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UNA MERIENDA EN GINEBRA

 

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VENTURA PONS vuelve a adaptar una novela y en esta ocasióm toma como referencia un capítulo dedicado a la escritora Mercé Rodoreda, del libro «Los escenarios de la memoria» de Josep María Castellet. No es la primera vez que Ventura Pons realiza una adaptación de un libro (ya lo hizo con  «Manjar de Amor» o «El por qué de las cosas», entre otros), y en esta ocasión, pese a introducir algunos cambios sobre el texto original, el director mantiene la admiración por las historias individuales que esconden más de lo que enseñan, aspecto que ya exploró en IGNASI M. (2013).

UNA MERIENDA EN GINEBRA cuenta las experiencias de la escritora catalana Mercé Rodoreda, calificada como una de las novelistas más relevantes del siglo XX, y su encuentro con Josep Maria Castellet en el año 1973, coincidiendo con la última etapa del franquismo. Su vida es secreta a ojos de todos. Unos secretos que no son desvelados hasta la visita del crítico literario Josep Maria Castellet, junto a su mujer, a su casa de Ginebra, lugar donde Mercé fue exiliada tras haber vivido varias guerras que fueron marcando su camino hacia esta ciudad de Suiza. Guerras que la alejaron de su tierra amada, una Cataluña que persiste viva en las cuatro paredes de su actual hogar.

 

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La cinta comienza con una conversación cualquiera que poco a poco, según Mercé se siente acompañada y en confianza, se torna en desahogo. VENTURA PONS dedica todo el metraje, escasos 90 minutos, a la historia de Mercé, una historia que requiere una lectura entrelíneas, en la que las dificultades nacen de la sencillez de las situaciones, tal y como afirma la escritora cuando desvela su relación amor-odio con Obiols, su gran amor. Un pequeño salón sirve de escenario para la película, y así el espectador percibe la propuesta casi como una pequeña e intimista merienda en la que la acción es sacrificada en beneficio de un guion que juega sus mejores bazas en la fuerza de los relatos. Si bien los posicionamientos políticos dominan las primeras fases de la conversación, pronto se observa como lo político es desterrao a un plano secundario para dar cancha al tema que realmente reclama la atención del relato: la eterna contradicción de la escritora. Contradicción visible en las propias referencias a Cataluña y en la propia relación sentimental del personaje protagonista.

 

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En el plano interpretativo nos encontramos con un elenco encabezado por VICKY PEÑA, que ya coincidió con PONS en MORIR, (O NO) (2002), cuyo trabajo dando vida a Mercé brilla con luz propia. JOAN CARRERAS, metido en la piel del escritor y crítico literario Josep Maria Castellet, cuyo entusiasmo por las letras se deja entrever en los ojos del actor y la correcta CRISTINA PLAZAS, que reencarna perfectamente a Isabel, la mujer ‘modosita’ y tímida del literato, completan el reparto principal. Cabe destacar por último a ÒSCAR RABADÁN, interpretando a Obiols, un personaje que pese a contar con una breve presencia en el filme, sí destaca por su fuerte influencia en la vida de la escritora, tanto a nivel sentimental como elemento influyente en su literatura.

Si el punto fuerte de UNA MERIENDA EN GINEBRA es esa disección vital de nuestra protagonista, recuperando su niñez, su adolescencia y juventud (periodo republicano), y sus años de madurez (exilio en Francia y suiza), la principal debilidad de la cinta reside en la carencia de acción, ya que asistimos a una narración en la que no se ilustra con imágenes los recuerdos de Mercé, un aspecto que puede lastrar definitivamente la experiencia del visionado al espectador.

 

 

 

LO MEJOR

  •  La actuación de VICKY PEÑA.
  • Toda la historia que hay tras la escritora.

LO PEOR

  • Narración lenta y con poca acción.

 

 

María Páez

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Periodista que considera que para ser una verdadera cinéfila tienes que ser una 007, con licencia para devorar todo el cine. Eso sí, prefiero quedarme atrapada en una cueva con Michael Myers, el payaso de It, Chucky, y la niña de El exorcista que en un palacio con princesas de cuento.