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ESPECIAL CHRISTOPHER NOLAN: EL CABALLERO OSCURO

Because he’s the hero Gotham deserves, but not the one it needs right now. So we’ll hunt him because he can take it. Because he’s not our hero. He’s a silent guardian, a watchful protector. A dark knight.

(Porque es el héroe que Gotham se merece, pero no el que necesita ahora mismo. Así que lo perseguiremos, porque él puede resistirlo. Porque no es un héroe. Es un guardián silencioso, un protector vigilante. Un caballero oscuro)

James Gordon, El Caballero Oscuro

No lo decimos nosotros: El Caballero Oscuro está considerada una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos. Es una de esas mágicas ocasiones en las que existe unanimidad entre público y crítica.

Christopher Nolan ya había puesto el listón alto con Batman Begins, pero es su secuela la que se llevó ocho candidaturas a los Oscar y dos estatuillas: la primera de ellas a Mejor edición de sonido, y la segunda, el Oscar póstumo a Mejor actor de reparto para Heath Ledger por su ya icónica y referente reinterpretación del Joker.

En esta ocasión, Jonathan Nolan se une por tercera vez a su hermano para firmar el guion, y el tándem Hans ZimmerJames Newton Howard vuelve a darnos una banda sonora para enmarcar.

En El Caballero Oscuro nos encontramos una Gotham que vuelve a permitirse soñar con la esperanza, donde las mafias que tanto daño han hecho a la ciudad se encuentran cada vez más mermadas y menos indemnes. Una Gotham protegida bajo el ala del murciélago en su alianza con el comisario Gordon (Gary Oldman). Ellos trabajan desde la sombra, mientras buscan el apoyo del nuevo fiscal del distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart) para que sea la cara visible de la lucha contra la delincuencia en las calles. Es con este plantel cuando entra en escena el Joker.

La premisa, e incluso el argumento de El Caballero Oscuro, son fácil y brevemente resumibles. Por el contrario, describir certeramente las implicaciones de la película y el por qué logra hacernos reflexionar y atraparnos de principio a fin es el verdadero reto. La consistencia del guion se debe a una construcción de personajes magistral. Tratándose de una cinta de superhéroes, es muy fácil caer en lo caricaturesco y vacuo, por eso lo verdaderamente meritorio es la profundidad que logra imprimir Nolan a una historia sustentada, en esta ocasión, por tres pilares titánicos, como son los personajes de Batman, el Joker y Harvey Dent.

La carta de presentación del Joker es probablemente una de las más efectivas y memorables escenas de El Caballero Oscuro. Esa secuencia que abre la película con un contundente y muy bien rodado atraco, sin necesidad de artificios, sino, por el contrario, minimalista en la narrativa, no solo mantiene la tensión desde los primeros minutos de metraje, sino que va perfilando a un villano extremadamente peligroso por el simple hecho de que no le importa nada, ni si quiera él mismo. Favorece al ritmo de la película la carencia de flashbacks, pues los diálogos por sí solos ilustran perfectamente la psicología del personaje: un psicópata, un terrorista. Un «agente del caos», como él mismo se autodenomina. Esa es la potencia del Joker: no tener puntos flacos porque no tiene nada que perder. No estamos ante un simple y excéntrico chalado. Esta versión dibujada por Nolan marca un hito en las adaptaciones del payaso por la inteligencia que desprende el personaje cada vez que busca llevar al límite a sus enemigos y demostrar que «la locura es como la gravedad: basta con un pequeño empujón». Ni que decir tiene que la actuación de Ledger acapara la atención del espectador con un magnetismo natural y turbador cada vez que aparece en escena (especial mención merece la «reunión» con la mafia y el interrogatorio).

En el extremo opuesto tenemos a Christian Bale, que repite como Bruce Wayne y sabe muy bien lo que se hace. Plasma al héroe atormentado por sus propios demonios, en constante pugna por conciliar su vida personal con el peso que supone llevar la máscara de Batman. Peso que acaba inclinándose inexorablemente hacia la protección de su ciudad aun si con eso tiene que retirarse del camino y mancharse voluntariamente las manos para darle a Gotham el héroe que necesita.

Lo cual nos lleva a Harvey Dent, casualmente apodado «el caballero blanco». Un hombre incorruptible, transparente, que decide su propia suerte. La moneda de dos caras es una metáfora brillante de esa integridad, y de forma brillante también esta se transforma al mismo tiempo que él cuando la pérdida y la venganza inflaman todo principio moral, poniéndose en bandeja de plata para servir de as bajo la manga del Joker. Ya lo decía Harvey: «O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para verte convertido en un villano».

Michael Caine, Morgan Freeman y el ya citado Gary Oldman completan el reparto como apoyos incondicionales para Bruce. En el plano sentimental, Maggie Gyllenhaal ocupa como Rachel el lugar que Katie Holmes dejó tras Batman Begins. E incluso hay un cameo de Cillian Murphy como El Espantapájaros (villano de la anterior entrega). Todos ellos son secundarios con mayor o menor protagonismo en El Caballero Oscuro, pero ¡qué secundarios!

Por último, no cabe olvidar a Gotham, personaje omnipresente en sí mismo. La jungla de rascacielos de Chicago le sirvió de escenario, brindándonos unas excelentemente ejecutadas y filmadas escenas de persecución, muy acordes al aire sombrío y claustrofóbico de «ciudad gótica».

En definitiva, Christopher Nolan ha demostrado con su trilogía de El Caballero Oscuro que el género de superhéroes no está limitado a la estereotipia que a veces se les achaca a los cómics. Él saca a los personajes de las páginas y se centra en sus traumas, sus claroscuros, su cuestionada y cuestionable moralidad, dotándolos de una complejidad y realismo que conectan directamente con el espectador. Y no solo eso: en un momento dado, Alfred (Michael Caine) dice que Bruce está siendo algo más que un héroe. Del mismo modo, esta película es mucho más que un blockbuster de superhéroes. Es un impecable y trepidante thriller cuyos 152 minutos podría ver y disfrutar cualquier persona aun no gustándole este género. Y eso se lo debemos al bueno de Nolan, que no solo ha reinventado una saga, sino que ha hecho que el Caballero Oscuro renazca.

Aitziber Polo

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Criminóloga con sueños de directora. Pisé el cine por primera vez a los dos años. Con siete vi cómo un cocodrilo gigante se zampaba una vaca entera de un bocado en Mandíbulas, y empecé a leer a Stephen King (y así me he quedado). Mi película perfecta tendría guión de los Coen, banda sonora de Zimmer + Horner y plotwist made in Shyamalan.