MUSHOKU TENSEI: JOBLESS REINCARNATION, VOLVER A EMPEZAR
Si hay algo presente en prácticamente la totalidad de temporadas de estrenos anuales es el género isekai. 2021 parece que no tiene intención de romper este hábito, pues en sus primeros compases ya figuran estrenos de producciones ya consolidadas como Re:Zero o Log Horizon, pero también hay espacio para savia nueva, como es el caso de Mushoku Tensei: Jobless Reincarnation. El título en cuestión, cuyo estreno inicial estaba programado para el año pasado, finalmente encuentra un hueco televisivo en enero de 2021, concretamente el día 11.
Como todo buen isekai que se precie, la adaptación a cargo de Studio Bind —una compañía con poca experiencia en la industria— se acoge al material original de Rifujin na Magonote y ShiroTaka, una serie de novelas ligeras que comenzó en 2014 y que, en la actualidad, sigue en publicación con un total de 24 volúmenes, una adaptación manga con más de nueve volúmenes e incluso una serie manga spin-off. Con una más que notable notoriedad en el país del sol naciente, el trabajo literario original será trasladado al audiovisual bajo la batuta de Manabu Okamoto (Gamers!) en la dirección, además de contar con el trabajo de nombres como los de Kazutaka Sugiyama (Darling in the FranXX) a cargo del diseño de personajes o Yoshiaki Fujisawa (Dimension W) de la composición musical.
Sin desapegarse apenas de las raíces del género, Mushoku Tensei: Jobless Reincarnation cimienta su historia a partir de la trágica muerte de un «nini» en la treintena que trata de salvar a unos jóvenes de un accidente de tráfico. Consciente de los errores cometidos en vida y de tantas oportunidades perdidas, se le concede la oportunidad de vivir en un mundo fantástico, de espada y brujería, bajo la identidad de Rudeus Greyrat. A pesar de su nueva identidad, aún mantiene los recuerdos de su antigua vida, por lo que Rudeus hará todo lo que esté en su mano para no repetir errores de tiempos pretéritos y solventar los problemas y obstáculos inherentes a un mundo mágico, pero también peligroso.
Edu Allepuz