COSMÓPOLIS
Parece que nos estamos volviendo locos con todo esto de la crisis. Ahora resulta que gracias al contexto socioeconómico que nos está tocando vivir hay espectadores con una inteligencia hiper-desarrollada que ven más allá que muchos de nosotros, personas más o menos normales que sólo buscamos disfrutar de un rato de buen cine. Éstos nuevos mutantes están capacitados para encontrar en COSMOPOLIS una denuncia al sistema financiero actual, encuentran en sus diálogos poesía, creen reconocer en cada uno de los secundarios un atisbo de las conductas sociológicas contemporáneas, y finalmente celebran una especia de metáfora donde el descenso a los infiernos del personaje principal no es más que el reflejo de lo que está pasando en un mundo que cada vez aliena más al individuo, disfrazando con la farsa de la globalización lo que realmente está pasando; la progresiva supresión de sus derechos más básicos. Toda esta gente, que ve cosas que yo siquiera acierto a vislumbrar, está de enhorabuena con este filme, van a salir tan contentos de las salas que puede incluso que falten a su próxima sesión de sicoanálisis.
PATTINSON da vida a un triunfador de las altas finanzas que se obsesiona con cortarse el pelo en una peluquería. El problema radica en que la peluquería que quiere visitar está al otro lado de la ciudad, Nueva York; y la visita del presidente de los estados unidos va a paralizar el tráfico con total seguridad. Le da igual, el quiere ir a esa peluquería y aunque tenga que estar todo el día en su limousine, lo va a conseguir. Durante el trayecto, de una u otra manera, hasta casi veinte personajes pasan por la limousine, expertos en seguridad, analistas financieros, ejecutivas aficionadas al sexo…este planteamiento nos brinda un buen repertorio de situaciones inverosímiles, conversaciones tediosas, y algunos diálogos sonrojantes. Solo he echado de menos a PUNSET haciendo un cameo.
No voy a cargar ni contra CRONNENBERG ni contra DON DELILLO, autor del libro en el que se basa la película, y que por supuesto no he leído, porque el director, que adaptó el libro en sólo seis días, puede hacer lo que quiera, que para eso es CRONNENBER; pero no por esto último el espectador está obligado a ser testigo de sus delirios, ensayos, o teorías sobre el inminente colapso de una sociedad progresivamente deshumanizada. Entonces, ¿por qué ir a verla? Porque uno no se espera esta ida de olla de CRONNENBERG, y porque el tráiler no avisa del todo de qué es lo que realmente nos vamos a encontrar.
A la media hora de película mi paciencia se ha bajado de la limousine y he empezado a consultar y responder WHATSAPS, he mirado el reloj cerca de diez veces, y he permanecido en sala sólo porque la he visto en V.O. y así por lo menos practicaba algo de inglés.
Avisados quedáis de lo que CRONNENBERG ha ideado él solito. Yo de saberlo me habría dedicado a ver un capítulo de LA QUE SE AVECINA, que es otra forma de crítica social más al alcance de la mano, o de las neuronas.
LO MEJOR:
- PAUL GIAMATTI, y aunque parezca mentira ROBERT PATTISON.
- EXCELENTE TRABAJO DE FOTOGRAFÍA, si tenemos en cuenta que casi toda la película se desarrolla en un coche.
LO PEOR:
- Su DISTRIBUCIÓN EN CIRCUITOS COMERCIALES, cuando en realidad se trata de un producto que gustará a una minoría.
- Su PRETENCIOSO AFÁN VISIONARIO