CRÍTICA: EL CASOPLÓN (2025)
ANTECEDENTES
Joaquín Mazón tiene experiencia tratando con el gran público. Ha participado en grandes hitos nacionales, sobre todo en la pequeña pantalla: desde Doctor Mateo (2009) hasta Allí abajo (2015). Pero más recientemente en la grande: La vida padre (2022) o De perdidos a Río (2023) son ejemplo de ello.
Ahora, en plenas vacaciones de Semana Santa, Mazón estrena El casoplón, nueva comedia familiar en la que continúa su estela de historias destinadas al gran público. Lo acompañan varios rostros nuevos, pero apoyados en otros más conocidos como Raquel Guerrero (La vida breve, Machos Alfa) y Pablo Chiapella (La que se avecina).
LA PELÍCULA
Piscina olímpica. Sala privada de cine. Terraza con telescopio. Bodega. Jardines delanteros, traseros e incluso interiores.
Un lugar que se hace más atractivo aún si lo comparamos con un apartamento de cincuenta metros cuadrados en plena ola de calor madrileña.
Toñi y Carlos se asfixian aún más cuando expulsan a sus tres hijos de un campamento de verano. El jefe de Carlos, que trabaja en una empresa de jardinería, no le adelanta las vacaciones ni por esas. Por suerte, en el día de más calor a Toñi se le ocurre una solución.
Carlos abre la puerta del casoplón en el que está trabajando, cuyos dueños están de vacaciones, y ahí está su familia toallas y chanclas en mano. Vienen a pasar el día, pero la posibilidad de alargar indefinidamente las vacaciones va creciendo a cada minuto…

Aunque la estructura es algo previsible y no toma ningún riesgo, El casoplón logra el equilibrio entre la comedia familiar y el trasfondo social gracias al humor y a la inocencia de los niños.
La situación nos plantea todo un horizonte repleto de posibles desastres. Sin embargo, el humor, en lugar de apostar por lo meramente caótico, está muy contenido y se despliega más bien a través de detalles, sobre todo gracias a la interpretación de los actores.
Al final, Toñi y Carlos representan a la clase media que sueña con escapar de su realidad, pero cuyas expectativas se chocan frecuentemente con un muro. Los personajes disfrutan de la casa de lujo, pero a medida que pasa el tiempo es inevitable reparar en el contraste entre ambos mundos.
Un contraste que duele particularmente a Toñi, que aún suspira cada vez que pasa junto a su foto de graduada.
El Casoplón toma una fórmula que conocemos todos, y probablemente entremos a la sala intuyendo el final. Es una comedia familiar que pretende abarcar el mayor público posible. No obstante, toca temas complejos, como la frustración y la irritación vital cuando todo ahoga.
Y el espectador estará agradecido por este rato de entretenimiento, como si se colocara durante la rendija de aire acondicionado que no acaba con el calor, pero queu no lo hace con agradecimiento.
ELLOS Y ELLAS
En El Casoplón, la familia está en primer plano, por lo que hay pocos secundarios. En algunos tramos acompañamos a los niños en sus trastadas, pero es Toñi, la madre, la verdadera protagonista de esta historia. Al fin y al cabo, es el pegamento de la familia. Y la cinta podría considerarse incluso una carta de amor a ella.
Les acompañan en el reparto Nerea Pascual, Noah Casas y Álvaro Lafuente. La cámara los acompaña exclusivamente a ellos en algunos tramos. Nos asomamos a su mundo, un mundo en el que priman las posibilidades de aventura y los vínculos, ya sean de amistad o familiares, que están por encima de cualquier cosa… Incluso de una mansión como la que han invadido.

LA SECUENCIA
Los secundarios son muy carismáticos, también por la poca cantidad de personajes: una agente inmobiliaria al límite, un jefe con una peculiar forma de hablar, unas vecinas impresionables… Pero es la intervención de cierta cantante conocida por todos, vecina del casoplón, lo que más sorprende. Y no es solo un cameo, sino un secundario recurrente.
El encuentro entre ella y Toñi es realmente el motivo final por el que la familia decide alargar su estancia en la zona. Y donde las cosas amenazan más con torcerse…
LO MEJOR
- Equilibrio en el humor
- La interpretación de Raquel Guerrero como Toñi
- Secundarios carismáticos
LO PEOR
- Algunas bromas o situaciones algo manidas
Por Elena Romero