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CRÍTICA: UNOS DÍAS PARA RECORDAR

Unos días para recordar

 

Un paseo fantástico y muy agradable con unas grandes vistas nos acontece por el río Sena. Vemos la Torre Eiffel, la catedral de Notre Dame… Estamos en París, la conocida ciudad del amor… Un ambiente muy romántico y tranquilo hasta que de repente suena un golpazo y un hombre sale despedido por un puente cayendo al río ¿qué habrá pasado? Esto es lo que se investiga en el nuevo filme de JEAN BECKER (MIS TARDES CON MARGUERITTE, DEJAD DE QUERERME). Un cine el de este director francés cargado de historias de corazón, sencillas, pobladas de personajes con sentido del humor. Una vez más (y nosotros encantados) esto es lo que vuelve a mostrar BECKER en UNOS DÍAS PARA RECORDAR.

El filme sucede en París y nos presenta a Pierre, un hombre de unos sesenta años, que tras sufrir un accidente debe permanecer en el hospital sin recordar qué sucedió, ni quién fue el protagonista de su terrible altercado. Durante su estancia en el centro hospitalario, Pierre recibirá un montón de visitas: enfermeras, médicos, amigos, familia, pacientes… Una situación que le hará cambiar de forma de ver la vida.

Personajes humanos con sentido del humor que se acercan muy directamente al espectador gracias a su reparto, liderado por GÉRARD LANVIN (POINT BLANK). Un viudo de 60 años que paga la culpabilidad de sus hechos con el mal humor y que tendrá que convivir su día a día de reposo hospitalario con gente muy diferente a él. FRED TESTOT (EL LOBO FEROZ), en el papel de Maxime, el policía que trabaja en la investigación del caso y para quien la compañía de Pierre será muy importante. La enfermera en la ficción llamada Myriam que encarna CLAUDIA TAGBO (EL COCODRILO BOTSWANGA), el estudiante que vive de lo que se gana en la calle y gran salvador de Pierre, Camille, que es SWANN ARLAUD (MICHAEL KOHLHAAS). El fantástico personaje de la joven Maëva, MONA JABEUR, que es la ‘niña del facebook’ y el gran apoyo de Pierre allí y su hermano y única familia, Hervé, interpretado por JEAN-PIERRE DARROUSSIN.

 

Unos días para recordar

 

Una narración cuyo guión ha sido escrito por el propio director (JEAN BECKER) y JEAN-LOUP DABADIE, que adaptan la novela original, de MARIE-SABINE ROGER publicada en 2012. Esta es la segunda cinta que el director saca de un libro, ya hizo lo propio con MIS TARDES CON MARGUERITTE, obra, además, de la misma novelista. UNOS DÍAS PARA RECORDAR no puede recrear todos los pasajes del libro, pero sí respeta su espíritu y su tono.

En UNOS DÍAS PARA RECORDAR se resaltan los diálogos donde el sentido del humor, elemento predominante, convive con la reflexión. Esto se ve en el personaje protagonista, el de Pierre. A éste se le ve una evolución desde que entra hasta que sale del hospital, de gruñón a ver la vida más positiva y tomársela con más compresión y calma sintiéndose como una ‘rana diseccionada’. También regala muchas escenas de humor el personaje de Maëva, la niña roba ordenadores que está enganchada al Facebook, aspecto que refleja en la actualidad a los jóvenes, y que provoca en Pierre los antagónicos sentimientos del odio y el amor. La fotografía de JEAN-CLAUDE LARRIEU es consciente de que la mayor parte del tiempo el hospital es el único escenario es el hospital, escollo que sortea enriqueciendo la cinta con la atención hacia los personajes y lo que tienen que contar.

 

Unos días para recordar

 

Además, un punto muy fuerte de la cinta, quizá el más relevante, es la visión de una estancia en un hospital. La película elige decantarse por el lado positivo, lleno de humor, a la hora de retratar a cada uno de los personajes evitando centrarse en las penas que allí se sufren y que en la mayoría de cintas se reflejan. Ésta es un suspiro de aire fresco de como un accidente, en este caso, puede llegar a ser positivo en la vida de una persona gracias a las personas de las que uno se rodea.

Una vez más el fallo de estas películas es su falta de distribución y acercamiento a las salas que hace así que sea inaccesible para todo tipo de público. Una pena, ya que es una comedia deliciosamente francesa que envuelve de positividad a todo aquel que la ve.

 

LO MEJOR:

  • Sus personajes profundos y la interpretación de éstos.
  • Diálogos cómicos.
  • La relación entre los personajes de Pierre y Maëva.
  • Punto de vista positivo de la situación.

LO PEOR:

  • La previsible distribución limitada de la cinta.

 

 

María Páez

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Periodista que considera que para ser una verdadera cinéfila tienes que ser una 007, con licencia para devorar todo el cine. Eso sí, prefiero quedarme atrapada en una cueva con Michael Myers, el payaso de It, Chucky, y la niña de El exorcista que en un palacio con princesas de cuento.