La Incubadora ha seleccionado los nuevos proyectos de largometraje que formarán parte su quinta edición. Este programa de la ECAM dirigido a directores, guionistas y productores españoles ha tenido que escoger entre más de 200 propuestas. Estos cinco nuevos largometrajes recibirán una dotación de 10.000 euros como ayuda al desarrollo y contarán con una bolsa de viaje para cubrir sus desplazamientos a Madrid en caso de residir en otras comunidades autónomas.

El 23 de febrero tendrán comienzo las sesiones con los mentores, profesionales del sector audiovisual como Merry Colomer (productora en Morena Films) o Alex Lafuente (productor y distribuidor), además de los directores Enrique Urbizu y Carlos Marqués-Marcet y las directoras Helena Girón y Pilar Palomero. Los proyectos de La Incubadora recibirán, además, asesoramiento de fondos internacionales y programas como EURIMAGES e IBERMEDIA, directores de festivales como Eva Sangiorgi (Viennale), distribuidores internacionales como Visit Films o Films Boutique y compradores de contenidos como Movistar+, Netflix o Amazon.

Rafa Alberola, nuevo responsable de THE SCREEN, afirma que “la selección sigue la línea de los pasados años y apuesta por una variedad de cinematografías amplia, que en esta ocasión añade un proyecto de animación por primera vez, lo que supone un reto para la ECAM y para La Incubadora”. Ahora sí, veamos de qué tratan estos nuevos proyectos:

Anoche conquisté Tebas, de Gabriel Azorín, cuenta la historia de Antonio y su mejor amigo Jota, dos adolescentes portugueses que, una fría tarde de invierno, deciden cruzar la frontera con España junto a sus amigos en busca de unas antiguas termas romanas, donde se encuentran con los soldados que las construyeron. Así, cuenta el encuentro entre estos dos grupos de hombres con una edad similar pero separados en el tiempo por más de 2000 años.

Desechable, de Carlos Gómez Salamanca, es el primer proyecto de animación que acoge La Incubadora. En él se cuenta un relato inspirado en hechos reales mediante el uso de técnicas 2D y 3D, que da lugar a una animación que refleja la crudeza de los hechos sin artificios. De esta forma cuenta cómo un bioquímico es secuestrado en la selva por un grupo paramilitar colombiano para fabricar droga. Una vez allí, logra escapar de sus captores creando una droga sintética que le permite acabar con ellos usando una violencia desmedida. A partir de ese momento, vivirá en las calles con su perro, su única compañía.

Ripli, de Elena Tara, busca “abordar el tema de la salud mental con el deseo de retratar a las personas que viven con este tipo de afecciones, desestigmatizarlas y mostrar las dificultades a las que se enfrentan los neurodivergentes en su día a día en nuestra sociedad”. Este largometraje es el resultado de las entrevistas que la propia directora ha realizado a personas con TDA, depresión o ansiedad.

Festina Lente, de Carlos Villafaina, es un drama sobre la vida de Daniel, un hombre soltero de 42 años cuya vida da un vuelco al enterarse de la muerte de su madre. Esto le obliga a enfrentarse a su pasado y reencontrarse con su hermano mellizo Alejandro, que tiene parálisis cerebral.

Macramé, de Bárbara Magdalena, cuenta la historia de Simona, una señora burguesa de 75 años que vive en un gran piso lleno de labores de macramé hechos por ella misma. Decide contratar a Clara, una joven de origen latinoamericano, para la limpieza de la casa, y un día la descubre robando. Para poder escapar, Clara coge las cuerdas que la señora usa para hacer macramé y la ata. Estos nudos cobran un nuevo significado para Simona al notarlos en su propio cuerpo. Según cuenta la propia directora, esta idea tiene de punto de partida el Shibari, el arte japonés de la atadura erótica, y la frase con la que se refirió el fotógrafo Nobuyoshi Araki a este arte: “una atadura es un abrazo fuerte”.