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FOXFIRE: CONFESIONES DE UNA BANDA DE CHICAS

 

Crítica de FOXFIRE:UNA BANDA DE CHICAS. Cine en EL PALOMITRÓN.

 

Legs (RAVEN ADAMSON), una chica de quince años harta de la vida y del día a día en los Estados Unidos de medianos de los cincuenta, se cuela en medio de la noche en la habitación de su amiga de instituto Maddy (KATIE COSENI). En ese preciso instante se empiezan a cimentar las bases de lo que será FOXFIRE; un grupo de chicas adolescentes cansadas del imperante machismo y de una sociedad sustentada por el asfixiante patriarcado. Todo eso debe acabar y ellas serán las encargadas de liderar esta revolución con tintes socialistas. La banda se forma entorno a la máxima de “el hombre es el enemigo y se le debe castigar”. En un principio, siendo poco más que cuatro chicas mal organizadas e idealistas, defienden y denuncian los acosos a los que se ven expuestas las mujeres del momento. Broncas en el colegio, pintadas en escaparates y alguna que otra pequeña trifulca, pero nada significativo. El grupo aumenta de tamaño y de fuerza, pero todo cambia cuando son detenidas y juzgadas por un episodio concreto y aislado. A partir de entonces, tras tres años de encarcelación de su líder Legs, las posturas se radicalizan y acaban convirtiéndose en una banda puramente delictiva.

 

Crítica de FOXFIRE:UNA BANDA DE CHICAS. Cine en EL PALOMITRÓN.

 

Tras el inmenso éxito de LA CLASE, el director francés LAURENT CANTET vuelve a poner sus palabras en boca de los más jóvenes y rebeldes: los adolescentes. Si bien, FOXFIRE no tiene nada que ver con el film de 2008, los protagonistas tienen ciertos puntos en común. Llena de pretensiones y con un planteamiento potente, esta obra no alcanza las expectativas creadas. Las dos horas y media de film crean demasiados altibajos y la historia en si misma se acaba transformando en un errático discurso con incierta conclusión. Si CANTET se ganó entrar en la lista de las promesas del cine francés a finales de los noventa y principios de los dos-mil por su espontaneidad en la técnica y su dureza en la historia, con esta película (estrenada mundialmente en 2012; otra vez estamos llegando tarde) cambia momento y lugar y se le nota perdido y desubicado. Seguramente, dentro de la frialdad que transmite, tenga algo que ver el hecho de que sea una adaptación de una novela exigente y profunda, que ya se ha intentado adaptar anteriormente sin grandes resultados (de aquella JÓVENES INCOMPRENDIDAS de 1996 sólo se recordará que fue uno de los primeros papeles protagonistas de ANGELINA JOLIE). El montaje es dinámico y la producción goza de un buen ritmo, pero tiene graves problemas de síntesis que obligan a esta duración tan exagerada.

 

Crítica de FOXFIRE:UNA BANDA DE CHICAS. Cine en EL PALOMITRÓN.

 

Dentro de los pilares positivos del film nos encontramos con un acting potente, aunque sea ópera prima de la mayoría de las intérpretes, y una estética correcta y efectiva. Fotografía y arte se unen para dar un admirable reflejo del fin de los cincuenta en el país americano. Grandes contrastes e interesantes juegos de sombras conforman un ambiente que apoya la narración y que sobresale dentro de las decepciones provocadas por el guión. Toda una pena que teniendo una buena apuesta estética, unas actrices capaces y valientes y un argumento con potencial, todo se desvanezca detrás de las incapacidades dramatúrgicas. La película también se adentra en ciertos conceptos ideológicos y políticos que se ven desmerecidos por un punto de vista demasiado superficial y pueril. Se habla de feminismo, cuando lo único que hay es hembrismo, y se reflexiona sobre el comunismo, cuando sólo sobresale un populismo que ni convence ni ejemplifica. Una película que podría haber llegado a ser de visionado obligatorio para los adolescentes, pero que no consigue transmitir un mensaje claro y potente, como sí lo hacen otras grandes obras que debaten sobre la condición ideológica durante esa edad. Dos horas y media que probablemente se emplearían mejor leyendo el «Nada», de Janne Teller, Simone de Beauvoir o yendo simplemente al libro de Joyce Carol Oates.

LO MEJOR:

  • Unas jovencísimas actrices que se estrenan con paso fuerte.
  • Una estética coherente con el momento histórico y con la narración.

LO PEOR:

  • Una duración que supone un obstáculo para la atención del espectador.
  • Unos mensajes políticos banalizados y con poca consistencia.

 

 

Adrià Naranjo

5 COMENTARIOS

  1. No estoy de acuerdo. No se trata de hembrismo. Pero el feminismo surgido de la agresión tiene por necesidad que ser agresivo. Está expuesto desde su raíz no desde la reflexión filosófica o social de Beauvoir. Y no habla de comunismo, de lo que habla es de la Revolución, de toda aquella que empuja a los que están sometidos y necesitan rebelarse: los que en su ideal de justicia anteponen el fin a los medios. En lo que sí estoy de acuerdo es en que el ritmo decae y resulta innecesariamente reiterativa.

  2. Entiendo tu argumento «el feminismo surgido de la agresión tiene por necesidad ser agresivo», pero lo que me parece populista y hembrista es la generalización («odiamos a todos los hombres. Todos ellos son el enemigo. Tenemos que acabar con ellos…»). Pero, quitando etiquetas o definiciones de la ecuación, lo que está claro es que no llega a profundizar en ninguno de los aspectos que toca. Es una película con buenas intenciones de base, pero que se diluye justo al empezar y se pierden rápidamente todas las posibilidades filosóficas, didácticas o revolucionarias.
    Cuando salí del cine y empecé a pensar en la crítica me acordé inmediatamente de «Into the Wild» (Hacia rutas salvajes). Aunque no tengan nada que ver, es un film que se plantea transmitir al espectador un sentimiento de cambio y unas necesidades espirituales e ideológicas que se alejan de las normas sociales preestablecidas. Mientras que la obra de Sean Penn consigue el objetivo, esta no sabe concretar las ideas y el mensaje no llega con la fuerza necesaria.

  3. Pero es inevitable que sea así. No es un análisis del feminismo, sino de cómo se despierta ese sentimiento en un momento concreto y en un grupo concreto. Son adolescentes y la película pretende ser realista. Su capacidad de reacción no llega más allá que a defenderse como pueden y después a atacar para sobrevivir. Lo mismo ocurre con el sentimiento revolucionario, lo transforman a sus necesidades. Por supuesto que lo simplifican todo. Lo increíble sería que un grupo de adolescentes fueran capaces de hacer una reflexión brillante del feminismo y del comunismo. Y no tiene nada que ver con «Hacia rutas salvajes», una cosa es la transgresión ideológica y otra la que se hace por sobrevivir como individuo. Tienen detonantes completamente diferentes. Las agresiones, la anulación, el sometimiento…, ya sean explícitos o sutiles (que se respiran en toda la película), son la clave de su comportamiento, no una necesidad ideológica meditada y reflexionada. En realidad no saben ni hacia dónde van, sólo saben que tienen que ir y que haciéndolo se sienten mejor que sometiéndose.

    • Aquí hay dos temas extremadamente diferentes, pero extremadamente unidos. Por un lado está la ideología o visión del mundo de las protagonistas y, por otro, el de la película (guión, dirección, intención,…). Como bien has dicho, son un grupo de adolescentes y no es creíble (ni cinematográficamente deseable) que tengan una manera de pensar y de actuar coherente y adulta. Pero el director y el equipo técnico sí debe tener un punto de vista claro y posicionado y su principal misión es mostrarlo, sea de boca de quien sea. Esta intención aparece de una forma muy difusa y no usa correctamente los mecanismos de empatización como para que quede clara la tesis global del film.
      También comentabas que no ves equiparable esta obra con Hacia Rutas Salvajes, te lo doy. ¿Pero y This Is England? También es ideología, también son jóvenes, también los protagonistas caen en incoherencias (curiosamente algunas son las mismas, como el tema del racismo). Pero la diferencia es que This is England tiene una intención y una contundencia que en esta FOXFIRE se echa mucho en falta.

      • A ver, la confusión es confusión y así se debe reflejar. No creo que estés diciendo que el director no tiene una idea clara de lo que está contando o que si tuviera que expresar su manera de pensar sobre esos temas lo haría en esos términos. Cuenta una historia. Es una historia sobre personas perdidas que buscan. El director no tiene ninguna obligación más que mostrar lo que quiere mostrar. El cine no está para dar lecciones, está para reflexionar (por lo menos este tipo de cine).
        No lo puedes comparar con una historia ambientada en los 80 en la que perderse era casi el objetivo y las corrientes estaban cimentadas, alentadas y en permanente evolución. Esto son los 50, cuando comienza todo (y gracias a ello existieron los 70, los 80 y los 90…). El comienzo es así: difícil de ver, difícil de entender y difícil de expresar. Sobre todo cuando nos tienen acostumabrados a darnos las historias machacadas, sentenciadas y valoradas. (Además, el racismo de los 50 en Estados Unidos no es en absoluto comparable con el de los suburbios de los 80 en Inglaterra).
        Repito: no es una exposición ideológica, es una exposición humana (que normalmente acabará en una idiología). Pero aquí la ideología no importa. Importan dos cosas: el papel de la mujer, y encima menores, en esa sociedad y le necesidad (casi obligación) de rebelarse. Y precisamente lo interesante es que no saben ni cómo hacerlo, ni exactamente contra qué (tienen 15 años, el tiempo que Legs está en el correccional son 5 meses y no tres años como dices tú).
        Me temo que las dificultades para entender esta película radican precisamente en el mismo problema que la película trata.

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