El pasado mes de octubre la segunda temporada de Boku no Hero Academia llegó a su fin ofreciendo un cierre que aventuraba algo mayor, algo mucho más grande. El campamento de verano estaba a la vuelta de la esquina y, tal vez, podría suponer un período de relativa paz y tranquilidad. Sin embargo, la convicción y firmeza de Tomura Shigaraki en pos de erradicar al símbolo de la paz avivó la llama de la tensión.

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La tercera temporada de Boku no Hero Academia está contando con una labor de dirección envidiable en cuanto a ritmo y manejo de los tiempos se refiere. A pesar de unos primeros capítulos casi de presentación, la mediática serie de héroes y villanos pisó el acelerador con tacto y estrategia, ofreciendo cada semana una nueva entrega sobresaliente tanto a nivel técnico como de ejecución. La acción pareció llegar al clímax en el enfrentamiento de Deku contra Muscular, pero los miembros restantes del Escuadrón de Vanguardia de la Liga de Villanos siguen azotando a los jóvenes aspirantes a héroe desde distintos focos del escenario.

Un quirk de doble filo

Los enfrentamientos entre villanos y estudiantes están sucediéndose uno tras otro, de forma rápida y sin resultar monótonos. Sin embargo, no todos los peligros provienen de esas figuras que han decidido abrazar la oscuridad. Un contratiempo poco o nada esperado pone en jaque la situación del bando heroico. Una adversidad que precisamente también guarda relación con la oscuridad. La incontrolable sed de sangre de la sombra de Fumikage Tokoyami. Debido a las condiciones del campo de batalla, una casi total tenebrosidad cubre todo el lugar. Esto, junto a los impulsos y sentimientos del propio Tokoyami, se convierten en un auténtico cóctel explosivo que deja patente la incapacidad del joven de controlar su propio poder. La fortaleza de su don se transforma en una debilidad. Una que puede cambiar el rumbo de la contienda.

Shoji carga en brazos con un magullado Midoriya consciente de la imperiosa necesidad de  poner a salvo a Bakugo y atónito ante el asombroso poderío de la sombra de Tokoyami. Su compañero de clase es presa de su propio don, de su propio poder. Entre lágrimas de dolor vocifera que se alejen lo máximo posible de él, pero el protagonista de la ficción decide jugar con este contratiempo y volverlo a su favor. Aprovechar la increíble ferocidad de Tokoyami para arrollar al enemigo con el que lidian Todoroki y Bakugo, para después utilizar el fuego y la explosión de éstos últimos y menguar su poder. Aportar algo de luz y aminorar su gigantesca sombra. Así pues, el grotesco Monnfish cae eliminado y Tokoyami recobra la compostura. Objetivo cumplido.

Trucos de magia y pasión por la sangre

Un ligero momento de sosiego impregna la breve conversación entre los allí presentes. Proteger a Bakugo es el actual objetivo y prioridad. Pasos firmes y marcha rauda para salir de la zona y reencontrarse con el resto de alumnos y Eraser Head. Un sprint que interrumpe Mr. Compress, un nuevo villano de aspecto peculiar que reposa en lo alto de los árboles. Desde la altura, con una clara posición dominante frente a los aspirantes a héroe. Bajo un estilo estético muy al unísono de cualquier mago o ilusionista con aires de grandeza, este nuevo enemigo hace uso de su peculiar y desconocido poder para capturar tanto a Bakugo como a Tokoyami. Los dos jóvenes se han esfumado sin dejar un mísero rastro. Mr. Compress sostiene entre los dedos de su mano dos esferas similares a unas canicas. ¿En eso se ha convertido el dúo de estudiantes?

En otro lugar de la contienda, Toga, la joven villana con aires de locura extrema, irrumpe en escena para asaltar a Uraraka y Asui. Las dos jóvenes heroínas le plantan cara con sus habilidades y técnicas aprendidas durante su corto período de prácticas. El espectador se encuentra ante un enfrentamiento de escaso contacto y donde el habla parece primar más. Las palabras de Toga hacia Uraraka parecen calar fondo y ahondan en sus sentimientos hacia Midoriya —unos que, a día de hoy no son ningún misterio para los espectadores—. Breves instantes de descuido que aprovecha la lunática villana para extraer y llenar los recipientes que porta encima con la sangre de la joven con el poder de manipular la gravedad. Aún desconocemos qué clase de poder posee Toga, pero a juzgar por las herramientas que emplea, el claro énfasis desde la dirección en mostrar los colmillos de la adolescente y la extracción y recolección de sangre, todo parece indicar que este líquido vital es la fuente del mismo. O, tal vez, sirva también para cualquier otro tipo de maquiavélico plan por parte de la organización donde pertenece. Teorías que, tarde o temprano, terminarán por confirmarse o desmentirse.

Llega el segundo asalto

Mr. Compress ha logrado el objetivo del Escuadrón de Vanguardia de la Liga de Villanos. Su retirada es inminente. Todos los villanos enzarzados en combate abandonan el campo de batalla para volver al punto de encuentro. El episodio se encarga de repasar el total de ellos mediante la transición entre planos. Dabi y Twice por un lado, Toga, un nuevo monstruo Nomu, Spinner y Kenji a vísperas de ser rescatados por Kurogiri y Mr. Compress volando y dejando atrás al grupo de Midoriya. Sin embargo, el ímpetu heroico del joven protagonista es tal que nadie bajo la faz de la Tierra es capaz de derrumbarlo. Lanzados como si se tratara de una bala de cañón, Deku, Todoroki y Shoji alcanzan la posición del villano y aterrizan en suelo firme. Un descenso que significa el comienzo de un nuevo asalto, una nueva ronda contra el grupo de los villanos al encontrarse con parte de ellos. Una llegada que incide en la contundencia de su impacto y en las posibilidades narrativas que se abren a partir de este momento. El futuro de Bakugo y el resto de los aspirantes está en muchas manos, ya no solo en las de Mr. Compress.

Edu Allepuz

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