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Crítica de Wotakoi destacada - El Palomitrón
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DESCUBRIÉNDOME A MÍ MISMA A TRAVÉS DE WOTAKOI

Crítica de Wotakoi principal - El Palomitrón

Como he dicho en más de una ocasión, a veces, la sorpresa nace del propio desconocimiento. Llevo algo más de un año escribiendo por aquí y hay un artículo cada temporada que marca las series que van a salir. Una guía que hasta no hace mucho no le prestaba mucha atención y desde hace un tiempo no dejo de mirarla cada temporada para ver qué series voy a seguir o no. Pero la pasada primavera hubo una obra a la que no le presté la atención necesaria. La olvidé completamente y, a pesar de estar también en el catálogo de Amazon Prime Video, no la contemplé en ningún momento. Algunos ya sabréis de quién hablo, otros puede que todavía no. Una pista más. ECC Ediciones ha sido el principal responsable de darme en la señal que necesitaba. Sí, hablo de Wotakoi: Love is Hard for Otaku. Parece que llego algo tarde, y a pesar de ello, la obra me ha acogido con los brazos bien abiertos y con una bonita historia de amor que contarme.

Dejando los estigmas de lado

Wotakoi: Love is Hard for Otaku narra la historia de Narumi Momose y Hirotaka Nifuji. Una historia que toma su fuerza al mostrar el día a día de ambos sin tapujos ni convicciones. Tras ser grandes amigos en la infancia y por circunstancias aleatorias de la vida, Narumi y Hirotaka acaban siendo no solo compañeros de trabajo, sino una pareja que inicia por primera vez su propio periplo hacia el amor. Una travesía que no recorrerán solos. En todo momento estarán acompañados por Hanako Koyanagi y Tarō Kabakura, dos compañeros de trabajo que también son pareja y comparten gustos y aficiones con Narumi y Hirotaka. Un cuarteto bastante particular en el que más de uno se sentirá identificado.

Crítica de Wotakoi Narumi y Hirotaka - El Palomitrón

Desde los primeros compases, Narumi y Hirotaka se muestran inexpertos e ingenuos. Su relación es natural, real. Van poco a poco, y a pesar de contar con una pareja mucho más «madura» y longeva no toman ejemplo de ellos y forman su propio camino. Un ejercicio de nobleza y autoría por parte Fujita, autor de la obra homónima, quien apuesta por demostrar el inicio de una relación desde otra perspectiva; una bastante real y cercana al espectador. Pero todo esto no solo lo consigue mostrando la faceta entrañable de la obra, sino que a todo ello le suma el hecho de ser «un otaku». Una etiqueta originaria de Japón que se emplea para definir a todas aquellas personas con aficiones centradas en el manga o el anime.

Ser otaku en Wotakoi está a la orden del día, y cada uno de sus personajes principales nos lo demostrarán en cada uno de los once episodios de la serie. Cada uno mostrará una faceta; ya sea centrada en el manga, el anime o los videojuegos. Fujita tiene el valor de jugar con esta etiqueta, e incluso me atrevería a decir que lo hace realmente bien. No solo crea un vínculo entre los cuatro protagonistas, sino que incluye un quinto haciéndote sentir uno más del grupo. Empatizar con el público siempre es una tarea complicada, pero cuando te metes en su mente e indagas en sus gustos, el trabajo se simplifica.

Las demografías del amor

A lo largo de cada uno de los episodios viviremos multitud de experiencias, ya sea a través de sus personajes o a través de sus aficiones. Es cierto que si te sientes el quinto miembro disfrutes mucho más, pero ser otaku no es condición necesaria para ver esta obra o divertirse con ella. Lo mismo ocurre con tener pareja, un hecho totalmente imprescindible pero es innegable sentirse algo más cerca si tienes y compartís esta pasión hacia la cultura japonesa. Fujita juega con este input a su favor y lo convierte en un extra de su obra, una en la que parece haber colocado más de un espejo y un altavoz para decirte: «¡Hola! ¿Me reconoces?»

Crítica de Wotakoi Hanako y Tarō - El Palomitrón

Puede que, en cierto modo, me esté dejando llevar por los sentimientos encontrados en Wotakoi pero estoy totalmente segura de que no estoy sola en estos momentos. Ya sea a través de Narumi, Hirotaka, Hanako o Tarō la mayoría de nosotros nos encontramos en la obra; una que no suma ni cuatro horas en su totalidad pero te hace reflexionar sobre tu vida y aquello que más te llena en tu día a día. Gracias a esta obra se reivindica el hecho de que ser otaku no está mal, no debería ser objeto de burla y se podría llegar a considerar incluso una filosofía de vida. Dejan de lado las connotaciones negativas a las que puede estar sujeta esta etiqueta y exponen, de una forma única y jovial, todos los aspectos positivos de ésta; destacando sobre todo el hecho de encontrar tu lugar en el mundo, un buen grupo de amigos y una pareja que te quiere sin importar «la etiqueta» que lleves —o llevéis— detrás.

Seas otaku o no, te quiero

Puede que a lo largo del texto no esté dando muchos detalles acerca de lo que ocurre en la obra ya que prefiero centrarme en aquellos aspectos que la rodean. Considero que, al igual que me ocurrió a mí, descubrir Wotakoi: Love is Hard for Otaku prácticamente sin saber nada es la mejor opción para poder disfrutar de la historia al completo. No sólo para descubrir cómo son realmente los personajes —entrañables todos y cada uno de ellos— sino para observar las referencias, los guiños a esas particularidades tan especiales y para ver con tus propios ojos otra versión del amor. Una tintada de rosa, verde, azul o naranja.

Cupido en esta ocasión llega en forma de píxel y es capaz de clavar su flecha en todos los corazones, incluido el nuestro. Una flecha que no atiende a razones, complexiones o preferencias. Un aspecto que, indudablemente, se observa a lo largo de la obra; ya sea a través de Narumi y Hirotaka o de Hanako y Tarō. En la mayoría de ocasiones los estigmas sociales no te dejan ser tú mismo, y esa imposición social puede abolir a tu corazón de palpitar. Pero gracias a Wotakoi podemos presenciar la caída del muro, observamos cómo las imposiciones se intercambian por libertades e incluso vislumbramos cómo el ser diferente del resto, en muchas ocasiones, te ayuda a encontrarte contigo mismo. Hirotaka es capaz de descubrirlo a través de Narumi, y Fujita espera que nosotros también lo hagamos por nosotros mismos. En definitiva, Wotakoi no solo nos ofrece una excelente adaptación por parte de A-1 Pictures en conjunto con Akimitsu Honma, sino que nos expone una declaración de intenciones frente a tu propia vida muy difícil de olvidar.

Marisol Navarro

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1 COMENTARIO

  1. Excelente artículo!!! Me encantó tu redacción y como captaste la sipnosis del anime. Wotakoi es sin duda una obra maestra porque es entretenida y te saca más de una risa 😀 además de, como lo dices en el título te identificas y te «descubres a tí mismo» no soy una otaku al 100% pero me encanta el anime y todo lo relacionado con ello, esto, el k-pop y dibujar se han convertido en mis nuebvos pasatiempos favoritos, y a veces soy criticada por ellos, pero no importa, teniendo claros cuales son mis gustos y lo que me hace sentir bien, la sociedad no importa..

    ¡Solo haz lo que te gusta y disfruta lo que te hace feliz!
    Att: Wotaku ni Koi Wa Muzukashii <3

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Publicista aficionada de las películas, las series y el cómic en general. No tengo un género preferido, pero todo lo gore me apasiona. Adoro viajar, y si algún día consigo ir a Japón, sin duda para el trayecto tendré preparada toda la obra de Sui Ishida.