La Grazia arranca con Mariano De Santis, un presidente italiano cercano al final de su mandato. Es un hombre austero y fiable que debe enfrentarse a dos decisiones duras: si indultar a dos personas condenadas por homicidio y si firmar una ley de eutanasia. Todo esto mientras lidia con el recuerdo de su difunta esposa y el distanciamiento generacional con su hija, que representa una visión más moderna y activa.

Lanzada como film de apertura en la Mostra de Venecia el 27 de agosto de 2025, La Grazia sorprende por dejar atrás el estilo barroco de Sorrentino para apostar por una narrativa más contenida, pero llena de humor sutil —como un Papa en scooter o una lección imprevista de rap— que aporta ligereza a los dilemas morales del protagonista. Dentro crítica:

Jorge G. Leguina y Pedro de Arberas