2019 está llegando a su fin, y con él hemos querido reunirnos los integrantes de la redacción de esta sección para comentar cuáles han sido las mejores series emitidas durante el año. Nos gustaría aclarar que en cualquier caso se trata de un listado totalmente subjetivo, acorde a lo que hemos podido ver. Puede que te sientas identificado/a con algunos de los nombres que leas a continuación. Pero también puede  que te parezca una completa locura que otros estén ahí. No pasa nada, de eso se trata. Porque la variedad debe ser siempre aceptada. Una vez dicho esto, queremos comentar que todos estos títulos son primeras o únicas temporadas cuya emisión se ha producido en 2019; por lo que excluimos cualquier tipo de continuación. Su disposición se ciñe única y exclusivamente a una numeración alfabética. No buscamos señalar cuál es la mejor obra del año, sino recomendar las series que más nos han cautivado.

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Los mejores mangas de 2019

Araburu Kisetsu no Otome-domo yo (Lay-duce)

Que la etapa adolescente es una de las más complicadas de la vida humana lo sabemos todos. La hemos llevado a cientos de obras, romantizado, negado y representado de cientos de formas diferentes, siempre incidiendo en experiencias y la idea del cambio que acompaña a lo que se intuye como la base de nuestra propia vida. Mari Okada, adaptada por un fuerte Lay-duce —y dirigida, además, por el veterano Masahiro Ando—, apuesta por su propia visión de la adolescencia y la pubertad con Araburu Kisetsu no Otome-domo yo. Una representación que muestra en diferentes planos la explosión emocional y sentimental que trae consigo esta etapa de nuestras vidas y que, sin necesidad de abrazarse a complejidades, teje una obra tan natural como viva que evoca todo el sentimiento nostálgico posible. Un trazo que se divide en las diferentes chicas que sirven como plantel principal de la obra y que se atreve a mostrar el reflejo de cada una, interponiendo sus caminos y liderando un drama emocional que, sin necesidad de escapar del espacio cotidiano, logra narrar una historia de inquietudes, de confusiones y amores primerizos capaz de disfrazarse de múltiples tonalidades y fundirse con nosotros mismos en una búsqueda de la identidad personal sobre la que cuesta no verse reflejado.

Babylon (Revoroot)

Babylon es una obra que se presenta bajo ciertas premisas. Recursivas, conocidas, quizás incluso débiles, en una primera instancia. No solo lo hace sobre una estructura tan recursiva como es la idea de justicia, sino que además cuenta con connotaciones negativas en sus antecedentes. Una entrega que consigue levantarse sobre su temblorosa base para erigirse como uno de los thrillers del momento, cautivando al espectador con un suspense que consigue ir más allá de la suma de sus puntos. Más allá de su trama política. Más allá de su representación de la corrupción. Más allá de la propia muerte. Y es que la obra adaptada sobre las líneas de Mado Nozaki versa sobre ello, sobre nuestro derecho a morir y todas las connotaciones que ello conlleva. Una historia con un trasfondo único, repleto de puntos que, pese a su estratégica importancia, quedan relegados a un segundo plano para permitir que sea el choque entre justicia y muerte el único protagonista posible de su ficción.

Beastars (Orange)

La obra de Paru Itagaki se ha convertido por méritos propios en un título sumamente avalado por la crítica. Puede que la fórmula de su éxito resida en el mensaje crítico patente a través de las acciones y aspectos societarios de su universo; uno conformado por animales antropomorfos. O, quizá, se deba a un peculiar estilo artístico mucho más cercano al estilo europeo y claramente influenciado por el lenguaje cinematográfico. Puede que el secreto sea la unión de estos dos aspectos y, además, la inclusión de un elenco protagonista rico en matices, con gran personalidad y gran espacio para el desarrollo coherente. Beastars pone el foco de atención en una de las etapas más importantes y caóticas del ser humano, la adolescencia. Y lo hace, principalmente, por medio de Legoshi. Un lobo con piel de oveja, constantemente juzgado por su aspecto. Aunque en esta ocasión, hablar de los instintos más primarios, sobre el amor, el racismo o el abuso desde una perspectiva diferente ya no recae sobre los hombros de Itagaki, sino que lo hace en estudio Orange (Houseki no Kuni). Órgano que ha dado vida a esta obra en pantalla y ha logrado trasladar una de las historias más complejas de la última década de una manera inimaginable y, al mismo tiempo, ha logrado conquistar aquello que parecía imposible.

Carole & Tuesday (BONES)

Shinichirô Watanabe es uno de los directores modernos de la industria más queridos por el público. El que estuviera a cargo de emblemáticas producciones como Cowboy Bebop o Samurai Champloo, además de otros sobresalientes proyectos como Kids on the Slope o Zankyô no Terror, llevaba varios años sin asomar apenas por la esfera de la animación nipona. Un descanso interrumpido por proyectos menores como Blade Runner: Black Lotus y, ahora, por otros de mayor envergadura como Carole & Tuesday. El creador de aquel melancólico y filosófico space opera regresa al medio con una producción que, como no podría ser de otra forma, está íntimamente relacionada con la música. Carole & Tuesday es la historia cualquiera de dos jóvenes promesas de la música. Dos chicas adolescentes que poco o nada tienen que ver la una con la otra, pero que de su conjunción se crea una melodía sumamente genuina. Una historia cualquiera, como decía, si no fuera porque se ubica en un planeta Marte habitado por una civilización humana que comenzó a emigrar al planeta rojo hace cincuenta años. Un contexto futurista que se sirve del fuerte componente slice of life de la propuesta para ilustrar poco a poco los detalles y elementos de un futuro donde prácticamente la manufacturación total del producto cultural recae en tarea de las IA’s. Una dualidad que esconde cierta crítica hacia nuestra actualidad y cuyo objetivo es el de manifestar la diferencia entre aquello que se hace por pasión y lo que es fruto del puro interés económico.

Dororo (MAPPA)

Devilman Crybaby y Banana Fish fueron dos de las adaptaciones de obras clásicas más sonadas que brindaría el pasado año, pero en 2019 no se ha querido perder esa tendencia nostálgica y nos ha brindado títulos como Dororo. La adaptación moderna del manga homónimo de Osamu Tezuka ha sido el «clásico» del año, apuntando muy alto ya desde su temprano estreno a comienzos del mismo. El estudio a cargo del proyecto, MAPPA, ha buscado mantener la tangible madurez y oscuridad inherente a la obra original; una confeccionada a caballo entre los dos característicos estilos del apodado «Dios del manga». Una historia situada en un periodo tan convulso como el de la Era Sengoku, donde un joven errante se dispone a cosechar las almas de los demonios que tiempo atrás le arrebataron multitud de partes de su cuerpo debido al pacto forjado entre los entes del mal y el progenitor del joven. Una historia de búsqueda personal y sentimentalismo, donde la narrativa se posa inteligentemente sobre los gestos más livianos y el silencio más sereno entre el dúo protagonista. Una auténtica epopeya sobre aquello que nos hace humanos. La enésima prueba de que la huella de Osamu Tezuka es imborrable. 

Dr. Stone (TMS Entertainment)

Uno de los últimos títulos de la emblemática Weekly Shônen Jump en recibir su correspondiente y esperada adaptación animada. Puede que Dr. Stone no sea —a pesar de su enorme campaña de promoción— uno de los pilares de la revista nipona en términos de pura rentabilidad, pero sí lo es en términos de calidad. Porque todos y cada uno de sus matices hacen de la obra de Riichiro Inagaki y Boichi un producto increíblemente atractivo, un oasis de originalidad y desenfreno capaz de oxigenar un catálogo que quizá peca de poco margen para la variedad. Dr. Stone plantea una involución, un viaje forzoso a la Edad de Piedra fruto de un enigmático fenómeno que convierte a toda la humanidad en piedra. 3.700 años después Senku, un joven apasionado de la ciencia, despierta con un propósito muy claro: revertir la situación, devolver a la humanidad a su correspondiente época en el menor tiempo posible. Un periplo tan complejo como inusitado, con un claro componente educativo en su parte más científica. Una serie que antepone la inteligencia y la cooperación frente a la violencia, frente a la imposición del fuerte sobre el débil. Y tras medio año de emisión, parece que TMS Entertainment ha llevado a cabo un trabajo lo suficientemente eficaz como para que la prehistoria científica se nutra cada día de más adeptos.

Fruits Basket (TMS Entertainment)

TMS Entertainment ha cumplido con el sueño de muchos con su producción de Fruits Basket (2019). Un regreso largamente esperado. Un regreso que se produce casi dos décadas después de que una de las obras más influyentes de su género se estrenase originalmente. Una que jamás tuvo el espacio para desarrollar el entramado original que proponía Natsuki Takaya. La nueva versión de Fruits Basket lo hace en un espacio que va mucho más allá de lo que constituye un remake en su más mínimo exponente y muestra que la laureada dirección de Yoshihide Ibata no es todo lo que tiene para ofrecer este esperado regreso. Fruits Basket sigue siendo una obra especialmente tierna, que va mucho más allá de los estereotipos de su demografía. No solo es una representación del alma de lo inocencia, sino que también resulta ser una obra que se atreve a adentrarse en la psique de sus personajes para realizar una leve pero efectiva introspectiva que le permite, entre otras, investigar el papel de la familia —insistiendo en la idea del hogar y el sentimiento de pertenecer a algo, más allá de lazos y obligatoriedades impuestas— y mostrarnos una imagen que rompe la principal superficialidad de los actores y actrices que presenta la obra. Fruits Basket (2019) es más que su idea. Más que un regreso. Es una obra que no se encuentra definida por tiempos o esquemas, sino un título capaz de marcar al medio y que abre sus brazos a cualquier persona que quiera lanzarse a ellos. Sin importar nada más.

Hoshiai no Sora (8Bit)

Desde hace un par de años es inevitable no encontrar un spokon que protagonice la temporada; da igual que sea verano, otoño, invierno o primavera, siempre hay un espacio para el género. Y menos mal. Porque, sinceramente, pocas veces son las que se echa a perder esas líneas de trabajo. Es cierto que este año hemos tenido que esperar, pero gracias a la llegada del otoño hemos podido encontrar una de las propuestas más llamativas del año; pues Hoshiai no Sora se postula como ese spokon que nos acerca a un deporte no tan conocido por muchos de nosotros, el soft tennis, pero al mismo tiempo nos aproxima a un grupo de jóvenes cuyas motivaciones se encuentran desdibujadas en un plano muy real en el que sus problemas personales radican en sus actitudes y comportamientos para con la sociedad. Una historia llena de sentimiento, de esfuerzo y, sobretodo, de superación. Puede que el soft tennis sea el telón bajo el que se apoya cada uno de los protagonistas de la ficción, pero será su propia vida la que jugará el partido final. Un partido que, además, lucirá increíblemente bien gracias al esfuerzo de 8Bit (That Time I Got Reincarnated as a Slime) y la dirección y guion de Kazuki Akane (Code Geass: Akito the Exiled).

Kaguya-sama: Love is War (A-1 Pictures)

Gracias al trabajo de Aka Akasaka y A-1 Pictures tenemos ante nosotros, posiblemente, una de las mejores series de 2019. Hablamos de Kaguya-sama: Love is War. Una obra que juega con el amor como elemento principal y conjuga, a través de sus personajes, un humor y una puesta en escena que no puede pasar desapercibida ante ningún espectador. Un relato que posiblemente nos remueva nuestros recuerdos y nos haga pensar en los tan sonados L y Kira. Una oda que aúna dosis de ingenio y amor a partes iguales cuyo reflejo puede dejarse caer en el Death Note de Ōba y Obata. Una comparación que no sólo se apoya en los duelos mentales, sino en cómo a través de la dirección son capaces de incluirte, a ti como espectador, en la contienda del amor. Los duelos entre Miyuki Shirogane y Kaguya Shinomiya son los verdaderos protagonistas de la obra; pero tras ellos se esconde una amalgama de sentimientos cuya tilde principal se sitúa en el amor. Kaguya-sama: Love is War es mucho más que la comedia con la que merendar cada sábado; es una demostración de cómo derribar los tropos más comunes y lidiar con ellos una forma sutil, valiente y perspicaz. Miyuki y Kaguya todavía tienen mucho por lo que luchar pero, tarde o temprano, el corazón dictará la decisión final. ¿Quién será el vencedor de la batalla?

Kimetsu no Yaiba (Ufotable)

El nuevo trabajo de Ufotable es la prueba fehaciente de que todavía se llevan a cabo muy buenas adaptaciones de historias nacidas bajo el sello editorial de la Weekly Shônen Jump; y que, también, es posible arrebatarle el trono anual a One Piece como manga más vendido. Y lo es no solo por su despliegue técnico, sino porque respeta el material original de su autora. Trabaja sobre el mismo con sumo detalle y delicadeza, potenciando así sus puntos flacos y permitiéndose despuntar en el medio audiovisual. Kimetsu no Yaiba narra la historia de Tanjirô, un joven de origen humilde cuya tranquilidad se va al traste cuando su familia es masacrada a manos de un vil demonio. Todos excepto su hermana, quien esquiva las garras de la muerte sacrificando su estatus de humana y engrosando las filas de las criaturas demoníacas. Sin embargo, su humanidad permanece intacta. Tanjirô deberá velar por su seguridad convirtiéndose en un cazademonios y buscando una posible cura para la única luz que aún brilla en su vida. Kimetsu no Yaiba ofrece una historia simple, pero sumamente efectiva ya en sus primeros compases. No pretende destruir los paradigmas del género, pero sí distanciarse en cierta medida por un tono mucho más oscuro, crudo y directo. Una fantasía oscura ambientada en el periodo Taishô que reluce por el increíble trabajo de Ufotable, pero también por ese espíritu inherente a la obra original.

Kono Oto Tomare! (Platinum Vision)

Kono Oto Tomare! nos traslada hasta Japón, concretamente al instituto de preparatoria Tokise. Un lugar muy especial donde viviremos en primer plano los sucesos principales de la historia así como las notas más vivaces de la temporada. Takezō Kurata deja atrás su penúltimo año para acabar su etapa en el instituto. Empieza su última etapa para él en la escuela, y con ella un nuevo reto, pues como antiguo miembro del club de koto no quiere que éste desaparezca. Así, los primeros compases de Kono Oto Tomare! se centrarán en cómo Kurata debe conseguir los miembros necesarios para que el club no cierre sus puertas, aunque este no será el único reto que se imponga ante ellos pues una vez cuenten con los miembros necesarios deberán tocar una pieza de música para lograr conquistar al público, y sólo si consiguen llegar hasta sus corazones el club de koto perdurará un año más en el instituto. Una prueba más que compleja que nos demostrará las verdaderas intenciones de la obra y cómo pretende embaucarnos semana tras semana, pues Kono Oto Tomare! no solo es una historia acerca de la música sino de cómo las personas viven a través de ella y logran palpitar entre ellas haciendo resonar ese eco hasta el público. Tal vez la última apuesta de Platinum Vision no esté sonando lo que debería, pero desde aquí os invitamos a darle una oportunidad y descubrir aquello que aguardan sus personajes y el sonido del koto, ese instrumento tan especial capaz de transmitir el rugido de un dragón.

Mugen no Jūnin (Liden Films) 

Hay ocasiones que se necesita más de una oportunidad para aprender a contar una historia. Y justamente esto es lo que le ha ocurrido a la adaptación animada de La Espada del Inmortal. Un producto que debutó inicialmente en 2008 de la mano de Bee Train y cuyo resultado fue bastante nefasto por la insistencia de querer contar una historia que todavía no había acabado y que, además, el espacio para ello era realmente escaso. Así, casi diez años después, Liden Films (Hanebado!) ha decidido coger el testigo de lo ya creado en 2008 para realizar una nueva adaptación animada en la que no sólo incluirá todo el material original, sino que se atreverá a contar la historia de la inmortalidad de Manji y el camino de redención de Rin Asano a través de una puesta en escena de lo más acertada y cuyo tono no deja atrás lo creado inicialmente por el mangaka Hiroaki Samura. Trasladar una historia de samuráis nunca ha sido una tarea sencilla, pero siempre y cuando se impregne dicho trabajo de cariño, pasión y cuidado, el resultado puede ser más que aceptable. Por lo tanto, el nuevo trabajo de Liden Films no sólo nos deja con una de las historias más cruentas y emotivas del año, sino que, por fin, consigue que el material original de Samura tenga el espacio merecido en pantalla.

Sarazanmai (Lapin Track, MAPPA)

Los seguidores de Kunihiko Ikuhara probablemente sabían que podrían encontrarse en su último trabajo, pero para todos aquellos ajenos a su recorrido, Sarazanmai no solo se postuló como la mayor extravagancia de la temporada, sino probablemente también del año. Y ojalá extravagancias así más a menudo. Tres adolescentes se convierten en kappa (una criatura del folclore japonés de forma humanoide que reúne características de la tortuga, rana o pato) y, guiados por el legítimo heredero al trono del Reino Kappa, deben viajar entre el plano tangible y el intangible para extraer el shirikodama (órgano ubicado en el ano que representa los sentimientos de deseo humanos) de unos misteriosos «zombies». A pesar de lo hilarante que puede resultar su argumento, Sarazanmai es una ficción que destaca por el tratamiento que lleva a cabo de las conexiones humanas, de los lazos que creamos y el poder que ejercen sobre nosotros nuestros secretos. Ikuhara pone el peso sobre el valor más introspectivo, por lo que la relación entre el trío protagonista es uno de sus puntos clave. Un cóctel de drama y comedia que eleva el espíritu creativo al máximo, haciendo de Sarazanmai una impoluta joya con la increíble capacidad de ser sutil cuando quiere, pero también devastadora en términos emocionales. Además, su lenguaje visual —que retrotrae a Monogatari—, la animación psicodélica que luce y su composición musical hacen del conjunto un dulce que solo negarán los más prejuiciosos.

The Quintessential Quintuplets (Tezuka Productions)

Retozando con algunos de los clichés más clásicos del anime y su historia, The Quintessential Quintuplets se ha propuesto la ardua tarea de tirar abajo los muros de los estereotipos de su género para ofrecer una entrega que, sin necesidad de revolucionarlo, nos muestra una nueva visión de la idea del harem. Un argumento que no se aleja de las simplicidades y que se apoya en la comedia para ponernos en la piel de Uesugi, un as de los estudios que se ve ante la oportunidad de enseñar a quintillizas a cambio de una recompensa económica capaz de sacarlo de su precaria situación. Una epopeya de dimensiones superiores a las que el mismo puede imaginar, ya que cada una de las hermanas es tan ineficiente en los estudios como el resto. Un completo desastre. Así la obra se centra en su química: en redefinir el harem clásico, el humor y la presencia de un romanticismo implícito que sirve de columna vertebral de la obra sin restar protagonismo al resto de componentes que le dan forma. Más allá de ser, una vez más, un grupo de chicas tras el mismo chico, la obra de Negi Haruba construye personajes femeninos especialmente característicos, jugando con la idea de cada hermana tenga un carácter y personalidad totalmente definidos, sin convertir a sus protagonistas en objetos románticos. Una comedia especialmente fresca, que construye personajes con un importante carisma y traza una historia con ciertos dotes de naturalidad a medida que se desarrolla. 

The Promised Neverland (CloverWorks)

Llevar a cabo una buena adaptación suele implicar ciertas dificultades, pero la situación se agrava cuando la tarea es adaptar un título como The Promised Neverland. El trabajo original del tándem formado por Kaiu Shirai y Posuka Demizu despuntaba —ahora quizá ya no tanto— sobre el resto de obras en publicación de la mediática Weekly Shônen Jump; la heredera espiritual de Death Note, según muchas y muchos. Porque The Promised Neverland ofrece una experiencia afrodisíaca de tintes oscuros, depravación demoníaca y una historia críptica en forma de rompecabezas que hace buen uso de los giros de guion. Transportar este clima tan característico de la obra original al audiovisual era la particular quimera de CloverWorks. Un enorme desafío ante el cual solo podían ofrecer máximo esfuerzo. Y, pese a sus más que evidentes fallos, CloverWorks ha logrado llevar a cabo una adaptación notable. El equipo de producción optó por prescindir de ciertos detalles, alterar sucesos e impregnar su guion de un ritmo mucho más veloz. Pero, tal y como comentábamos en su correspondiente crítica, consigue captar la esencia y ciertos matices del original. Lo adapta a otro lenguaje, tomándose ciertas libertades creativas por el camino que en ningún caso ensucian el trabajo previo. Son los dos lados, las dos perspectivas de un todo, de The Promised Neverland.  

Vinland Saga (Wit Studio)

Makoto Yukimura comenzó una travesía de venganza, amor y pérdida hace ni más ni menos que quince años. Más de una década ha tardado el medio audiovisual en recibir la valiosa historia vikinga del autor nipón. Y qué mejor manera de hacerlo que a través del esfuerzo de Wit Studio, mundialmente conocidos por ser la mano ejecutora tras Shingeki no Kyojin. Basada en las correspondientes sagas islandesas, Vinland Saga cuenta en sus primeros compases la historia de un padre que descubre el verdadero sentido de la vida fuera del estruendo de la guerra, de lo pueril de la violencia, para acto seguido ceder el testigo a su hijo, para que sean sus propios ojos los que vean cómo es el mundo que hay ahí fuera, para que aprenda. La producción se nutre de un contexto nórdico y una cultura para, en el fondo, hacer que su mensaje sea mucho más demoledor. Porque Vinland Saga no es más que una alegoría a la libertad, un mensaje antibélico que pone de manifiesto lo intrascendente de la violencia. Narrativamente exquisita, eficazmente despiadada cuando debe serlo y eficazmente intimista y detallista cuando así lo requiere. Un título valiente, como aquellos que no ceden al peso de los ideales y las costumbres. 

Mención especial: Mob Psycho 100 II (BONES)

El polifacético ONE volvía a dar que hablar con el regreso de Mob Psycho 100, producción a cargo del popular estudio BONES. ¿Qué esperar de esta segunda temporada? Pues más de lo mismo, pero mejor. Mob Psycho 100 II ofrece otro tipo de lecturas sin perder un ápice de su identidad; ahora la narrativa deriva hacia unos derroteros de mayor madurez e introspección, sin romper ese fino equilibrio entre drama, humor y acción que tanto le caracteriza. En esta nueva iteración impera la necesidad de elevar a su protagonista, pero desde un plano más íntimo. Fomentar su evolución como persona. Darle espacio para conocerse mejor a sí mismo; para acallar órdenes y atender su voluntad. Tener la potestad de elegir, de tomar decisiones y esbozar caminos propios. Mob Psycho 100 II tiene un sorprendente factor humano pero, como decía, la identidad sigue inalterable. Y parte de la identidad de la serie es su irreverente humor y una factura técnica soberbia que luce la excentricidad más psíquica y lo sobrenatural de forma impecable. Mob no solo debe exorcizar los demonios más tangibles y tenebrosos, también los suyos propios; esos que, en ocasiones, son peores que el diablo más perverso. Y Mob Psycho 100 II le brinda la oportunidad perfecta para lograr tal hazaña, pero también nos brinda a nosotros uno de los mejores desarrollos argumentales del año, la relación más pura y, por supuesto, algunos de los capítulos más estremecedores de 2019. 

Y para ti, ¿cuáles son tus mejores animes de este año 2019? No dudes en decírnoslo en los comentarios de esta entrada o a través de nuestro perfil de twitter.

Equipo El Palomitrón Anime

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