ESPECIAL 64.ª EDICIÓN DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN: DÍA 4

Y con estos pensamientos en la cabeza, y tras haber engullido el necesario café y haber activado nuestra maquinaria cinéfaga, nos plantamos en el Teatro Principal para visionar Pretenders, una incursión de Vallo Toomla, joven promesa del actual cine que se rueda en Estonia, en el universo de las relaciones de pareja. Un filme que en su primer tercio se sirve de los silencios, la geometría en sus composiciones y los planos sostenidos para despojar al espectador de cualquier conato de premura, y que poco a poco nos introduce en un juego de celos que termina por hacer añicos las realidades, flirteando sin ningún complejo con el cine de terror a medida que los miedos de unos y otros se materializan y protagonizan el devenir del relato. Reflexiva y moralizante, Pretenders será disfrutada por los espectadores más pacientes.


Y de una actriz que está empezando a dar sus primeros pasos a un director que con su segundo largometraje ya es una apuesta segura de nuestro cine: Rodrigo Sorogoyen. No nos equivocamos nada hace dos años cuando le incluimos en nuestro especial de jóvenes talentos que atesoraban el futuro de nuestro cine (podéis recuperar el artículo aquí). La mesa redonda es esta vez en una de las habitaciones del hotel, y los escasos quince minutos que nos conceden nos saben a muy poquito, porque tras visionar Que Dios nos perdone, la cascada de preguntas, especialmente todas las que abarcan aspectos técnicos (en cuanto la veáis vais a empezar a entenderlo), requeriría toda una mañana de conversación con el director. Tras él, turno para un Antonio de la Torre muy extrovertido, contrapunto total de Roberto Álamo que, amparándose en el escaso tiempo con el que contamos para la mesa redonda, reparte contestaciones secas y decide no conceder ni un minuto a divagar o detenerse en aspectos obvios bajo su punto de vista. ¿Prepotencia o falta de ganas? Nos inclinamos más por practicidad extrema por parte del actor, algo que en entrevistas de promoción resulta tan extraño como llamativo (que no censurable).

Y para cerrar la jornada del lunes, aparcamos los pintxos para meternos entre pecho y espalda las mejores hamburguesas de San Sebastián, siempre, eso sí, con el cine presidiendo todas las conversaciones.
Cada vez más cómodos en San Sebastián, cada día disfrutando más el festival.
Alfonso Caro