CRÍTICA: COCO, EL PEQUEÑO DRAGÓN
Si tenéis niños a vuestro alrededor, puede que os suene la historia de un pequeño dragón al que le gustan las aventuras y no es muy hábil a la hora de volar. Este es Coco, el dragoncito que ha dado luz a una serie de 26 exitosos libros (por el momento) y que fue creado en 2002 por el escritor de literatura infantil alemán INGO SIEGNER. Una historia de papel que ahora llega a la gran pantalla de la mano de HUBERT WEILAND (EL CABALLERO DON LATÓN) y NINA WELS (EL SONIDO DEL TRUENO) bajo el título de COCO, EL PEQUEÑO DRAGÓN.
Esta animación trata de la misión en la que se embarcarán Coco (MAX VON DER GROEBEN), el dragón de fuego que no sabe volar, junto con sus amigos: Oscar (DUSTIN SEMMELROGGE), el dragón vegetariano, y Matilde (CAROLIN KEBEKUS), el puercoespín. Juntos tendrán que recuperar la planta de fuego que han capturado los temibles dragones de Isla Dragón para así no terminar con la hierba de fuego que Coco tenía en su granero, ni alborotar la isla en la que viven.
La película enseña a los más pequeños que hay que intentar las cosas y no rendirse nunca, que hay que huir de los estereotipos (el dragón que vuela, el que come carne…), que hay que luchar por lo que uno quiere (en el caso de Coco el examen de vuelo)… además de valores como la supervivencia, la amistad (nunca hay que dejar a un amigo en los momentos difíciles) o el compañerismo. El guion del filme alemán, escrito por MARK SLATER y GABRIELE WALTHER, es claro, sencillo e inocente; y en la cinta, estructurada como un cuento (y que es un mix de los cuentos credos por SIEGNER), el ingenio prevalece por encima de la fuerza.
Una demostración perfecta para educar a los pequeños de la casa (de un rango de edad que va desde los 5 a los 10 años aproximadamente). Una película con varios objetivos; por una parte, el de entretener y, por otra, el didáctico, puesto que enseña a los niños esa serie de aspectos de la vida que poco a poco se irán encontrando, además de poder aprender cosas sobre la naturaleza o las técnicas de vuelo, por ejemplo. Aunque queda claro que esta aventura infantil está dirigida a los niños, los adultos no se aburrirán en los 80 minutos de metraje. No hay excusa, ya que se estrena en una buena fecha, vísperas de Navidad (qué mejor momento que este para disfrutarla).
Nos encontramos en la cinta con puntos cómicos para los pequeños (el personaje de Mini Mo, el encuentro de los tres amigos en la isla Dragón, la vuelta a casa…), pero también para los mayores (el personaje de la madre de Oscar y sus constantes llamadas en busca de su hijo durante toda la narración). Una moraleja continua que mostrará a los niños el amor de la familia y la prisa por querer crecer. En este caso, el abuelo de Coco le da a su nieto una lección cuando le deja al cuidado de la hierba de fuego: cada cosa viene en su debido momento y que no hay que tener prisa por hacerse mayor. También exalta la confianza que existe entre la relación de los abuelos y sus nietos.
Estéticamente es una delicia audiovisual en 3D, con una banda sonora realizada por DANNY CHANG y STEFAN MARIA SCHNEIDER, cuyos temas transmiten positivismo y energía (persigue tus sueños dice la letra) desde la primera estrofa hasta la última. Aspectos complejos de la vida tratados de una forma sencilla, inocente e infantil, que una vez más tiene el cine a su favor, demostrando que con el séptimo arte, además de pasar un rato divertido, se aprende.
LO MEJOR:
- Su función didáctica.
- Cine infantil con moraleja.
- Es una oportunidad única para que los padres muestren este cine a sus hijos.
LO PEOR:
- No verla con ojos de niño.
- No enseñar a los pequeños este tipo de cine.