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TO YOUR ETERNITY: UN HIMNO SOLEMNE

Cuando estaba tomando las primeras anotaciones para escribir este texto tenía una idea muy clara en la mente. Me preguntaba por el drama y por la muerte. Por esa afición de la obra con dibujar en sus líneas la pérdida y nunca lo contrario — o, por lo menos, no más allá de generar un impacto que acompañe al sentimiento.

Todavía le doy vueltas. Incluso escribiendo estas líneas dudo y repaso los apuntes porque los últimos capítulos emitidos hasta ahora, el quinto y sexto, han sido especialmente duros. Pero en dos sentidos completamente diferentes. To Your Eternity habla de la muerte. De la pérdida. Pero lo hace como un himno solemne.

Un lienzo en blanco

No es la primera vez que lo digo y seguramente no será la última, pero me adentré en To Your Eternity sin saber nada sobre la obra, más allá de su autoría. Ha sido difícil seguir el ritmo de la misma. Con un lienzo completamente en blanco, Yoshitoki Oima parece pretender que los lectores vayan dibujando en el mismo mientras avanzan, a través de los ojos de Fushi, mientras él cumple con esta misma labor.

Por ese motivo, cada paso en falso es un nuevo paso hacia el camino seguro. Fushi es nada. Existe pero no es nada. Y en su camino para aprender a ser nosotres no hacemos más que de testigos. Es el reflejo de una fantasía con una impresionante capacidad envolvente que, sin embargo, no pretende explicar nada. Una invitación a permanecer a su lado. Y descubrir.

Por este motivo su quinto capítulo me ha golpeado con especial dureza. La muerte de March era una esperable, tras el desenlace de su primer arco. Pero quema como nada más podría haberlo hecho. Especialmente cuando el narrador, su creador, habla.

Porque el ser necesita un estímulo para seguir evolucionando.

No es solo la muerte

Hasta ahora Fushi solo ha tomado la imagen de quiénes mueren. El lobo, el chico, Onigumi y, ahora, March. He leído comentarios sobre cómo la obra utiliza el drama como arma arrojadiza, conquistando a través del apartado emocional y descuidando su narrativa en esa mecánica. Pero no considero que sea esa la intención de Oima.

Una vez más, To Your Eternity es un lienzo en blanco, que se va pintando conforme su historia sigue avanzando. Es la muerte lo que otorga a Fushi sus formas, pero nunca sus cambios. Al principio, el chico lo alimenta y acoge. Más tarde March le enseña a comer y actúa con ese aire maternal que tanto la define. En su sexto capítulo Pioran le enseña a hablar y escribir y es una pieza inmensamente positiva y emocional. Hay más que la muerte.

To Your Eternity brilla en los momentos de silencio. Brilla no por cómo dibuja el drama sino por cómo representa la vida. Es parte de la magia del descubrimiento y la obra desborda vitalidad cuando lo hace. Y, por encima de ello, consigue transmitirla a la perfección con esa permeabilidad emocional que tanto la define.

Cuando Fushi pierde su forma en su sexto capítulo también pierde algo más. Sus recuerdos, lo que todavía no sabe pero que resultan ser sentimientos y emociones. Fushi cambia con la muerte, desde luego, pero la obra no habla sobre lo que dejamos atrás sino sobre lo que nos llevamos con nosotros. La simple existencia de su protagoniste es, al final, un tributo a cada persona y a cada ser que cruza su camino. Es un recuerdo viviente, inmortal, de quienes han compartido algo con elle.

«No lo recuerdas pero notas el vacío en tu interior».

Un largo camino por delante

Insisto, porque no sé nada sobre la obra y me resisto a romper esa barrera. Quiero que To Your Eternity pueda sorprenderme. Y, por el momento, lo está consiguiendo. Se notan pinceladas de intenciones aquí y allá y con sus dos primeros volúmenes en la estantería y la mitad de su adaptación repasada, es fácil entender las referencias de sus portadas. De como muestran los sueños de quiénes pasan por su lado.

Al margen de Fushi, de lo que representa y de como Oima le da vida a través de sus páginas, no dejo de pensar que To Your Eternity es un himno solemne. Un himno que no habla del pasado ni del presente, sino del futuro y lo que está por venir.

Una pequeña vuelta a la obra lo revela con facilidad y, sinceramente, hay un pequeño atisbo de felicidad en estas líneas al no hablar de como la serie se enzarza en el drama, sino de como habla de estímulos positivos. De Fushi lanzándose a salvar a March, del pequeño lobo sintiendo compasión por quien le ha tendido la mano. Por ese ser inmortal que, con sus primeros pasos, carga con la memoria y los sueños de quienes le acogieron en su corazón.

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Óscar Martínez

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4 COMENTARIOS

    • ¡Buenas tardes!

      Tal y como hemos aclarado en otras ocasiones, los textos de opinión (este está dentro de la categoría en cuestión) siempre pueden incluir spoilers. Es cierto que en esta ocasión no se dice literalmente, pero en los primeros párrafos se habla de un quinto y un sexto episodio, por lo que se puede llegar a intuir que el texto puede tener algún que otro spoiler.

      De todas formas, tomamos nota para otras ocasiones.

      ¡Un saludo!

  1. Disculpad, no había visto esa aclaración antes, pero ahora lo sé. Esta vez me lo he comido enterito, pero tampoco es nada que 1500 feeds rss pendientes de leer no sean capaces de hacerme olvidar para cuando vea el quinto y sexto.

    • ¡Genial! De todas formas, tomamos nota para otras ocasiones por si se pudiese dejar más claro nada más comenzar el texto.

      ¡Un saludo y disfruta de los capítulos cuando te pongas con ellos! 🙂

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Escribo más que duermo. Ávido lector de manga y entusiasta de la animación japonesa. Hablo sobre ello en mi tiempo libre.