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Crítica de la película de Given destacada - El Palomitrón
ANIME / MANGA CRÍTICAS REDACTORES

GIVEN: THE MOVIE, «TODO IRÁ BIEN»

Aviso: Este artículo contiene spoilers argumentales de la trama principal de Given, temas que se abordan en los cuatro primeros volúmenes del manga original y la primera temporada de la serie animada. Respecto a la película como tal, no se incide en ningún spoiler relevante, pero tal y como indicaremos en la crítica, es recomendable conocer los sucesos anteriores antes de ver la cinta o leer algo sobre ella.

No me siento solo.
Aunque nunca volveré a verte.
Aunque aún no haya encontrado las palabras…
Llevo conmigo aquello que amaste.
Ocurrió cierto invierno…
Ocurrió cierta mañana…

¿Sentimientos encontrados? Espero que sí. Cada vez que pienso en Given no puedo evitar caer en estas palabras, unas líneas que no solo están grabadas a fuego en mi interior sino que, además, suponen la mecha que prende el inicio de la obra de Natsuki Kizu. Un título cuya impronta reside en aquellos pequeños detalles que nacen a partir de los sentimientos. Algo que ha tenido más que presente Hikaru Yamaguchi para embarcarse en la adaptación animada de la misma —el director de la serie, pero también de la película—. Hablar de sentimientos no es una tarea sencilla, pero hablar de aquello que has perdido todavía es más complicado. Y justamente ese sentimiento es el primero que se muestra en Given, uno que radica en la pérdida de aquello que estuvo y que, por determinadas circunstancias —diferentes en cada uno de sus personajes—, ya no está; o al menos no hay constancia de ello. Perder algo material puede tener, en cierto modo, una solución; pero cuando hablamos de una pérdida interna ésta posee un tratamiento distinto, un tratamiento que en ocasiones deriva en derrotas personales, sentimientos olvidados o corazones desorientados. Y es esa pérdida la que, a través de una puesta en escena de lo más variada, se consigue transmitir en todo lo expuesto hasta el momento en la adaptación animada de Given.

Las palabras de Mafuyu, las que dan inicio a este texto, son unas que hablan de sus sentimientos, unos que derivan en esa pérdida de la que hablamos. Pero al mismo tiempo, esas palabras también abren la puerta al siguiente plano de Given. El plano de la liberación, de la expresión. Existen infinitos libros de autoayuda para salir de las situaciones más cruentas que podamos imaginar, pero solo existe un libro que te abre realmente las puertas a ese haz de luz en medio de una oscuridad infinita; un libro que se escribe con sangre propia, un libro cuyo narrador principal eres tú mismo. No existe mejor remedio que el impuesto de manera propia, y ese foco es el siguiente que convive, junto al sentimiento de pérdida, en la obra de Natsuki Kizu. Un foco que cuenta con múltiples direcciones pero que aquí consigue tomar una dirección única determinada por los caminos de sus personajes: la música. Esa autopista directa al corazón que consigue dotarnos de las alas necesarias para volar a la altura perfecta; una altura medida por los sentimientos y el devenir del propio sino. Y así, aunando la pérdida y la música, es como empieza a sonar Given. ¿Lo sentís?

Crítica de la película de Given Mafuyu y Ritsuka - El Palomitrón

Hace casi dos años pudimos disfrutar, por primera vez, de la boy band de Given en nuestras pantallas. Un título que ya se había ganado el beneplácito del público gracias a la publicación del manga original pero que fue, tras su salto a la TV, cuando se convirtió en un fenómeno sin igual. Un fenómeno cuya fuerza residía —y reside— en lo fiel que es la adaptación frente al material original; aunque es en este formato donde cobra un cariz especial: la obra suena de verdad. Y aunque la autora en todo momento consigue que su producto palpite entre nuestras manos, es su adaptación animada la que le otorga ese matiz final que hace de Given un producto único cuyo mensaje deriva en dos caminos: sus personajes y las letras de sus canciones. Una conjunción perfecta que hace de la historia algo único. 

Por ello, tras conseguir la funcionalidad de Given en ambos campos, era innegable pensar que una vez finalizada la primera temporada de la serie animada no tuviésemos más contenido en dicho formato. Un contenido que en esta ocasión no ha derivado en una segunda temporada, sino en una película. Una cinta que se estrenó finalmente el pasado mes de agosto en Japón y que ha sido ahora, en febrero de 2021, cuando ha llegado al resto del mundo de forma totalmente legal gracias a la labor de Crunchyroll. Una cita obligada para todos aquellos seguidores de la obra y que, a pesar de su breve duración, narrará el siguiente arco argumental de la obra de marras. Una continuación directa de la primera temporada del anime que nos volverá a situar frente a la boy band pero que, lejos de la dupla Mafuyu/Ritsuka y los primeros compases del grupo musical, incidirá mucho más en Haruki y Akihiko; los otros miembros de Given cuyos sentimientos se entrecruzarán en esta película llena de sentimientos, dolor, frustración, amor y música. Por favor, que no falte la música…

Crítica de la película de Given concierto - El Palomitrón

«Hubo alguien a quien perdí,
alguien que estuvo junto a mí.»

Natsuki Kizu centra los primeros pasos de Given en pos de formar el grupo que protagonizará la obra; un grupo que al principio tan solo era instrumental pero que, tras la aparición de Mafuyu en la vida de Ritsuka, deja de ser un grupo de tres y pasa a ser uno de cuatro con una voz que encenderá los corazones de todos sus miembros. Desde el más cercano, como puede ser el de Ritsuka, hasta aquellos que parecían no tener heridas y realmente están llenos de parches, como es el caso de Haruki y Akihiko. Dos personajes que en un primer momento se presentan como figuras ya formadas, figuras con una sombra definida y sin nada que objetar. Pero para nada la obra iba a permitir que Haruki y Akihiko se quedasen así. Y justo estas historias, formadas entre el pasado y el presente, son las que se presentan en la película de Given. Sucesos que se encuentran entre el tercer y quinto tomo de la obra homónima y que, a pesar de suprimir algunas cosas de la trama principal dispuestas en pos de Mafuyu y Ritsuka, Hikaru Yamaguchi consigue presentar de forma exquisita y dejarnos con ganas de mucho más. 

Crítica de la película de Given Haruki y Akihiko - El Palomitrón

Tras la formación definitiva de Given, la transformación de Mafuyu con su primera canción y el cambio radical de Ritsuka abriendo de una vez por todas su corazón, ha llegado el momento de conocer qué aguarda en el interior de Haruki y Akihiko. El bajista y el batería cuyos pasados y presentes están mucho más conectados de los que ellos creen; aunque como en cualquier conexión, siempre hay brechas y caídas. En esta ocasión representadas por heridas pretéritas y sentimientos perdidos a lo largo de los años. Mientras el grupo se prepara para sus próximas actuaciones entre las que deben preparar una nueva canción, la película centra su foco en los sentimientos de escondidos de Haruki y en la desesperación de Akihiko por huir de un pasado que no hace más que causarle dolor pero que no consigue dejar atrás. Un pasado que queda perfectamente reflejado en la película a través de una de las piezas clave de esta: Ugetsu Murata. Un joven y virtuoso violinista que será el detonante que haga explotar el corazón de Akihiko. 

Unas cuerdas rotas que, además de ofrecernos una nueva cara de la obra, nos estremecerán incluso más que aquella guitarra rasgada de Yuki a manos de un inexperto Mafuyu. Y hablo de cuerdas rotas, pero también de promesas olvidadas. Una amalgama de sentimientos que huyen bastante de lo acogedor de la primera temporada para exponernos ante un escenario más maduro y complejo. Un escenario en el que brota el dolor más rabioso, turbio y embrollado. Porque sí, la película nos dejará con momentos bonitos e incluso felices, pero también con otros que huyen de los tropos y nos sitúan en la peor de las realidades posibles frente a los sentimientos. Y es que en el amor no hay balanza ni precio que nos diga qué está bien y qué está mal, y es justamente ese juego de emociones el que veremos a través de este nuevo episodio de Given.

Crítica de la película de Given Haruki - El Palomitrón

Un episodio que incluso puede llegar a incomodar a algunos espectadores en un momento clave para la historia y para los personajes. Una situación que tanto Natsuki Kizu como Hikaru Yamaguchi se han atrevido a exponer sin tapujos porque, como decía, en el amor parece que todo está permitido. Y aunque no debería ser así, las personas somos seres irracionales frente a nuestros sentimientos y no hay personajes más reales que aquellos que consiguen hacerte creer aquello que está pasando en ficción. Posiblemente este sea el punto más complejo de la obra hasta el momento; pero será a través de este puente y la nueva canción de Mafuyu como la historia consiga avanzar en pos de derribar muros, sanar heridas del pasado y vislumbrar cuál es el objetivo vital. Objetivos que se verán representados en cada uno de los personajes de la historia, pero cuyo enfoque recaerá principalmente en Haruki y Akihiko. Un enmascarado y un cobarde; una cuerda y una baqueta. 

De esta forma, la película de Given narra posiblemente el arco más crudo de la obra hasta el momento. Un nuevo punto y aparte que nos servirá para descubrir que la historia es una de contrastes, una que no teme en contar la realidad tal y como es aunque duela, pero ante todo, una que iza una bandera en pos de la música. Una bandera que rompe prejuicios, huye de falsos mitos y que, además, emplea el mejor lenguaje para demostrarle al corazón qué siente exactamente. Porque al igual que Mafuyu pudo vencer a su pasado y liberar todo aquello que reprimía desde la muerte de Yuki, en esta ocasión será Akihiko quien, a través de la letra de este, consiga vislumbrar el camino que debe tomar. Uno que volcará todo lo construido hasta ahora y le haga comprender quién es él y qué es lo que quiere realmente. 

Crítica de la película de Given Ugetsu Murata - El Palomitrón

Así, una vez más, Given nos demuestra la importancia de su vehículo narrativo principal; uno que, además, vuelve a estar ligado a la naturalidad, la delicadeza y la pausa. Y aunque la película pueda tener un ritmo más acelerado del que nos gustaría para contar ciertas cosas, llega a ser, como lo fue la serie, el complemento perfecto que pondrá color y sonido a una obra que ya de por sí dice mucho más de lo que parece. Un producto que recoge todas las bonanzas que tuvo la serie hace unos años y se convierte en el testigo perfecto de ellas, pues Lerche y Michiru no dudan en ejecutar su trabajo de la misma forma dejándonos así con un producto audiovisual a la altura de la obra. Una resolución tan satisfactoria que conseguirá remover nuestros sentimientos, tararear sus canciones e incluso ahogar en lágrimas nuestros ojos una vez llegue el final de la película tras los créditos. Porque tendremos que escuchar una última canción, aguantar un poco más e incluso dejar nuestro último suspiro para, una vez pasados los créditos finales, disfrutar de un final que no será más que el inicio del siguiente arco de una historia de amor diferente que brilla con su propia luz. 

Me enamoré un día de otoño.
Esta es una historia de amor común y corriente,
de una primavera como cualquier otra.

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Marisol Navarro

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2 COMENTARIOS

  1. Te he leído con el corazon en un puño Marisol, te lo prometo, todo el anime, todo el manga y toda la película han pasado por delante de mis ojos una vez más mientras leía tu texto, que grandísimo homenaje a la obra y cuanto cariño dejas aqui.

    Given es musica: la música como medio de sanación de todas las heridas por grandes, dolorosas y profundas que sean. Y en Given no solo vemos a estos personajes y la forma como intentan lidiar con la perdida (de un ser querido, de un amante, de uno mismo… hay muchos tipos de pérdida) nos vemos a nosotros mismos. Porque también nosotros durante nuestras vidas, quien mas y quien menos, hemos sentido dolor, hemos perdido y seguiremos perdiendo. Y todo ese dolor que queda como recuerdo adormecido en nuestras memorias y corazones lo recuperamos viendo Given: «Yo he pasado por esto, sé lo que se siente». Y por eso obras como la de Kizu sensei son tan especiales.

    Te ha quedado redondo. Deberías estar muy orgullosa de lo que has plasmado aquí. Millones de abrazos.

    • Muchísimas gracias por tus palabras y apoyo, Paula. De verdad, no sabes lo que nos gusta leerte por aquí.

      ¡Nos das la vida con tus comentarios! <3

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Publicista aficionada de las películas, las series y el cómic en general. No tengo un género preferido, pero todo lo gore me apasiona. Adoro viajar, y si algún día consigo ir a Japón, sin duda para el trayecto tendré preparada toda la obra de Sui Ishida.