LOS ANTECEDENTES

Hellboy vuelve al cine en forma de reboot, con una adaptación más oscura y sangrienta de los cómics creados por Mike Mignola. Neil Marshall es el encargado de ponerse al frente de la obra y es conocido por dirigir episodios para televisión (como Westworld, Juego de Tronos o Constantine) y algún que otro largometraje (Doomsday, Centurión). La protagoniza David Harbour, a quien recordaremos por su papel en Stranger Things como el policía Jim Hopper, pero también le hemos podido ver en títulos como Revolutionary Road o Escuadrón Suicida.

Tras años de paciente espera para averiguar si habría una tercera parte de Hellboy, finalmente se decidió por realizar un reinicio de la saga. Todo esto sucedió como consecuencia de la marcha de Guillermo del Toro, a quien se le ofreció producirla pero declinó la oferta, puesto que no le dejaron dirigir su propio guion. Tras la marcha del famoso director de las antiguas películas, Ron Perlman (el antiguo Hellboy), tampoco quiso permanecer en el proyecto si Del Toro no lo capitaneaba. Por lo que, finalmente, no pudimos disfrutar del cierre de la trilogía pero, en cambio, nos han traído a un nuevo Hellboy a las salas con un tono más diferente y bestia que las anteriores.

LA PELÍCULA

Este reinicio de la saga de Hellboy supone una comparación inevitable con su versión del 2004. Si las películas protagonizadas por Ron Perlman se diferenciaron por algo fue por su estética bien cuidada, un guion trabajado, personajes con carisma y un universo que le daba al mundo de los superhéroes una frescura renovada y distinta a lo ya visto. Sin embargo, esta nueva adaptación, se pretende caracterizar por vestirse con un tono más siniestro y menos madura que las anteriores. Intención que no se cumple ni en un sentido ni en el otro. Por un lado, la versión española viene censurada, sin poder alcanzar todo su potencial y desaprovechando la principal ventaja con la que jugaba. Además, si los tráilers nos mostraban una imagen nueva del personaje con un estilo más desbordado y divertido, nos acabamos encontrando con un Hellboy descafeinado, sin gracia y con poco encanto.

El punto fuerte de la película recae sobre la difícil disyuntiva que enfrenta Hellboy entre apoyar a los humanos (quienes le desprecian) o a las criaturas (viles por naturaleza) que proceden de su mismo infierno. Estos conflictos internos entre los que se debate el personaje son atractivos en cuanto al elemento motivacional que mueve al personaje y como principal motor de la trama. Sin embargo, está llevado a medias y no se explora de forma congruente ni en profundidad, cayendo en saco roto, desarrollándolo de forma torpe y con una conclusión precipitada. Hay que otorgarle, por otro lado, la creación de un nuevo universo lleno de criaturas fascinantes venidas del inframundo y recreadas digitalmente con gran cantidad de detalles (aunque en ocasiones se nota y roza lo cutre). Pero, una vez más, no sacan todo el potencial de ello, manteniendo todo ese mundo sobrenatural en un segundo plano sin darle mayor protagonismo.

Otro de los problemas que tiene la cinta son sus personajes, lleno de secundarios poco atractivos y sin química entre ellos. La trama, además, avanza a trompicones por momentos. Al comenzar parece que tarda en arrancar, tomándose su tiempo, y cuando finalmente lo consigue, lo hace de forma abrupta y atropellada. La historia acaba siendo muy simplista y vulgar, sin chispa ni divertimento y con una villana principal con motivaciones pobres y típicas. En definitiva, una adaptación innecesaria y una oportunidad desaprovechada de poder haber creado un Hellboy mucho más macabro desde otro punto de vista fresco y novedoso.

ELLOS Y ELLAS

David Harbour lo intenta, y no lo hace mal, pero con los diálogos que tiene y los caminos que toma su trama no es capaz de lograr que empaticemos demasiado con su personaje. Tampoco tiene un gran repertorio en sus expresiones ni una identidad auténtica con la que se pueda dotar al personaje de un estilo diferencial que pueda gustar al público.  Interpreta a un anti héroe creíble pero poco ocurrente y con escasa personalidad, que hace que nos desentendamos cada vez más de este nuevo Hellboy. La apariencia física y el diseño del personaje, en cambio, están muy trabajados, pudiéndose diferenciar de su antiguo aspecto pero sin alejarse demasiado de él.

En cuanto al resto de secundarios, nos encontramos con Milla Jovovich, quien no se sale mucho de su repertorio habitual, representando un papel antagónico muy básico con objetivos simples, desarrollando un personaje que se acaba haciendo cargante y poco comprensible. Ian McShane hace el papel de padre adoptivo, pero no logra que conectes demasiado con la relación entre su hijo y él, que resulta poco verosímil, además de explicar muy poco acerca de su personaje, importándonos más bien poco dicha subtrama. Al igual sucede con Sasha Lane y Daniel Dae Kim, cuyo ausente carisma permanece apagado durante gran parte de la película, con historias personales poco relevantes.

LA SORPRESA

Observar cómo, a causa de este reboot, nos quedamos sin un cierre digno del Hellboy que los espectadores merecíamos. Y, en cambio, recibir un lavado de imagen de su universo poco atrayente que no resulta merecedora de la vuelta del personaje.

LA SECUENCIA / EL MOMENTO

La secuencia de la lucha con los gigantes es una de las más impactantes y entretenidas del film.

TE GUSTARÁ SI…

Quieres ver una adaptación de Hellboy con más acción, cargada de brutalidad y gore.

LO MEJOR

• La creación de un nuevo universo más oscuro con unas criaturas del averno fascinantes.
• Una versión más bestia y sanguinolenta que las anteriores (aunque censurada).

LO PEOR

• Personajes poco atractivos y sin química entre ellos, con un antagonista demasiado simple.
• Trama sin gracia y con un ritmo irregular.
• Una oportunidad desaprovechada y perdida de haber hecho una nueva adaptación fresca, distinta e interesante.

Iván Rodríguez