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THE HEAD

Hay ocasiones en las que una palabra tiene difícil traducción en castellano, o directamente no cuenta con un término análogo en nuestra lengua dotado de un significante tan potente como el que encierra en su idioma original. La palabra «Isolation» es buen ejemplo de ello, ya que al significado de aislamiento, de sentirse solo, añade también un estado de ánimo de perfil muy bajo. No solo uno está solo y aislado del mundo, sino que además no es una realidad ni elegida ni planeada. No solo uno está solo, sino que además se siente solo. Quizá la palabra «soledad», en su lectura más extrema, sea la palabra que más se acerca en su significado a «Isolation». Y la sensación de soledad es uno de los grandes enemigos a los que tiene que enfrentarse el ser humano cuando hablamos de la exploración de las últimas fronteras.

Dejando a una lado a la exploración espacial, evidentemente el gran reto de nuestra especie, el fondo marino y la Antártida suponen muy probablemente los grandes desafíos a los que nos seguimos enfrentando actualmente en nuestro propio planeta. Escenarios dotados de condiciones verdaderamente límite en las que el ser humano muchas veces solo puede hacer una cosa: sobrevivir. Si a la hostilidad de los escenarios le sumamos la propia amenaza que suponen nuestras pulsiones primarias desatadas, sin un entorno civilizado que las dome y las contenga, como ya señalaba el filósofo británico Bertrand Russell, el resultado es una combinación aterradora en la que el peligro viene tanto de fuera (entorno) como de adentro (instinto). Y aquí, sobre esta premisa, se cimenta y se construye The Head.

El primer título que nos llega de esa colección de series que anunciaba el año pasado Mediapro es una producción de 6 capítulos que en España, por ahora, solo se va a poder ver en Orange TV y que localiza en la Antártida una trama que funciona en dos tiempos: el presente y el pasado. En ella, un equipo de relevo se encuentra con una pila de cadáveres al llegar a la estación internacional Polaris VI, tras seis meses de aislamiento por el frío invierno antártico. Y lo que prometía ser un reencuentro se torna en una tragedia que deberá ser esclarecida para saber qué pasó en la estación y por qué.

Trazada con detalle para el mercado internacional, The Head cuenta con un reparto en el que podemos localizar a Álvaro Morte (por supuesto La casa de papel pero también El embarcaderoDurante la tormenta) y a Mónica Torres (Hierro) formando parte de un plantel que reúne a actores daneses, suecos o japoneses para facilitar el desembarco de la ficción en otros territorios (ya está disponible en Japón y en el sudeste asiático y llegará próximamente a países europeos como Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia o Islandia). Y fundamentalmente hablamos de un thriller que se mueve entre la investigación (línea temporal presente) y la sospecha (línea temporal pasada que va recuperando la cadena de acontecimientos), dotado de una naturaleza que sin recurrir a la ciencia ficción está plagada de referencias al género al recuperar muchos escenarios, condiciones y momentos disfrutados en grandes e icónicas producciones del género. Alien, The Abyss, La Cosa… por una u otras razones el espectador aficionado va a gozar mucho con el festival de referencias que se va a encontrar por el camino. Pero aquí no hay monstruo alguno, así que The Head también instalará en la cabeza del espectador otros tantos grandes títulos de «Whodunit«, ese subgénero que tantas alegrías nos ha dado y que recientemente ha cosechado un nuevo título para la galería con Puñales por la espalda.

The Head

La importancia del cómo sobre el qué en The Head

Lo hermanos Álex y David Pastor, detrás de Hogar, uno de los títulos de Netflix más comentados del confinamiento, vuelven a modelar una historia visitando lugares comunes, como ya hiciesen en Los últimos días, un título distópico que no ocultaba sus referencias a títulos como El incidente, la saga Mad Max o la fabulosa 12 Monos, de Terry Gilliam. La diferencia es que esta vez nada hace aguas y si en Los últimos días la trama era muy floja y el diseño de producción recordaba mucho a plató televisivo, en The Head tanto el reparto como los departamentos técnicos hacen un trabajo a la altura de las grandes producciones internacionales, sacando un rendimiento realmente encomiable al presupuesto asignado. Todo orquestado bajo la batuta de Jorge Dorado, uno de los directores más versátiles y eficaces de nuestra industria, dotado de una gran habilidad para la narrativa y una destreza innata para fotografiar psiques complejas, que deja claro con ese ambicioso (y avisador) primer plano secuencia que abre el primer capítulo en qué liga nos vamos a mover durante todo el relato. El realizador madrileño coloca la cámara prácticamente donde quiere a lo largo de la serie, sorprendiendo muchas veces con encuadres meditados y encaminados por momentos a hacernos sentir testigos, unas veces evidentes y otras veces algo más «escondidos», de los hechos.

John Lynch (The Terror), Richard Sammel o la magnética actriz escocesa Katharine O’Donnelly firman grandes trabajos junto a Amelia Hoy, Alexandre Willaume o Laura Bach. Al final nos queda una gran labor coral que se beneficia de esa incomunicación que empapa la realidad de sus personajes, condenados a desconfiar unos de otros en una trama de suspense que poco a poco desvela sus cartas, con mucho clasicismo y un oficio que raciona muy bien los tempos narrativos para que todo funcione como un reloj a lo largo de sus 6 capítulos, hasta llegar a una efectiva conclusión cerrada que deja pocas posibilidades a una segunda temporada. Pero abre la puerta al debate y la reflexión. Y hasta ahí podemos leer…

The Head

Mientras tanto, al espectador le queda la gratificante tarea de disfrutar del cómo está contado todo. A sus sobresalientes dos primeros capítulos les sigue el desarrollo obligatorio de hechos y personajes, para resolver en los dos últimos capítulos con muy buen pulso. Todo vestido con algunos planos realmente bellos e hipnóticos (qué bien viste y luce siempre la Antártida delante de la cámara), una partitura de Federico Jusid que le sienta como un guante a la historia y un diseño de producción muy notable que reproduce con mucha fidelidad las condiciones e instalaciones de las verdaderas estaciones de investigación antárticas, con los pasillos y las estancias comunes de la Nostromo de Alien, la incomunicación de la base submarina Deepcore de The Abyss y la atmósfera gélida de La cosa (que tiene más de un homenaje en la serie) constantemente flotando en la memoria cinéfila, por citar solo algunos de los ejemplos más evidentes. Con todo, The Head se separa por completo de sus géneros madre al señalar al ser humano como la peor de las bestias a las que hacer frente. Deseos, ambiciones, errores, consecuencias, venganzas, mentiras… todo un abanico de pecados sembrados en el continente blanco por un equipo de científicos que lo tuvieron todo a su favor para alcanzar la gloria pero sucumbieron ante los oscuros recovecos que asoman en el interior cuando la luz desaparece.

Una brillante serie que revalida la pericia narrativa de Jorge Dorado y su dominio de la gestión de medios y que tiene todas las papeletas para hacer mucho ruido en mercados internacionales, colocando a Mediapro entre las grandes productoras de ficción españolas a tener en cuenta y a Orange TV como una nueva plataforma a la que seguir la pista. Probablemente uno de los grandes títulos cuando 2020 por fin termine y nos deje en paz a todos.

¿Dónde y cuándo?

  • Fecha de estreno: 12 de junio
  • Plataforma de emisión:  Orange TV
  • Número de episodios: 6
  • Duración aproximada: 60 minutos
  • Te gustará si te gustan… Los géneros de ciencia ficción, el thriller que y que te hagan jugar a adivinar quién es el asesino

Alfonso Caro


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Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.