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BIBLIOTECA: BALAS PERDIDAS

Balas perdidas - El Palomitron

A partir de un guion del legendario director, guionista y productor de cine estadounidense de grandes filmes como Los amos de la noche, La huida y La presa, y dibujado por Jef (diseñador y dibujante de cómics francés) y reescrito por Matz (pseudónimo del escritor francés Alexis Nolent), Balas perdidas es una revitalización en formato cómic del cine negro: una historia de gánsteres ambientada durante la ley seca. Con todos los ingredientes que caracterizan al género (un submundo violento, corrupto, con una atmósfera más densa que el humo de los puros, un cuantioso botín, una femme fatale y un protagonista duro con cierto romanticismo de pocas palabras), Norma Editorial edita este volumen encuadernado en cartoné y de gran calidad de materiales de tomo único (128 páginas) que queda completado con una entrevista de cuatro páginas al mismo Walter Hill, un autor inquieto que, a pesar de sus múltiples fracasos de taquilla, ha resistido el paso del tiempo y se ha convertido en director de culto.

En esta maravillosa novela gráfica, el legendario pistolero Roy Nash recibe un encargo por parte del gran padrino de la mafia de Chicago: perseguir a tres matones que se fugaron con el botín de un robo y acabar con ellos. A cambio, el mafioso le ofrece la salida de la cárcel, y como aliciente para que nuestro antihéroe acepte el encargo le cuenta que uno de ellos se fugó con su exnovia Lena. Su objetivo se convierte así en algo claro: un sangriento ajuste de cuentas de doble filo, uno en favor del padrino de Chicago a cambio de su libertad, y uno en su propio favor para volver a ver a la mujer de sus sueños. En esta persecución del pasado, Roy Nash se enfrentará al submundo angelino de amenazas, disparos, policías corruptos y juegos del gato y el ratón entre las mafias de la costa este y oeste. La publicación, con sus intrincadas relaciones entre personajes y constantes evocaciones de tiempos pasados, pivota sobre el sentido del honor, los códigos según los que juega cada mujer y hombre en este mundo que parece roto e imposible de arreglar.

El guion de Walter Hill y Matz, aunque en esencia sea correcto, resulta poco innovador. Maneja como un maestro los ritmos narrativos y el hilado de la historia, pero falla en sorprender al lector con algún cambio estructural. No es original, ni refrescante, ni rompedor, repite tropos de género y es conservador. Pero no hay duda de que es el perfeccionamiento de un género cinematográfico, ahora trasladado al papel, en el que lo importante son sus personajes, sus miedos, sus imperfecciones, y, ante todo, su pasado. Y, aunque estos sean estereotipos, nunca resultan planos: están vivos y llevan sobre sus hombros el peso de la existencia en un tiempo difícil de los Estados Unidos, enfrentándose de forma constante a sus propias acciones pasadas.

En cuanto al dibujo de Jef, es de destacar la paleta de colores utilizada, entre la pátina y el tono sepia, que envejece el dibujo y acerca el aspecto a los años 30 en los que se sitúa la historia, añadiéndose a una narrativa visual que llega al culmen de lo cinematográfico. La gestualidad de personajes y la elección de planos trasmiten a grandes rasgos los particulares de una historia que habla más a través de lo visual que de lo verbal, y la escrupulosa documentación de escenarios, vestuario, vehículos y armas (como ese Cadillac atravesando Monument Valley con el que se abre el cómic, o esas Colt que blanden los personajes entre viñetas), explicitan la contextualización y la creación de un estado de ánimo. Por desgracia, no se libra de algunos problemas de perspectiva y de falta de dinamismo en el dibujo: algunas de las escenas de acción pecan de un cierto hieratismo que daña todo el trabajo de acercamiento al medio cinematográfico que plana sobre todo el cómic.

En conjunto, Balas perdidas es un entretenido ejercicio de cine negro transportado al papel, de lectura fácil y agradable, con una estética marcada y una historia suficientemente interesante como para ser sometida a relecturas, y que, pese a algunos pocos fallos, marca el nacimiento de una alianza entre JefMatzWalter Hill que seguro traerá más de una alegría a los amantes del cómic.

Pol Llongueras

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