CINE ESPAÑOL DIRIGIDO POR MUJERES VI: EL COMING OF AGE
Después del parón que hicimos para asistir al BCN FILM FEST, regresamos a la serie de artículos sobre cine dirigido por directoras en España. Si en artículos anteriores hemos visto un cine español dirigido por mujeres que entra en lo rural para contar temas universales, hemos contemplado cómo la maternidad y la familia se discuten y se debaten bajo el prisma femenino en este tipo de cine, la sexualidad, especialmente la femenina, es cuestionada en dichas películas y los temas candentes de la actualidad se convierten en material que llega allá donde no lo hacen los grandes relatos, esta vez vamos a focalizarnos en un tipo de cine español dirigido por mujeres que pone el acento en el coming of age que muchas veces camina de la mano de la asunción de determinados roles de género que cosifican a la mujer y sus cuerpos.
En 2018 dos películas estrenadas hablaban del quiebre que suponen algunos momentos de la edad adulta y sus esquemas formales atreviéndose a narrar un coming of age ya tardío con personajes adultos. Ana de día, dirigida por Andrea Jaurrieta, parte de un dilema interesante: Ana (Ingrid García Jonsson) es una mujer adulta que lleva la vida que siempre se había esperado de ella hasta que un día se topa con su doppelgänger y, lejos de entrar en pánico, toma la decisión de convertirse en Nina, alter ego que ella ocupa y que le supone por primera vez vivir una vida que nunca había tenido la oportunidad de vivir. Estrenada en el mismo año y dirigida por Elena Trapé, Las distancias es la historia de unos amigos que van a pasar un fin de semana a Berlín para darle una sorpresa a su amigo Comas (Miki Esparbé). Lo que no esperan es que el recibimiento no es tan cálido como ellos imaginaban y que, a medida que pasen las horas, ese fin de semana se tornará más y más sombrío hasta el punto de toparse con el muro de una realidad sobre la amistad que jamás habían esperado.

Tanto Las distancias como Ana de día parten de la misma premisa, pero desde puntos muy alejados: levantar la acción a través de un quiebre con la realidad, ya sea a través de la ciencia ficción o a través del realismo, pero, en ambos casos, desde la adultez. Los personajes de ambas películas son adultos que han de rehacer sus vidas con unos esquemas que jamás habían imaginado y desde una mirada totalmente distinta a su normalidad.
Sobre la pérdida de la inocencia en un mundo ya adulto también nos habla la película Nosaltres no ens matarem amb pistoles, dirigida por Maria Ripoll. Estrenada en 2022 y protagonizada también por Ingrid García Jonsson acompañada por Elena Martín, Lorena López, Carlos Troya o Joe Manjón, la película narra el reencuentro de un grupo de amigos en un verano en un pueblo valenciano. El reencuentro prometía ser un encuentro en el que volver a ponerse al día y redescubrir una amistad empolvada, pero resulta ser un recordatorio del hecho traumático que los separó a todos, el crudo retrato de una generación que imaginó tenerlo todo para morder el polvo de la nada y las expectativas no cumplidas a los treinta años.

Finalmente, si de quiebres a una edad muy adulta hablamos, hablamos de una película de Isabel Coixet estrenada en 2020 y protagonizada por Timothy Spall, quien interpreta a un jubilado británico que marcha a Benidorm a verse con su hermano a quien no ve desde hace años. A su llegada no encontrará a su hermano, pero sí descubrirá una ciudad que hace tiempo ansiaba descubrir y que le hará replantearse muchas cosas de su vida. Benidorm recibirá y despedirá a dos personas distintas. Hablamos de Nieva en Benidorm, una de esas joyas escondidas del cine español que luce por sus relaciones que se atreven a ser distintas tan comunes en el cine de Coixet, por su calidez mediterránea contrapuesta a las maneras británicas y por una historia sencilla y amena, pero que dice mucho en muy poco.
Si de un propio coming of age hablamos, Lucía Alemany estrenó en 2019 La inocencia, una película protagonizada principalmente por la actriz Carmen Arrufat en el papel de Lis, una adolescente de un pueblo valenciano que en un mismo verano conoce el amor, el desamor, la maternidad, las relaciones asfixiantes y el peso de la familia y la tradición en esos ambientes de pueblo donde siempre se es bueno ser igual, pero se castiga al diferente que se atreve a cruzar ciertas líneas. En ese verano Lis deja de ser la adolescente para convertirse en la adulta y entender que el mundo adulto es mucho más difícil de lo que ella esperaba y que le tiene reservado unos roles que difícilmente podrán ser transgredidos.

En un paso anterior se encuentra la película Las niñas, estrenada en 2020 y dirigida por Pilar Palomero, un nuevo coming of age de unas niñas que dejan de ser niñas en un colegio católico en la Zaragoza de los 90 para empezar a ser adolescentes. Mientras huyen de la presencia intransigente de las monjas, estas niñas aprenden a recrearse en el mundo masculino mientras se pintan los labios, pero también aprenden sutilmente cuál es el lugar al que la mujer debería aspirar en esa España tan lejana, pero a la vez tan cercana. Andrea Fandos, quien interpreta a la niña Celia, descubrirá con dolor no sólo el mandato masculino que se ejerce sobre el cuerpo femenino, sino también el mundo tan rico de su madre, interpretada por Natalia de Molina, al que tuvo que dolorosamente renunciar para poder entrar en la edad adulta y encargarse de ella. Las niñas es un cuento triste en una España todavía demasiado gris, pero que nos hace entender cuál es el lugar al que las mujeres tradicionalmente se las lleva en una crítica total al patriarcado.
Libertad, dirigida por la camaleónica Clara Roquet y estrenada en 2021, es una película que nos acerca a la inocencia rota de la adolescencia, pero desde otro prisma. Nora (María Morera) es una adolescente de una clase de bien de vacaciones cuando la hija de la criada colombiana, Libertad (Nicolle García), viene a España para encontrar un futuro con su madre. Al principio las dos adolescentes resultan convertirse en mejores amigas y se animan la una a la otra un verano que prometía ser bastante más apagado, pero pronto el peso del dinero y la posición de la familia no permitirá que la hija de unos señoritos se haga amiga de la hija de la criada. Libertad cambia las lecciones de género de Las niñas o La inocencia por la clase social y establece un parteaguas entre el lugar que debemos y no debemos ocupar cada uno en la sociedad dependiendo del lugar de nacimiento. Libertad es una película vestida de caramelo de verano, pero que desgarra la realidad con un relato sobre el elitismo de la burguesía que sigue marcando el lugar que debe ocupar cada uno en la escala social.
Si hablamos de un quiebre con la realidad, Lara Izaguirre estrenó en 2020 Nora, mientras que Icíar Bollaín estrenó ese mismo año La boda de Rosa. Mientras que la primera explica la historia de Nora, quien pierde a su abuelo y tiene que iniciar un viaje por la costa de Euskadi devenido en una road movie que le hará cambiar y darse cuenta de pequeños puntos invisibles de su vida; en la segunda película se nos narra una historia desde la periferia como hemos visto en todos estos artículos donde Rosa (Candela Peña), que vive y trabaja en Valencia, decide darle un giro de ciento ochenta grados a su vida rompiendo con su trabajo, pareja y vida estables para volver al pueblo de su madre a dedicarse a lo que le gusta. Lo que pocos esperan es que Rosa anuncie que se case, pero mucho menos con ella misma, algo que tomará por sorpresa a todos sus amigos y familiares, quienes no esperan que alguien quiera dedicarse a una misma para ser feliz de nuevo.
La boda de Rosa es una película que narra soberbiamente y con un ritmo dulcemente hipnótico ese momento en la vida de todo adulto en que decimos “Basta”. Candela Peña no es ni niña ni adolescente como en Las niñas o La inocencia, respectivamente, pero comprende, no por un hecho traumático como pasa en Ana de día o Las distancias, sino por propia convicción, que su vida debe cambiar y que no soportará ser la adulta que siempre ha sido. Sencilla, pero plena, La boda de Rosa es de las mejores películas que podrían narrar el tema de este artículo sobre el fin de los roles que la sociedad nos impone, especialmente a las mujeres.
Acabaremos con otra mujer protagonizando otra película dirigida por otra mujer. Hablamos de la película Els Encantats, dirigida por Elena Trapé de nuevo, protagonizada por Laia Costa y estrenada en 2023. Irene (Laia Costa) se ha divorciado recientemente y decide ir a pasar sola unos días de calma al pueblo. Entre montañas, encuentros de viejos rostros, noches de grillos en el verano y la presencia de novios más incómodos que buscados, Irene aprenderá a pasar página y a entender que ha empezado un nuevo capítulo de su vida, un capítulo en el que su hija también deberá pasar tiempo lejos de ella y ella deberá aprender a buscar su rol como mujer y como madre en esta nueva etapa de su vida. Al fin y al cabo, la asunción de lo que realmente es la vida y cómo queremos vivirla puede ser algo común al final de la adolescencia cuando se entra en la edad adulta, pero también acontecer a cualquier edad de nuestra existencia.
Javier Alpáñez