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Crítica de Shingeki no Kyojin 3x19 destacada - el palomitron
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SHINGEKI NO KYOJIN: ACARICIANDO LA VERDAD

Shingeki no Kyojin se dirige hacia el mayor punto de inflexión de su trama. Y lo hace con suma delicadeza, rindiendo culto a cualquier tiempo pretérito de una infancia que ya expiró y a unos sueños rotos. Sobra decir que el camino ha sido demasiado arduo, pues la lluvia de sangre ha sido una constante a lo largo de la producción, así como las montañas de cadáveres. Isayama se ha servido de un buen puñado de piezas para ejecutar con enorme soltura los movimientos de su particular juego. Venganzas, traiciones, revelaciones y coronaciones. Sangre y lágrimas. Es como si su desarrollo hubiera emulado el de una partitura que lo da todo en su parte final; cuyo ritmo in crescendo se libera en un colofón explosivo de notas que calan en el alma humana. Las últimas entregas de la producción eran esas notas finales, ese éxtasis que libera quien porta la batuta de la orquesta. La batalla por Shiganshina era el infierno emocional que precedía la calma, el sosiego de la mayor revelación de la serie. Un mcguffin tan insistente como prometedor. Si estamos aquí, si ellos están ahí, es para desenterrar a ciertos fantasmas del pasado. Para conocer la verdad oculta del mundo. Y «Sótano» es el candado que se rompe, la cerradura que se abre. El hermetismo hecho añicos.

Deudas de sangre

La entrega de esta semana abre con el resultado de «Sol de medianoche». Con la marca inherente de la decisión más difícil de la humanidad. La que convirtió a Levi en juez y verdugo, así como a Armin en un sempiterno deudor. El abrazo en el que se funde con Eren al despertar supone volver a la realidad. La materialización definitiva de la finta a la Muerte y de que alguien de enorme valor pereció en su lugar. Nueve soldados, solamente nueve personas son los supervivientes de la cruenta batalla. El informe de situación es un golpe mortal que le propina Eren a su amigo. La realidad le golpea, sin ningún tipo de cortesía. De repente sabe por qué está vivo, por qué está entre ellos. Y por qué Erwin no. Siente la presión de no estar a la altura, de contraer una deuda de enorme peso en la que él jamás habría incurrido. Una opresión que ahoga y que es complicado olvidarse de ella aunque Levi mencione que la decisión fue suya, única y exclusivamente suya. Eligió que Shinganshina sería la tumba de Erwin. El remanso de paz para un hombre convertido en demonio por necesidad. Alguien cuyos hombros quizá portaban más peso del imaginable.

Crítica de Shingeki no Kyojin 3x19 sótano - el palomitron

La situación parece indicar que Armin es el sustituto de Erwin, pero él no puede serlo, se siente incapaz. Sin embargo, tampoco se le exige. Él tiene su propio poder, y no debe dejar que la importante decisión sea en vano. Debe sobreponerse y no caer en la comparación. Un proceso de asimilación nada fácil que, imagino, se explorará con mayor detalle en posteriores entregas. Porque ahora es momento de dirigirse a la verdad enterrada bajo los escombros. Son Levi, Hange, Mikasa y Eren quienes ponen rumbo al ya extinto hogar de los hermanos Jaeger. Los encargados de exhumar antiguos fantasmas. Adalides de la verdad. Wit Studio abandona cualquier atisbo de épica en este capítulo para abrazar la nostalgia y un ritmo lento acompasado por el que en ocasiones es el mejor de los sonidos: el silencio. La marcha de los cuatro soldados comienza entre flashbacks; entre recuerdos de la infancia de un Eren ansioso por entrar en el sótano de su padre, los hechos que terminaron con dicha infancia o las palabras de Erwin teniendo como objetivo el mcguffin de Shingeki no Kyojin. El sótano como núcleo argumental, como lugar de convergencia.

Desenterrando la verdad

Como decía, el camino hasta el antiguo hogar es un viaje de nostalgia, un recorrido que refleja los efectos de la destrucción y los de la imparable naturaleza. Un escenario casi post-apocalíptico. Los férreos pasos y el viento son los únicos artífices de sonido. Porque cualquier palabra sobra cuando, a medida que se avanza por lo que antaño fueron calles y plazas, resulta imposible no proyectar hacia atrás en el tiempo. No recordar el cálido sol bañando las bulliciosas calles donde la gente parecía ser feliz. Son Eren y Mikasa de pequeños quienes ejercen de nexo entre pasado y futuro, protagonistas de la felicidad y del tortuoso atentado que experimentaron. Shingeki no Kyojin alcanza su particular meta alternando entre épocas, recordando que el paso entre juventud y madurez puede ser mortalmente efímero.

Crítica de Shingeki no Kyojin 3x19 fotografía sotano - el palomitron

El sótano sigue ahí; imperecedero, intacto ante cualquier catástrofe y superviviente de mil y una elucubraciones sobre su contenido. La llave de Eren fue un enigmático regalo de su padre, pero podría considerarse un arma. Una cuyo efecto puede sacudir los cimientos de su sociedad, de su mundo. La herramienta con la que abrir la Caja de Pandora. Una llave que esconde mucho y cuyo destino no es, al menos, abrir la puerta del sótano. La fuerza bruta es la herramienta sustitutiva. Una vez dentro, nada fuera de lo común. De lo que cualquiera podría esperar de los compartimentos de alguien cuyo oficio es el de médico: libros de medicina, mejunjes… Todo dispuesto bajo una pasmosa normalidad. Menos la pequeña cerradura en una de las esquinas de una vieja y polvorienta mesa. La llave encaja, gira a la perfección. Un cajón es lo que esconde. Vacío en primera instancia, pero su doble fondo esconde tres libros en perfecto estado gracias al uso de ungüentos de protección. Tres libros que parecen esconder la historia entre bambalinas; aquello que anhelaban. ¿Qué querría decirle Grisha a Eren? La respuesta la tiene ahí, ante sus ojos, mientras su pulso delata su nerviosismo y la mano de Mikasa se apoya sobre la suya. La complicidad fluye entre ellos. Son los hermanos Jaeger quienes abren la Caja de Pandora.

«Esto no es un dibujo […] Se llama fotografía»

«Vengo del exterior de la muralla […] La humanidad no se extinguió»

Una fotografía y unas breves palabras son lo primero que encuentran al abrir el libro. Tras ello, la producción avanza en el tiempo para mostrar el retorno de esos nueve locos supervivientes. Los héroes encargados de recuperar el Muro María y brindar una nueva esperanza para la humanidad. Antaño traidores, hoy héroes. Pero traen algo más que una victoria sobre el brazo. Traen el secreto de sus muros, de más allá de los mismos. Una historia que ha permanecido oculta durante tantísimos años y que, ahora, será Grisha Jaeger quien, desde su juventud, se convierta en narrador. Porque Wit Studio se espera al cierre de los créditos para poner el dulce, para presentar a un Grisha de temprana edad junto a su hermana perseguir un dirigible como quien persigue un sueño. Portando un brazalete identificatorio y con la prohibición de salir de unas murallas que distan de las actuales. Pero si algo es idiosincrático de la juventud es la rebeldía, la desobediencia. Siendo éste impulsivo acto el detonante para conocer la verdad. La historia del otro Jaeger.  «Sótano» es la entrega que alcanza el clímax prometido. Un clímax fraguado a golpe de sangre y lágrimas, de pérdida, sacrificio y victorias con fragancia derrotista. Seis largos años han tenido que pasar para ser testigos del mayor punto de giro orquestado por Isayama. Merecemos disfrutar.   

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Edu Allepuz

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1 COMENTARIO

  1. De nuevo Edu desgrana el episodio de hoy, si se me permite la metáfora, con la precisión de un cirujano, cortando y exponiendo las partes sobre las que incidir.

    De todas las palabras empleadas, la que más me identifica las sensaciones vividas durante el episodio es la de ‘nostalgia’, y es que esa nostalgia que sienten los protagonistas se traslada en mi caso también a mí mismo, evocando los inicios de la serie y todas las vivencias de esa primera temporada que he tenido como espectador. Creo que es un logro de Wit Studio esa suerte de transferencia de sensaciones, introduciéndote en la piel de los protagonistas y viviendo unos momentos en la Shiganshina pre-ataque de los titánes y lanzándote de nuevo a la realidad de la Shiganshina en ruinas.

    Me gustaría comentar aquí el resurgimiento ahora con el anime de lo que ocurrió en su día con el manga a raíz del episodio anterior y la decisión de Levi, hubo mucha gente en contra de ese giro que usó las redes sociales para clamar su disconformidad e incluso desacreditar y descalificar a Isayama por dirigir la historia en ese sentido.
    La verdad es que yo siempre he sentido debilidad por Armin, siendo el arquetipo del personaje débil, que precisa de la ayuda de los demás, y se tiene en muy baja estima. Este tipo de personajes siempre me causan simpatía (tú también Shinji Ikari), quizás por la sensación de querer ayudarles.
    Sea como fuere, no puedo comprender las críticas en ese sentido, ya no hacia una historia mal desarrollada, un dibujo deficiente, si no hacia un giro de guión sin valorar hacia dónde llevará, únicamente porque uno de tus personajes favoritos ha sido eliminado del mapa a costa de otro que no te caía bien. Después de todo, supongo que es parte de la magia de esta serie, y la enorme profundidad y carisma que alcanzan los personajes.

    De nuevo muchas gracias por tu análisis del episodio Edu, ha sido una lectura muy interesante y evocadora.

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Intento de muchas cosas y una de las piezas que hacen funcionar la sección manganime. Ávido lector de manga, enamorado de la tinta y de la tragedia de Sui Ishida. Firme defensor de la industria como arte y la abolición de estúpidas etiquetas.