CRÍTICA: SEGUNDO PREMIO

Jorge Gutiérrez Leguina 28 mayo, 2024

ANTECEDENTES

Isaki Lacuesta sabe lo que es triunfar en el mundo del cine, habiendo logrado, incluso, alcanzar en dos ocasiones la Concha de Oro del Festival de San Sebastián. Lo hizo hace trece años con Los Pasos Dobles y repitió en el 2018 con Entre Dos Aguas, una película sensible y humana que le valió el gran galardón del festival. Años después, y tras haber dirigido la reconocida película Un Año, Una Noche, Lacuesta vuelve a proclamarse, junto a Pol Rodríguez (codirector de la película) ganador de un festival de primer nivel, en este caso del Festival de Málaga, con Segundo Premio.

LA PELÍCULA

Segundo Premio nos traslada a Granada, a finales de los años 90. En plena efervescencia artística y cultural, un grupo de música indie vive su momento más delicado: la bajista rompe con la banda buscando su sitio fuera de la música y el guitarrista está inmerso en una peligrosa espiral de autodestrucción. Mientras, el cantante se enfrenta a un complicado proceso de escritura y grabación de su tercer disco. Nadie sabe que ese disco cambiará para siempre la escena musical de todo el país.

La película narra parte de la historia del conocido grupo indie Los Planetas, a pesar de que uno de los principales slogans de Segundo Premio es que (no) es una película sobre Los Planetas. Desconocemos qué les ha parecido esta película a los miembros del grupo, pero lo cierto es que parece haber gustado a jurado, crítica y público hasta el momento. No es de extrañar por el lirismo y el frenesí de Segundo Premio, siendo heredera, en ese sentido, de la última película de Lacuesta, en la que aborda el atentado ocurrido en la sala Bataclan (Un año, Una Noche).

Podríamos decir que Segundo Premio se guía más por instinto que por planificación, por sentimientos que por raciocinio. Este es uno de los principales éxitos de la película, abordando desde lo sentimental la realidad de un grupo musical que no entiende de orden ni de planificaciones. La película discurre así por la pantalla durante 109 minutos que no se hacen largos, pero en los que uno puede llegar a plantearse si resulta reiterativa. Lacuesta tiene la virtud, que al mismo tiempo podría identificarse como defecto, de intentar lograr que cada una de sus películas trascienda de la propia historia que cuenta y se alce como un estudio de asuntos mucho más complejos. En Segundo Premio, afirmando que (no) es una película de Los Planetas, da la sensación de que Lacuesta cree que su película es mucho más que eso, y quizás no lo llegue a serlo.

Segundo Premio habla, sin tapujos, de amistad, en este caso entre dos hombres y una mujer sin llegar a quedar claro si lo que les mueve es simplemente la amistad o también el amor. La película triunfa en el sentido de identificar lo que mueve a cada uno de sus personajes y las sinergias que se generan entre las distintas formas de ser de cada uno de ellos, resultando también una buena adaptación de las personas a las que se representa. Más allá de ello, el estilo visual de Isaki y su constante búsqueda de ir más allá y de que cada escena resulte aún más lírica o apabullante que la anterior puede acabar por cansar al espectador. Segundo Premio es, a fin de cuentas, una buena película, pero que en ciertos aspectos puede resultar cansina o reiterativa.

ELLAS Y ELLOS

Daniel Ibáñez, Cristalino y Stéphanie Magnin bordan sus papeles, resultando creíbles e identificando a la perfección el carácter de cada uno de sus personajes. Quizás, incluso, el verdadero triunfo de la película sean las interpretaciones de estos tres actores, que deberían comenzar a postularse para la próxima edición de los Premios Goya (que además serán en Granada).

LA SORPRESA

La gran sorpresa de la película resulta ser la influencia que el personaje de Magnin tiene sobre todo lo que sucede, moldeando el carácter y sirviendo de conector entre los otros dos personajes principales.

LA SECUENCIA / EL MOMENTO

La mejor secuencia de la película sucede en un bar y refleja a la perfección el amor y el odio que, al mismo tiempo, se despiertan entre los dos personajes principales.