El Palomitrón

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2013 ENTREVISTAS REDACTORES

Entrevista a ABDELLATIF KECHICHE

 

  • ¿QUIÉN? ABDELLATIF KECHICHE (A.K.) 
  • ¿DÓNDE? Hotel Santo Mauro
  • ¿CUÁNDO? Martes 22 de Octubre de 2013
  • ¿POR QUÉ? JUNKET de entrevistas presentación LA VIDA DE ADÈLE

 

El pasado martes 22 de Octubre tuvimos la oportunidad de entrevistar, junto a otros compañeros de prensa, a ABDELLATIF KECHICHE el director que ha puesto patas arribas la última edición de CANNES con una de las películas más humanas que recordamos haber visto nunca.

LA VIDA DE ADÈLE ha merecido sin duda el que para algunos es el premio más importante del panorama cinematográfico. La Palma de Oro de CANNES es el premio más prestigioso, junto a la celebérrima y archimediática estatuilla dorada, que un director de cine puede ganar. ABDELLATIF KECHICHE lo ha conseguido este año, y nosotros aún estamos alucinando con la experiencia de poder entrevistar a un director de su talla.

Si ayer publicábamos la entrevista a ADÈLE EXARCHOPOULOS, hoy le toca el turno a la entrevista que acto seguido hicimos al director tunecino. Sin movernos del hotel, y después de un descanso que dio de sí una botella de agua, un cigarrillo, y un poquito de conversación con los compañeros, algo que siempre se agradece, pudimos por fin pasar a la habitación donde el director y su intérprete nos esperaban.

La entrevista que vais a leer a continuación es una entrevista colectiva, y recogemos así todas las preguntas que todos los compañeros que compartíamos entrevista tuvimos ocasión de hacer al director. Si la entrevista de ADÈLE EXARCHOPOULOS se centró desde el principio en cómo había sido su experiencia con la película, con ABDEL KECHICHE fue inevitable que las polémicas que han visto la luz después del triunfo en CANNES se adueñaran de los primeros compases de la entrevista. Para los que aún no os hayáis enterado, hay aún mucha polémica en torno a la declaraciones que ha hecho LEA SEYDOUX acerca del director, del que ha dicho de todo menos cosas bonitas. Perverso, inhumano, déspota y tirano, son algunos de los adjetivos que la coprotagonista de LA VIDA DE ADÈLE ha dedicado al director. Por si fuera poco Julie Maroh, la autora del cómic se ha subido al carro de la polémica y le ha echado en cara al director su manera de entender y comprender el cómic, material desde el que parte LA VIDA DE ADÈLE.

 

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ABDEL, nos gustaría que nos hablases de la polémica que ha surgido con Julie Maroh, la autora del cómic, que ha llegado a insinuar que las escenas sexuales de LA VIDA DE ADÈLE están rodadas para un público masculino.

A.K.: Ella puso como condición ver la película antes de CANNES para saber si le gustaba la película y poder así presentarse en la proyección del festival. Yo la organicé una proyección privada anterior al Festival, en París, y preferí dejarla sola viendo la película. Cuando salió de la proyección me escribió una carta en la que me expresaba cuánto le había gustado la película, cómo se había reconocido en la película, aunque la historia era diferente a la suya, cuánto se había emocionado, y cómo le hubiera gustado que yo estuviera allí para llorar en mis brazos. Lo que sucedió después, ese cambio de orientación, esa deslealtad y falta de sinceridad lo achaco a una voluntad por su parte de llevarse la atención mediática para que se hable de su cómic y de sus obras futuras. Creo que no necesitaba recurrir a este tipo de publicidad porque gracias a la película ha vendido muchísimos más cómics de los que podía esperar en todo el mundo. Si ella hubiese sido realmente sincera podía habérmelo dicho por escrito y no acudir a los medios como ha hecho. Ella ha comentado que yo no estoy legitimado para rodar escenas de sexo lésbico entre dos mujeres porque no había lesbianas en el plató y yo la respondo que en primer lugar ella no sabe si había o no lesbianas en el plató, y que ella no tiene el monopolio del amor femenino porque sencillamente ella no se ha acostado con todas las mujeres de la tierra. Su discurso es, además, peligroso porque insinúa que hay un colectivo y una manera de amar incompatible con el resto de la sociedad.

 

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ABDEL, nos gustaría que nos contases qué ha pasado después de CANNES, donde se os veía tan bien a LEA y a ti.

A.K.: Hay una polémica artificial, que empezó en CANNES, con unos técnicos que nunca aparecieron. He de decir que yo siempre trabajo con los mismos técnicos desde hace cuatro o cinco películas y son amigos muy íntimos míos. Todo el mundo que está en el plató son amigos íntimos. Vosotros mismos habéis dicho, todo parece muy extraño. Después de los besos, las entregas de premios…que ahora reaccione así, esa metamorfosis resulta muy extraño. Si ella realmente hubiese vivido el rodaje como una pesadilla…por qué vino a CANNES? ¿Por qué vino a la alfombra roja? ¿Por qué subió llorando al escenario? No lo sé…pero cuando la relación es mala y se habla de sufrimiento, si se tienen una pequeñísima nobleza de alma no vienes a CANNES. Yo hice todo lo posible para que se encontrara lo mejor posible rodando la película. Me dio las gracias, algo que por otra parte me parece legítimo, en público, en privado, delante de amigos, llorando y escribiéndome…hasta un punto que me parecía excesivo. El rodaje ciertamente fue duro pero es que  los propios personajes eran difíciles. A mí me parece indecente hablar de sufrimiento cuando haces este oficio pero LEA no es consciente de la realidad que nos rodea, en la que hay tanta gente que sufre por hacer trabajos difíciles, mal remunerados, o que sufren porque no pueden trabajar. Que una persona como LEA, que gana con un anuncio 3 ó 4 millones de euros, hable de sufrimiento en este oficio es algo que parece vergonzoso. También me parece vergonzoso que hable de sufrimiento con la posición que tiene. Es la pura expresión del egoísmo frente al sufrimiento que nos rodea. Este cambio ilógico lo atribuyo no sólo a una forma de egoísmo sino también a una voluntad de significarse, de utilizar los actos de promoción para ser ella la protagonista cuando la única protagonista de estos actos es la propia película. Da la sensación de que trata de destruir la película en vez de darla valor y promocionarla. Esta actitud de hacerse la mujer víctima me parece muy perversa. Hay que preguntarse quién es el manipulador y quién es el perverso en este asunto. Por otro lado creo que hay gente a su alrededor que la han empujado a actuar así haciéndole creer que era en interés de ella, pero en realidad todo esto ha sido en interés de ellos porque les molesta la manera en la que hago cine y persiguen ahogar todo lo que hago, hundir mis películas. Por eso estamos aquí explicándonos como si estuviéramos en un tribunal y olvidamos a lo que aspiraba cuando hice la película, contar una historia de amor y de juventud que llegue por su emoción. Parece que ya no emociona, que ahora lo que nos emociona es esa especie de estrellita fragilizada por su director. Vomito sobre toda esta gente que está alrededor de ella y la han empujado a actuar así. Sé quiénes son y he de puntualizar que sé que no se trata en ningún caso d su abuelo, que a pesar de que no compartimos los mismos puntos de vista sobre la profesión, tiene una verdadera dignidad y no tengo ninguna duda de que nunca ha actuado así.

Se dice que los artistas, cuando su obra sale a la luz, esta pasa a pertenecer a un círculo público más que al propio arista. En el caso de LA VIDA DE ADÈLE ¿Crees que la polémica ha ayudado a que la película sea vista por más personas?

A.K.: Una obra debe verse con espíritu, con una mentalidad sana y se ha hecho todo lo posible para que no se vea con esta mentalidad sana. Evidentemente la película ya no me pertenece, pero lo malo de todo esto es que la película tampoco pertenece al espectador porque éste tiene una especie de parásito en la mente que le impide  vivir con la película.

¿Por qué ese cambio tan radical respecto al final del cómic?

A.K.: Yo no quería que esa pasión amorosa llevara a la muerte sino todo lo contrario sino a todo lo contrario, a la vida, a las ganas de vivir. Para mí el amor es algo maravilloso. Merece la pena vivirlo a pesar de las rupturas y dolores que puede provocar. El amor tiene que dar fuerza para vivir, ganas para vivir, para recomenzar otras historias de amor. Al final lo importante después de una historia de amor que acaba en un duelo es vivir otra y estar mejor preparados. Si te caes hay que levantarse y yo quería que Adèle en la película fuese un personaje más fuerte, con más ganas de vivir que en el cómic.

 

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Te has basado en el comic para rodar una película que posiblemente tenga una continuación. ¿Qué ves del cómic en esa futura continuación de LA VIDA DE ADÈLE?

A.K.: Nada. No veo nada del cómic si hay una continuación porque el personaje de Adèle es algo totalmente opuesto al personaje del cómic. En el cómic Adèle es alguien que vive en la culpabilidad, que tiene miedo de vivir, y que termina muriendo. Nuestra Adèle tiene muchas ganas de vivir. La Adèle que veis en la película ha sido creada fijándome en personas que he conocido. Adèle es valor, libertad de espíritu, combativa…es una mezcla de los personajes femeninos que he retratado en mis películas anteriores.

¿Por qué tiene tanta importancia el universo femenino en tu obra?

A.K.: Es difícil preguntar a un pintor por qué pinta mujeres, o a un escritor por qué elige a sus personajes. Creo que me fascina el principio femenino, y por eso me hago preguntas sobre él y tengo ganas de representarlo.

En este caso la historia de amor es una historia que podría pasar en cualquier pareja de cualquier tendencia sexual. ¿Son dos mujeres porque consideras que es un factor que ayuda a la estética de la película, a hacerla más hermosa?

A.K.: Efectivamente me parece muy hermoso estéticamente hablando pero también más misterioso, más intrigante. No hay una voluntad de provocar con la elección de dos mujeres sino de mostrar que el amor no tiene sexo. Me parecía interesante que el espectador pudiese identificarse con una mujer independientemente de su condición sexual desterrando esa frontera de amor entre hombres o mujeres, o entre homosexuales. El amor es algo mucho más libre.

Se ha descartado del montaje final las escenas que reflejaban las reacciones sociales, sobre todo de los padres de Adèle, respecto a la condición de su amor homosexual. ¿Por qué decidiste cortar esta parte de la historia dando así mayor protagonismo a la relación de Adèle y Lea como pareja?

A.K.: Creo que esas escenas nos habrían abierto más distancia entre el espectador y los personajes. Habrían dificultado la identificación de éste con los personajes.

Al hilo de esto, tenemos entendido que hay un montaje de 220 minutos. ¿Eso es todo lo que falta? En cualquier caso LA VIDA DE ADÈLE dura 180 minutos, una duración nada habitual para una película comercial con corte de drama intimista. ¿Eras consciente de la duración final de la película?

A.K.: Cuando hago una película trato de no preocuparme por la duración, sino por escuchar lo que me pide y lo que me pide es algo subconsciente, se trata de mi propio ritmo. Debo respetar  y escuchar este ritmo tengo la sensación de ser más sincero.

¿Cuál es la versión más personal, la de tres horas o el montaje que no ha llegado a las salas?

A.K.: Creo que la duración óptima es la que ha llegado a las salas, aunque siempre disfrutaré  incorporando algunas escenas que serán las que estarán presentes en la versión extendida.

¿Cómo has vivido la reacción en CANNES a la película?

A.K.: Sinceramente cuando terminé la película estaba muy inmerso en el trabajo y no me paré a pensar en cómo iba a ser recibida. Sí me preparé para defenderla ante posibles ataques, aunque siempre pensé que los ataques serían externos y no internos. Toda esta polémica ha hecho que no haya podido vivir con tanto placer y plenitud el reconocimiento que ha tenido la película. En cualquier caso, el reconocimiento y los premios que ha cosechado la película han sido un gran apoyo moral para mí.

 

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ABDEL, has declarado que no tienes ningún compromiso de militancia con los movimientos homosexuales, sin embargo hacer una película con dos mujeres en un momento en que Francia está inmersa en una gran polémica alrededor de este tema parece un compromiso de alguna manera.

A.K.: Cuando digo que no quería hacer una película militante es porque no quería que la película se limitara a un discurso y cayese en la propia trampa del discurso, convirtiéndose en un filme de colectivo. El cómic si aborda frontalmente esta causa pero yo quería que la película fuese mucho más abierta, que llegase al espectador independientemente de su orientación sexual. Podemos decir que sí, que es comprometida, pero no de una manera tan frontal.

La película estéticamente es muy meticulosa. En casi todos los planos de la película está presente el color azul. ¿Hay una voluntad especial en incluir este color en los planos?

A.K.: Es verdad que había una voluntad estética quizás más desarrollada que en el resto de mis películas. He tratado de armonizar los colores con un azul dominante pero no he llegado hasta el punto de planear lo que me insinúas. Te aseguro que volveré a ver la película (risas).

¿Por qué esa deleitación con la comida en tus películas?

A.K.: El momento de la comida es un instante que me gusta mucho, de intercambio, de comunión, de comunicación, de libertad, es un momento en el que liberas algo y eso me emociona mucho. No me canso de ver una boca comiendo cuando come con apetito. A veces es un problema porque a mí me encanta filmar ese momento de la comida pero soy consciente que al espectador puede que no le agrade tanto como a mí. (risas) Quizás cambie de época pero creo que siempre habrá una escena de comida en todas mis películas.

A la hora de rodar el universo íntimo de las protagonistas, las escenas con contenido sexual ¿Cómo fue este proceso de dirección de actrices, de comunicación, sus juegos, la espontaneidad…cómo moviste este círculo formado por LEA y ADÈLE?

A.K.: Son momentos muy íntimos los que se muestran y es difícil hablar de ello… Desde el punto de vista del trabajo las abordé como el resto de escenas.  Pero para intentar responder a la pregunta te haré una comparación evidente. Puedo hablarte las escenas de comida. Cuando yo le pido a un actor que coma trato de que tenga ganas de comer. Lo que les propongo espero que lo encuentren bueno, que les guste, y espero a que tengan mucha hambre para comer y filmarlos. Cuando hago la escena de comida normalmente no dura mucho porque en cuanto los actores ya no tienen hambre lo dejo y lo retomo al día siguiente. Hago un poco lo mismo con las escenas de sexo. Espero a que tengan ganas y cuando ya no tienen ganas lo dejo y retomo más tarde.

¿Tu forma de rodar no pone nerviosos a los productores?

A.K.: (Risas) tengo la suerte de contar con colaboradores que aunque están siempre muy nerviosos me animan para que siga adelante.

¿Las elipsis tan grandes que hay en la película estaban pensadas previamente o surgieron durante el proceso de montaje?

A.K.: La que hay entre las dos épocas sí estaba prevista. Otras han surgido efectivamente en el proceso de montaje, ya que hay escenas que he dejado fuera al entender que no eran necesarias para comprender la película.

¿Qué viste en ADÈLE EXARCHOPOULOS  para elegirla a ella?

A.K.: Bueno espero que lo hayas visto (risas). Cuando eliges una actriz para encarnar un papel como este tiene que ser alguien resplandeciente porque vas a pasar mucho tiempo con ella, antes, durante, y después del rodaje. Tiene que ser alguien de quién te puedas colgar para pasar con ella tanto tiempo.

 

 

Alfonso Caro

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Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.