
No es secreto para nadie que Hollywood está cada vez más falto de ideas. Cada semana llegan a las carteleras de todo el mundo diferentes
remakes o
reboots de películas célebres que, con mejor o peor suerte, ayudan a engrasar una maquinaria en la que lo original cada vez parece más utópico.
Disney ha encontrado un filón tras darse cuenta de que pueden rodar sus grandes clásicos en imagen real a sabiendas de que el niño que todos llevamos dentro tuiteará indignado al principio (lo cual da publicidad), luego se maravillará con los primeros
teasers y
trailers (lo cual da mejor publicidad) y acabará pagando el precio de la entrada (lo cual da beneficios).
Tras los incontestables éxitos de adaptaciones como Alicia en el País de las Maravillas (más de mil millones en todo el mundo), Maléfica (casi ochocientos), Cenicienta (más de quinientos) o la inminente (y casi seguro megataquillera) La bella y la bestia, no se tardó en anunciar un live-action (adaptación en imagen real) de Mulan.

Desde esta madrugada sabemos al fin quién se pondrá a los mandos de esta superproducción.
Niki Caro ha sido la elegida para contar la historia de la joven china que se marcaba un Albert Nobbs para proteger a su padre de la guerra. Caro vivió su momento de gloria con
Whale rider, una pequeña producción australiana que se convirtió en unas de las cintas más premiadas de 2002. Tres años después desembarcaba en Hollywood para dirigir a
Charlize Theron en
En tierra de hombres,
y diez años más tarde llegaría la menos conocida
McFarland, USA. Actualmente tiene en posproducción
The Zookeeper’s Wife, con
Jessica Chastain.
Está previsto que la cinta llegue a las carteleras mundiales en verano de 2018.
Jose Cruz
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