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300: EL ORIGEN DE UN IMPERIO

 

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Cuando ZACK SNYDER estrenó en 2007 su adaptación del cómic homónimo de Frank Miller, unos vieron en la película un relato sin rigor histórico alguno que se recreaba en secuencias a cámara lenta para acentuar el carácter ultraviolento del film y subrayar el discurso fastizoide que envolvía todo el metraje. Otros, sólo acertábamos a ver una película de aventuras con un sentido del humor bastante macarra, beneficiada por un lenguaje visual que retenía el espíritu del cómic de Miller gracias a un excelente uso de las técnicas más avanzadas en croma del momento. Estábamos ante algo nuevo, una nueva seña de identidad dictada por la cámara super lenta y una paleta de colores muy acotada por las limitaciones de las técnicas digitales que han sentado las pautas de muchas producciones posteriores (quizás el mayor exponente sea la televisiva ESPARTACO).

 

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300: EL ORIGEN DE UN IMPERIO supone su continuación. Narrada con mucha habilidad, la historia nos sitúa en el antes, en el durante, y en el después de la ya popular batalla de las Termópilas que SNYDER nos narró en el primer capítulo. Para que entendamos por qué Jerjes desea reducir a cenizas toda Grecia, el filme nos sitúa en la batalla de Maratón, en la que cae muerto el gran Darío, rey de los persas y padre de Jerjes. El ateniense que abate a Darío en el campo de batalla es Temístocles, un guerrero extremadamente hábil sobre el que recaerá la responsabilidad de unir a todos los estados griegos para hacer frente a la amenaza persa, sedienta de venganza. Temístocles se revela como un excelente estratega, el único griego, tras la muerte de Leónidas y los suyos, capaz de frenar a Artemisia, la comandante de la poderosa flota persa. Fría, calculadora, experta luchadora, salvaje y tan cruel como bella, Artemisia es el corazón de la flota persa y supone la mayor amenaza para la libertad de Grecia.

Aunque el estreno de esta producción se ha retrasado casi un año, despertando los peores augurios, NOAM MURRO, director sin ninguna experiencia en el género (a sus espaldas sólo tiene un título: GENTE INTELIGENTE, 2008) ha sabido encarar el reto y ha conseguido que nadie eche de menos a SNYDER detrás de las cámaras. Todo en esta secuela, a nivel visual, rebosa fidelidad a su predecesora beneficiándose del acierto de su director a la hora de expandir el universo del enfrentamiento extendiendo la guerra a toda Grecia. MURRO también acierta imprimiendo un ritmo endiablado desde el primer fotograma que hará extremadamente complicado el hastío del espectador. Batallas, sangre a raudales, miembros cercenados en un asombroso abanico de posibilidades y un notable trabajo (y esfuerzo) en el diseño de producción, harán las delicias de los más exigentes. A destacar algunas secuencias del enfrentamiento marítimo entre las dos flotas, algo imposible (e impensable) de rodar sin un apoyo tan notable en el croma.

 

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El punto débil, en cambio, de esta secuela son los diálogos. Si en la cinta de SNYDER uno de los mayores logros eran las líneas que acentuaban la prepotencia y la casi religiosa marcialidad de Leónidas y los suyos, en esta secuela ese punto canalla se ha perdido, algo que lastra irremediablemente el conjunto, aunque es verdad que ante el impresionante despliegue visual que llena la pantalla muchos ni siquiera repararán en este aspecto.

El reparto pese a la masificación de las batallas es muy reducido. Jerjes abandona esa percepción que tantó divirtió a alguno en la primera parte (gracias en gran medida a la explicación que el director hace de sus orígenes), y LENA HEADEY (que haga lo que haga nos encanta) cumple y despierta empatía como la reina Gorgo, esposa de Leónidas. SULLIVAN STAPLETON, en cambio pierde en todos los planos, y de lejos, frente a una EVA GREEN que literalmente se come la pantalla. Sensacional el trabajo de la francesa, que se apodera de la función desde el primer minuto.

Con todo esto, si no disfrutasteis de la primera parte, lo mejor es que ni os asoméis por las salas que la proyecten. Si en cambio, os lo pasasteis de miedo, haceros con un buen cubo de palomitas, de esos de los grandes, porque esta vez lo acabáis.

 

LO MEJOR:

  • EVA GREEN. Su personaje Artemisia es el alma de la película. Una de las mejores villanas que hemos visto en mucho tiempo.
  • El diseño de producción, que asegura espectacularidad durante sus 105 minutos de metraje.
  • El encuentro entre Artemisia y Temístocles para negociar una posible rendición. Hay para todos…

LO PEOR:

  • El poco carisma del ateniense Temístocles, si le comparamos con Leónidas.
  • La cámara lenta en las luchas llega a resultar un pelín reiterativa en los tramos finales.

 

Alfonso Caro

4 COMENTARIOS

  1. Qué poquito carisma el de este chico. Me encanta el papel de Green aunque veo los devaneos con Temístocles innecesarios. Aún así soy muy muy muy fan.

  2. Creo que a pesar de haber recibido malas críticas esta segunda entrega de la saga tiene muchas cosas a su favor, ya que 300 no nos explicaba muy bien algunas situaciones que ésta esclarece, además creo que 300: El Origen del Imperio superó las expectativas de muchos, y no sólo por su enorme producción, sino que nos contó una historia paralela a la original, me encanta.

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