLAN POE vistió de amarillo a la Tortura en LA MÁSCARA DE LA MUERTE ROJA). En realidad no se trata tanto de teñir de amarillo cada plano como de buscar ese elemento distintivo, esa marca de estilo, que hace que UTOPIA no sea una serie más. Mucha gente ha tachado a la creación de DENNIS KELLY de efectista, tramposa, sensacionalista (¡amarilla!) o vacua. Pocos son los que le ponen un pero a su impecable factura técnica y diseño artístico. Y es que a veces, la estética potencia una historia resultona, y la catapulta al estatus de Obra de Arte.
Bueno, tampoco nos pasemos.
El uso de una paleta de colores saturada al límite se ve complementado por una planificación muy alejada del estándar televisivo: enormes planos generales y elegantes y frías composiciones casi pictóricas, mostrando a unos personajes a la fuga, perdidos en su entorno. No es fácil encontrar planos como éstos en una serie televisiva común y corriente.
El caso es que UTOPIA ha llamado muy poderosamente la atención por su apartado visual y sonoro, y eso es mucho decir en un medio en plenitud en cuanto a posibilidades técnicas y artísticas como es el de las series en los últimos años.
Serie Conspiranoica:
Si eres de los que sospechan que Facebook es una aplicación del gobierno americano para recabar información gratis, o que Monsanto es el brazo alimentario de una conspiración alienígena para esclavizar a la población mundial, UTOPIA es tu serie. La cantidad de elementos que DENNIS KELLY rescata de la tradición conspiranoica mundial para dar vida al retorcido argumento de la serie es tremenda: eugenesia universal, peak oil, manipulación gubernamental de Internet, lobbies secretos que controlan países enteros…
Quizá este elemento no es original, ni mucho menos, en las series contemporáneas (la añorada EXPEDIENTE X abrió el camino), pero siempre ha probado ser una fórmula de éxito. En un mundo que se queda, poco a poco, sin villanos, el temido Nuevo Orden Mundial demuestra ser el Enemigo por excelencia. Un enemigo capaz de encontrarte en cualquier lugar del mundo, de convertirte en un criminal a los ojos de tus seres queridos. O simplemente capaz de convencerte de que, en realidad, no son los malos de la película, sino los salvadores de la raza humana.
La narrativa tradicional dicta que la grandeza del héroe es proporcional a la entidad del villano. Siguiendo ese dogma, los protagonistas de ‘Utopia’ son poco menos que los Vengadores del mundo real. Pero para colmo, consigue ir un poquito más allá: ¿y si ese Nuevo Orden Mundial es un mal necesario? ¿Acaso no están asegurando la continuidad de la especie humana?
«Serie inglesa amarilla conspiranoica», sí, y a mucha honra. Y ojo: con sus concesiones al show, con sus personajes incoherentes o con sus agujeros negros de guión. Pero no vas a encontrar muchas series por ahí con esa factura, o con ese arranque demoledor, o con momentos como ese ma-gis-tral primer capítulo de la segunda temporada (¡en gloriosos 4/3!).