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CRÍTICA DE DARLING IN THE FRANXX 07

Trigger y A-1 Pictures coronaban a su nueva obra en el episodio anterior. Con un título homónimo Darling in the FRANXX superaba las expectativas para hacernos volar a todos con lo que sería el último vuelo de Hiro. La consolidación de sus metáforas, de su simbolismo y referencias dio luz a espectáculo sin igual que, lejos de estancarse en su éxito, decide seguir adelante a toda marcha y sin mirar atrás.

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Tras la dura batalla que se libró en el capítulo anterior toca descansar. Y no hay mejor forma que hacerlo que tirar de un tópico japonés: la playa. La forma en que abre Darling in the FRANXX 07 da a entender que la serie también se tomará un descanso mientras los pilotos disfrutan entre arena y mar. Nada más lejos de la realidad. Nishigori no se permite el descanso ni un solo momento. El simbolismo y las reflexiones —algo que se ha convertido en marca de la casa— siguen tan presentes como en el resto de la obra.

Es una forma cercana de desarrollar a sus personajes. Siempre los hemos visto subidos en un FRANXX, hablando sobre la próxima batalla o discutiendo cuestiones morales. Pero no dejan de ser adolescentes. Se han criado de forma aislada y siempre pensados como armas. Pero Darling in the FRANXX decide (una vez más) alejarse del modelo de Hidetaka Anno para desarrollar a sus personajes de forma cercana. De forma más humana que nunca.

Humanos por primera vez

En los últimos compases del capítulo anterior Hiro prometía a Zero Two ser sus alas. Es una rotura de la frialdad. Primero de las formas en las que crecen los pilotos, y luego de la barrera que se extendía entre él y la chica. Algo que abre la veda al factor más humano de la obra. Todos los pilotos, todas las parejas se necesitan para volar, el uno al otro. Y es así como, con esa confianza, los pilotos de Strelizia forman su lazo. Este sentimiento se irá transmitiendo, poco a poco, entre el resto de jóvenes, de forma que puedan volar juntos. Es algo que se empieza a ver en este capítulo, pero que revela mucho más que eso.

El primer punto viene acompañado de un ligero fanservice. Tan ligero que su guión le da la vuelta —me gustaría creer que lo hace incluso como una crítica a quienes le tachaban de utilizar esas medidas— y lo convierte en sensación, en adolescencia. Al fin y al cabo no son más que jóvenes que crecen en un mundo aislado. Sin educación sexual, sin haberse visto atraídos por el cuerpo de una mujer o de un hombre. La forma en que se mira, en este capítulo, a las chicas no es una muestra de fanservice, no es una sexualización, si no unos adolescentes descubriéndose a si mismos. La atracción por aquellas que son sus compañeras, las que les acompañarán de por vida. Es, quizás, la forma que tiene la obra de recordarnos que son humanos.

Su otra forma de decirlo gira entorno al beso. Parece que tras el pájaro de Jian, esta se ha convertido en su metáfora favorita. «¿Que es un beso?». «Con eso declaras que otra persona te pertenece». Esto no solo confirma la unión entre Hiro y Zero Two, sino que también se puede aplicar sobre Ichigo y su fracaso al intentar lo propio con Hiro. Casi como un arma de doble filo.

Después de la tempestad, viene la calma

Mientras el guió sigue jugando con sus metáforas, los flashbacks de ocupan de dar cuerpo al episodio. Su propia versión de SEELE vuelve a aparecer en escena para hablar sobre la nueva pareja. El grupo habla sobre que Hiro es la única persona que podrá llevarlos a «Grand Crevasse». Algo que  traducido a nuestro idioma significa «gran grieta». ¿Es posible que tenga algo que ver con su forma de extraer la energía?

Para más inri se desvela que el extraño individuo que aparecía al final del episodio anterior es un enviado de APE. La unión de Zero Two es tan importante que toda Plantation 13 quedará vigilada. Sin embargo, ni si quiera se llega a revelar su nombre.

Mientras tanto, otros recuerdos apuntan de nuevo a la metáfora de la araña y su presa. El Dr. FRANXX advierte a Hiro sobre los problemas de pilotar con Zero Two. Como si el haber logrado dominar a Strelizia no fuese una victoria, sino un nuevo riesgo. Además, aprovechando que los chicos pasan el capítulo en bañador, se hace hincapié en la cicatriz que ahora adorna el pecho de Hiro. Casi como un recordatorio antes que una marca de victoria.

Los vestigios del pasado y la esperanza del futuro

Dejando claro que Darling in the FRANXX no descansa nunca, el argumento del capítulo da un pequeño giro en sus compases finales. Siguiendo ese esquema post-apocaliptico del que tan poco juego ha hecho hasta el momento, el grupo principal encuentra un antiguo pueblo pesquero abandonado. Aunque a nivel de escenarios no muestra nada nuevo. De hecho incluso recuerda a la reciente Seraph of the End. Sin embargo, su apartado artístico brilla con toda su fuerza. Otra prueba más de la capacidad de Trigger y A-1 Pictures.

La visita al antiguo pueblo en ruinas no revela nada nuevo, pero plantea otros misterios. No solo su existencia en particular, sino también cuales fueron las razones por las que se abandonó. Sus creadores aprovechan, además, el escenario para continuar con su juego. El antiguo cartel de una película romántica que evoca de nuevo la metáfora del beso, el libro que habla sobre bebés… Parece que el paso por el antiguo pueblo no se quedará en simple casualidad.

Con todo, los eventos sirven para que los pilotos establezcan nuevos lazos. Especialmente en lo pertinente a Hiro y Zero Two. Tras su primer arco, el grupo principal está conformado definitivamente. Incluso así la chica acaba quedando fuera de escena. Mientras todos lo celebran ella lo observa distante, desde el agua. La noche se cierra tras ellos y Hiro protagoniza el final junto a Ichigo. Como un presagio de fortuna comienza una lluvia de estrellas fugaces. Pero la noche tocará a su fin, igual que la recién iniciada tranquilidad. Ahora que los pilotos son más fuertes que nunca toca iniciar un nuevo arco, tal y como muestra el cambio de su tema final, que olvida la clásica introducción a piano de Torikago. La pregunta es, ¿cuanto durará el nuevo optimismo?

Darlinginthefranxx-crítica

Óscar Martínez

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6 COMENTARIOS

    • Desde luego. Por eso se menciona en todo capítulo y crítica. La metáfora de la araña no es la más importante, ni se ha considerado como tal en el texto, pero es un tema con el que juega su guión junto a la dualidad de Hiro y Zero Two. Tendremos que esperar a ver como avanza la obra para ver como se desarrolla.

  1. Sois un retrasado mental por ver profundidad en el simbolismo barato y vacío de la serie, y ni hablar de lo “humanos” que se sienten los personajes estereotípicos y con nulo desarrollo original. Lo único que me queda claro es que seréis un chaval para emocionarte con tan estúpida serie, o es que Crunchyroll te paga muy bien para promocionarla.

    • Un mínimo de educación, por favor. Que tu punto de vista no encaje con el mío no te da derecho a insultar o menospreciar el trabajo de otros. Me halaga que la consideres digna de pago, pero no, ninguna compañía ha influido de forma ninguna en el contenido de la crítica. Gracias por tomarte la molestia de leerla.

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Escribo más que duermo. Ávido lector de manga y entusiasta de la animación japonesa. Hablo sobre ello en mi tiempo libre.