El Palomitrón

Tu espacio de cine y series españolas

La clase de piano - El Palomitrón
CINE CRÍTICAS REDACTORES

LA CLASE DE PIANO

 

LOS ANTECEDENTES

Ludovic Bernard, el director de la película La clase de piano, se encontraba un día en la estación de Bercy (París) cuando, de repente, escuchó a un joven con poca apariencia de ser alguien afín por la música clásica tocando un vals en un piano. Ese hecho le sorprendió de tal manera que en cuanto subió al tren comenzó a recrear lo que sería el pasado y futuro de ese joven y preguntándose al mismo tiempo cómo ese chico era capaz de tocar así y cómo habría aprendido a usar así el piano. Finalmente, la historia la trasladó a la Estación de Paris Norte y para el casting, al no encontrar ningún actor joven que fuera pianista, optó por Jules Benchetrit con el que asegura el propio director que tras conocerlo notó “un magnetismo inmediatamente”.

LA PELÍCULA

La clase de piano nos muestra al joven Mathieu Malinski como un chaval de barrio que no se atreve a mostrar los deseos y satisfacciones que le produce la música y tocar el piano. Por culpa de unos pequeños hurtos acaba en la cárcel y gracias a Pierre Geitner, director del Conservatorio Nacional Superior de Música (que le vio tocar en una estación de tren), logra salir de la cárcel a cambio de prestar unos servicios sociales. Gracias a esta ayuda, Mathieu empieza a dar clases en el Conservatorio y a ver cada vez más cerca la posibilidad de cumplir su sueño: ser pianista profesional.

El director francés Ludovic Bernard con esta nueva película pretende contar una historia de superación personal, de lucha hasta alcanzar el sueño de cada uno cueste lo que cueste. Pese a que la propuesta no resulte novedosa en ese aspecto, sí que tiene matices que pueden resultar interesantes: uno de ellos y quizá el más destacable, es la personalidad introvertida del protagonista de la historia, ese chico tímido (interpretado por Jules Benchetrit) con falsa apariencia de chulo de barrio que oculta una personalidad sensible a través de la música clásica, un chico que se emociona y manifiesta sus sentimientos a través de un instrumento, en este caso un piano. Y es, la música de piano, otro de los aspectos más valorables de la película, gracias a la música el director consigue crear escenas donde los protagonistas se sumergen en su mundo musical, donde solo con las miradas de ellos se evidencia la grandeza de la música clásica como pilar fundamental de la propuesta. Hay que valorar  la importancia de la interpretación de los actores que en este caso son más que notables,  tanto la del joven pianista (Jules Benchetrit) como la de sus mentores (Kristin Scott Thomas y Lambert Wilson).

La película, en resumidas cuentas, no resulta demasiado convincente en cuanto a la presentación, desarrollo y conclusión de los acontecimientos: joven de barrio marginal y sin muchas posibilidades quiere dedicarse a tocar el piano. Lo del chico marginal con frustraciones es algo ya muy manido y se evidencia cierto cliché al utilizar este estereotipo de chico sin recursos al que ayuda alguien importante de otra escala social. No ayuda tampoco el hecho de que los conflictos que plantea el desarrollo de la película se solucionen de una forma asombrosa y poco verosímil. Por lo tanto, La clase de piano es la historia que tantas veces hemos visto: el año pasado pudimos ver ese recorrido de la cantante sin recursos que consigue llegar al estrellato (Lady Gaga en Ha nacido una estrella); también es lo que hace años mostró Stephen Daldry con el niño que quiere bailar en Billy Elliot, y sobre temas así sacaríamos muchos más filmes. En el caso de La clase de piano, en vez de un chico que anhela ser bailarín o cantante tenemos a un joven pianista, es de las pocas diferencias, por lo demás la historia se repite: malos comienzos, inseguridades, envidias, progresos y retrocesos, problemas y tragedias familiares hasta llegar al final que siempre es el éxito. Por lo tanto, el filme acierta en la selección musical y la interpretación de sus actores pero falla en la propuesta argumental.

La clase de piano 2 - El Palomitrón

ELLOS Y ELLAS

Jules Benchetrit es el gran protagonista de la historia y uno de los responsables de que la película llegue a interesar. Consigue realizar una interpretación totalmente creíble y meterse a la perfección en este chico joven tan retraído con muchas dificultades para transmitir verdaderamente lo que siente. Es un acierto de casting totalmente.

Por otra parte, Kristin Scott Thomas y Lambert Wilson también consiguen con sus interpretaciones llenar la película de escenas cargadas de sentimiento donde saben con sus miradas reflejar toda la pasión que sienten alrededor de la música clásica.

LA SORPRESA

Que el director le de a la música clásica un valor importante dentro de la película.

La clase de piano 3 - El Palomitrón

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

Una de las últimas secuencias donde el joven pianista consigue su éxito y toca por primera vez ante el público. Resulta una escena muy conseguida donde a través de flashbacks y gracias a la interpretación de Benchetrit (los gestos y los silencios como principal característica) se refleja perfectamente un clima emocional que la escena en sí requiere. Resulta algo muy visto pero es efectista, y si funciona, nos vale.

TE GUSTARÁ SI…

Si en su día te maravilló Billy Elliot o si te encantó Ha nacido una estrella, esta también te gustará.

LO MEJOR

  • El joven protagonista, Jules Benchetrit
  • Las escenas donde la música clásica impregna toda la pantalla

LO PEOR

  • Que el director no se haya atrevido a innovar con la propuesta y no presentar la historia de siempre

 

Javier Valera

2 COMENTARIOS

    • Hola María Teresa!

      En principio creemos que es un guion original pero déjanos investigarlo porque no estamos seguros 100%.

      ¡Gracias por participar!

Responder a Maria Teresa PerezCancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.