ESPECIAL UN VERANO DE CINE EN EL PALOMITRÓN: AGOSTO
Pasar una ola de calor es más fácil si eres capaz de imaginarte cómo es un mes de agosto en el Condado de Osage, una antigua reserva india situada en el centro-sur de los Estados Unidos, de paisajes áridos, carreteras desiertas cubiertas de calima y caminos de tierra que llevan a casas aisladas y sin piscina en mitad de la nada. En una de estas casas viven un exitoso escritor llamado Beverly Weston y su mujer Violet. Es precisamente la voz de Beverly enmarcando un monólogo inicial en off el que nos introduce en un mundo triste y decadente a través de un poema de T.S. Eliot que viene a decir algo así como que la vida es muy larga.
Desde el primer minuto, la película de JOHN WELLS que lleva por nombre el tiempo y el espacio en el que transcurre, es una película a corazón abierto que sirve crudos los sentimientos más oscuros que puede albergar un corazón demasiado aburrido o demasiado hambriento de venganza. Hace dos años la obra teatral de TRACY LETTS se convertía en largometraje de mano de un director experto en series de televisión, pues JOHN WELLS ha estado a cargo de grandes nombres como SHAMELESS o URGENCIAS y se lanzaba con su segundo largometraje después de THE COMPANY MEN estrenada en 2010. Fue el propio LETTS, actor y productor además de escritor, el encargado de convertir el teatro en guión, aunque ya tenía experiencia después de KILLER JOE (2011).
La historia en el papel era potente, devastadora y explosiva. Sólo podían contar con un gran reparto para darle vida de una forma tan sublime. Actores que hicieran fácil lo extremadamente difícil y un buen texto. Poco más. Y así, los elegidos para la gloria fueron CHRIS COOPER (Charlie), EWAN MCGREGOR (Bill), MARGO MARTINDALE (Mattie), SAM SHEPARD (Beverly), DERMOT MULRONEY (Steve), JULIETTE LEWIS (Karen), BENEDICT CUMBERBATCH (Little Charles), JULIANNE NICHOLSON (Ivy) y ABIGAIL BRESLIN (Jean). Todos y cada uno de ellos merecen que nos detengamos, pero las que se comen la pantalla son MERYL STREEP encarnando a Violet y JULIA ROBERTS en el papel de su hija Bárbara, ambas nominadas en la edición de los Oscar de ese año.
Johnna (MISTY UPHAM) está en mitad de una entrevista de trabajo. Callada, correcta, escuchando a quien va a contratarla advertirle sobre los problemas de la mujer a quien tendrá que cuidar desde ese momento cuando dicha mujer entra en escena, potente y desgarradora. Una MERYL STREEP con el pelo cano y medio rapado y las arrugas más protagonistas que nunca, con la piel pálida y la rabia a flor de piel nos enseña desde su primer minuto en pantalla quién es Violet y qué nos va a ofrecer. Nos violenta, nos incomoda. En esta primera escena todos somos esa mujer india sentada en un silla con las manos entrelazadas, sin dar crédito a lo que ve, una mujer inestable y adicta a las pastillas que no se lo pondrá fácil a su cuidadora igual que no se lo ha puesto fácil a su marido. Ya desde primera hora sospechamos que esta mujer no se lo ha puesto fácil a nadie en absoluto.
Beverly agacha la cabeza y mira hacia otro lado mientras su mujer le deja en evidencia entre alaridos, gritos y constantes tambaleos. Beverly es un hombre atormentado, mensaje captado. Se puede acusar de muchas cosas a AGOSTO, puede ser un dramón, pero no es un dramón lento. La información nos llega en cada escena de forma rápida y concisa. Parpadea y te lo pierdes. Directos al grano. Nada de relleno. Cada escena tiene un propósito claro, cada frase dentro de la escena es útil y crucial. Este hombre triste y atormentado a quien dan ganas de abrazar tiene un plan para terminar con esa vida decadente. Y de repente, una deliciosa transición que utiliza una música muy alegre para contar un suceso muy trágico.
Aparecemos en el apartamento de Bárbara. Suena el teléfono y lo coge su hija Jean, una adolescente en plena efervescencia que está siendo testigo directo de la depresión de su madre. Bárbara (JULIA ROBERTS) yace sobre la cama, y con el método eficaz de aprovechar cada palabra nos pone en situación: ‘Si es tu padre dile que se vaya a tomar por culo’. Mujer divorciada o en proceso, sin ninguna preocupación por no influenciar a su hija en contra de su padre y bastante enfadada. Recibido.
Si agosto ya es caluroso y un mes de agosto en el condado de Osage lo es más, una reunión familiar forzada puede empeorar las cosas. Y así, terminan embarcados en un incómodo viaje en coche en el que puede palparse la tensión entre Bárbara y su marido pero también entre Bárbara y su hija. Bárbara le cuenta a su marido que una vez su madre quiso comprar un periquito y éste murió a los dos días. Consternada, su madre volvió a la tienda de animales para que le dieran otro y éste segundo pajarito murió inmediatamente. Finalmente el veterinario decidió acercarse a la casa para ver en qué condiciones estaban los animales para caer como moscas… ‘Era el calor’.
Beverly ha desaparecido. Hay una extraña en casa ocupándose de todo a quien Violet llama despectivamente ‘la india’. Y al escuchar a hablar a esta entrañable señora sobre su marido enseguida nos percatamos de que el hombre que está describiendo es el mismo hombre que su hija Bárbara tiene sentado al lado. Bill es muy parecido a Beverly en casi todo: inteligente, misterioso y encantador. Y por supuesto, la relación que Bárbara mantiene con él es exactamente que la que mantiene su madre con Beverly, una constante de humillaciones y rencores anquilosados con miradas cargadas de emotividad y reproches. ¿Por qué ha desaparecido su padre? ‘El matrimonio es duro’, confiesa Bárbara.
Y siguiendo con matrimonios conflictivos, en el minuto trece aparecen en pantalla Charlie y Matti Fay, cuñado y hermana de Beverly. Su conflicto particular no se hace esperar, y es que antes de que conozcamos al pequeño Charlie (CUMBERBATCH), ya sabemos que su madre no le tiene demasiada estima. A partir del minuto veinte tenemos servida la trama entre Bárbara y su madre: ‘Rompiste el corazón a tu padre cuando te marchaste’. Las constantes ausencias de la mayor de las tres hermanas se convierten en la explicación perfecta de Violet para la desaparición de su marido.
‘No viniste cuando me diagnosticaron el cáncer. Beverly desaparece y aquí estás’. Envidia. Resentimiento. Conversaciones pendientes desde hace mucho tiempo. ‘Mamá, ¿estás colocada?’, responde Bárbara, dejando claro que las hijas están al tanto de las adicciones de la madre. También están acostumbradas a sus exageraciones y sus teatrillos. Tanto que Ivy, la única que ha permanecido cerca de sus padres todos estos años, está anestesiada y rezuma indiferencia. La terrible noticia no se hace esperar y la desaparición de Beverly se torna suicidio para que STREEP pueda regalarnos una escena de esas que se te quedan grabadas a fuego en la retina. A pesar de estar rodeada de prácticamente todo el reparto, en pantalla sólo hay dos personajes: Violet y la canción de Eric Clapton ‘Lay Down Sally’.
Estamos en la media hora de película y WELLS nos ofrece una exquisita sucesión de planos desvistiendo y vistiendo el cadáver de Beverly, tremendamente íntimos y hermosos. Muy cerrados. Dos minutos más tarde conocemos a Karen, la última de las tres hermanas, una mujer patética, ridícula y con una evidente falta de autoestima encarnada por una JULIETTE LEWIS vistiendo mi interpretación favorita de ella. Acompañada por su despreocupado y vanidoso novio Steve (DERMOT MULRONEY), construido para que a todos nos resulte evidente quién es, salvo para Karen.
Llega el momento de que conozcamos a uno de los personajes más adorables y más tiernos de BENEDICT CUMBERBATCH, Little Charlie. Posiblemente esta pareja de actores nos ofrezca la única, muestra de auténtico amor incondicional en toda la película. El personaje de Little Charlie consigue enamorarte desde que se baja del autobús con aire despistado e histérico. Enamora en sus silencios y en sus esfuerzos por hablar sin tartamudear.
Si AGOSTO fuera una cena en un buen restaurante, los entrantes y el postre serían excelentes, pero quedaría claro cuál es el plato fuerte. Y es que el antepasado teatral de la cinta queda latente en una maravilla de escena que a pesar de su duración se hace corta, intensa, incluso cómica en ciertos momentos. La escena de la comida después del funeral es una de las mejores que he visto en el cine. A nivel de texto y a nivel de interpretación. A partir del momento en el que se sientan a la mesa, Violet nos regala su artillería más pesada presentada de la forma más cruel y mordaz de la que es capaz, dibujándose a la perfección así misma y desnudando hasta los cimientos a todos los presentes. Parece algo de justicia divina lo del cáncer de su boca con todo lo que suelta. Un festival de personajes retorcidos, perfectamente construidos y sin pulir desnudos en la pantalla para deleite del espectador más exigente. Y sin efectos especiales. Sólo es necesaria una mesa y una decena de sillas para hacer disfrutar a quien escucha como un niño.
El póster de AGOSTO es el clímax de esta escena en la que JULIA ROBERTS se abalanza sobre MERYL STREEP arrebatándole el poder de su casa. A partir de ese momento sus órdenes resuenan entre las paredes, empezando por la redada de pastillas que llega como un eco del pasado. Esta vez Violet está impotente. Dicha impotencia se ve perfectamente retratada en una escena en la que madre e hijas acuden al doctor a ponerle los puntos sobre las íes. Violet pide que detengan el coche porque necesita vomitar y con las mismas echa a correr por una pradera típica del Estado, entre grandes montones de paja enrollada.
Otra de las grandes escenas del largometraje es la conversación mantenida entre las tres hermanas en una especie de invernadero del jardín. Entre risas, Ivy confiesa que está con su primo Charles y que ambos van a marcharse a Nueva York. Una noticia que sus hermanas, sobretodo Bárbara, reciben con cierto recelo. Los reproches y los viejos renconres una vez más no tardan en florecer. Para aquellos que siempre hayan sentido que la familia es algo que no puede elegirse, para aquellos que se hayan sentido extraños entre sus familiares, esta escena es un caramelo y un bálsamo sanador. ‘Sólo estamos unidas por una selección aleatoria de células’.
Y antes de que podamos recuperarnos de lo exquisito de los diálogos de esta escena, enlazamos con la siguiente. Que MERYL STREEP sea siempre brillante no puede significar que nos acostumbremos a su poder. Una escena en la que Violet cuenta una historia acerca de unas botas que le había pedido a su madre por Navidad. La historia retrata a su propia madre. Una especie de justificación o una disculpa tardía y no expresada por quién es y quién ha sido para sus hijas. Una mala madre. Una mala esposa. En definitiva una mala persona que no le ha puesto fácil nada a nadie, pero la vida tampoco se lo había puesto fácil a ella antes.
Si bien las múltiples tramas sólo están juntas en pantalla en la escena de la comida y sin manifestarse, después comienzan a pisarse unas a otras marcando un ritmo perfecto. Imposible aburrirse entre las salidas nocturnas para fumar maría, las empleadas de hogar persiguiendo a los invitados con una pala, las huidas nocturnas en camisón en flamantes coches descapotables y los secretos de familia estallando en el momento menos oportuno. Todo para llegar a una única conclusión: Bárbara es su madre. Bárbara se ha convertido en aquello que tanto ha odiado. Y su visita a Osage County ha terminado de poner de manifiesto lo cómoda que se siente en su papel de tirana heredado.
Cuando su futuro e irremediable exmarido y su hija abandonan la casa y tras ellos Matti, Charles y Little Charles, sólo queda una subtrama por resolver. ¿Se marchará Ivy con su primo Charles? ¿Ha sido tan secreto el secreto que ambos mantenían? ¿O existe un secreto aún mayor que su relación?. Una vez Violet y la mayor de sus hijas se queden solas en la casa, sólo faltará por saber si Bárbara se rendirá finalmente a su genética y a su destino tal y como hizo Violet después de su madre, o se revelará contra quien se supone que debe ser dejando claro que los lazos familiares nunca deben convertirse en cadenas. Y que la justicia ha de aplicarse a todas las malas personas, sean o no sean tu madre.
Si al igual que yo eres un amante del drama en su esencia más pura no puedes dejar de volver a disfrutar de esta maravilla, perfecta en todos sus aspectos. No se me ocurre una forma mejor de pasar una tarde de AGOSTO.