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TENEMOS QUE HABLAR DE TILDA

El pasado viernes se estrenó en los cines españoles Isla de perros, que supone el retorno a nuestra cartelera de Tilda Swinton después de año y medio de sequía (su último estreno en cines fue el 28 de noviembre de 2016 con Doctor Strange). Como bien sabéis, no estuvo de brazos cruzados, sino que participó en dos de los títulos más esperados de Netflix del 2017: Okja y Máquina de guerra. Aunque fueron papeles secundarios, brilló (sobre todo en la primera). Esta es una frase que podría resumir buena parte de la filmografía de la aclamada actriz, pero brillar no es su única faceta, pues hay mucho a explorar detrás de su enigmática figura… y este el reto que nos proponemos hoy. Primero haremos un desglose de los conceptos más significativos que asociamos a la actriz. Posteriormente, repasaremos TODA su carrera en una galería. Empecemos, ¿no?

Transformación. Tony Gilroy la definió como una «actriz Halloween». Es verdad que su fama proviene mayoritariamente de estos papeles donde se camufla y hechiza la pantalla con sus breves apariciones; no obstante, esto cambia cuando coge el rol de protagonista. En esas ocasiones lo que busca en las páginas de guion es diferente. Sus protagonistas se caracterizan por experimentar una transformación vital durante el filme como consecuencia de una decisión personal (que ella reivindica como acto político). Sus viajes personales siempre consisten en escapar de un uniforme (metafóricamente) para ser más libre. Ella ha confesado que este conflicto proviene de su experiencia personal al ser hija de un militar que la educó de forma estricta, y el salto cualitativo que supuso entrar en círculos bohemios y LGTB a los 17 años.

Tilda Swinton transformada en El hombre de Londres
Tilda Swinton transformada en El hombre de Londres

I am not an actor. No soy una actriz. Para ella actuar implica generalmente jugar con pelucas y vestidos tal y como lo hacían su hija e hijo. Evidentemente este comentario que suelta recurrentemente en entrevistas es una exageración, pues su trabajo es mucho más elaborado, pero sirve para entender su filosofía como actriz. Al no ser una actriz de método, ella estudió para ser guionista; y al no tener unas técnicas preestablecidas, sus interpretaciones son mucho más espontáneas y libres. También influye en esto que se formó en rodajes donde se la incitaba a experimentar y a descubrir los diferentes registros que habitaban en ella. Por eso, es una actriz que conoce mucho sus límites y puede permitirse irse a lo excéntrico sin perecer. Sus creaciones son tan redondas y completas que, en lugar de recibir instrucciones desde la silla de dirección, alteran la historia para ajustarse a lo que ella propone. Aun así, como a todas las leyendas de la actuación, le gusta desmitificar su trabajo, y hasta en una conversación llegó a decir: «Creo que un intérprete solo debería aparecer en un único filme, por eso siempre digo que nunca más haré otro».

Lenguas. En pantalla la hemos visto hablar en inglés americano, inglés británico, acento escocés, alemán, italiano (con acento ruso), italiano (con acento americano) y francés. Su poliglotismo es realmente fascinante y le permite trabajar en Europa, donde le ofrecen papeles que nunca vería en EE. UU., como Yo soy el amor. Además, consigue resultar natural en cualquiera de las lenguas y dialectos anteriores. Por ejemplo en El hombre de Londres, donde habla en francés todo el rato. 

Derek Jarman. Una persona tan importante en su vida que la menciona en cada entrevista que concede. Lo conoció mientras intentaba abrirse camino como guionista en la industria. También había trabajado como actriz apareciendo en algunas obras de teatro amateur, pero estaba perdiendo el gusto por este oficio. Entonces Jarman la convenció para que asistiera a uno de sus rodajes. Lo que Swinton vio allí no tenía nada que ver con lo había hecho anteriormente, y es lo que aún hoy sigue buscando en cada nuevo proyecto. El ambiente era muy colaborativo (trabajaban en colectividad) y había mucha variedad de naciones de origen. Les dio las herramientas y les incitó a jugar; muchas veces les daba una cámara de 8 mm para que sintieran la cinta en sus manos. Lo que aún no hemos dicho es que esta figura paterna (el primer director que la actriz conoció) es uno de los autores más importantes del nuevo cine queer británico, y sus películas se proyectaban en los cines más importantes. Jarman murió 17 años después de conocer a Tilda, período en el que tuvieron tiempo de rodar siete películas, empezando por Caravaggio (el debut de la actriz en el cine) y acabando con Blue. Por aquella época, mediados de los 90, hubo mucha mortalidad, y Swinton perdió a buena parte de sus personas más cercanas. Esto, combinado con el hecho de que la industria cinematográfica británica sufrió un viraje importante hacia un modelo económico que potenciaba un cine más convencional, le motivó a irse a Norteamérica a trabajar en el cine independiente que estaba en auge.

Tilda Swinton y Deek Jackman
Tilda Swinton y Derek Jackman

Auteurs. Aunque la definición de este término establece una relación de desigualdad entre artistas, ella busca relaciones de amistad que, con el tiempo, desembocarán en proyectos. Esto es cierto hasta tal punto que la podríamos considerar coautora de muchas de sus películas, ya que varias de ellas han nacido de conversaciones que ella mantuvo. Su aura de misterio y prestigio la rodea de las voces intelectuales más potentes del momento (de músicos como David Bowie a humoristas como Amy Schumer, pasando por pensadores políticos como John Berger). No le importa la escala del proyecto (ha rodado con todo tipo de presupuestos), sino quién hay detrás.

Scotland. Swinton nació en Londres, pero creció en Escocia. Ella está muy orgullosa de sus raíces y cree que Escocia es un país. Su familia lleva siglos viviendo en la misma área, y quizá por eso mucha gente cree que tiene un físico de otra época. Ella misma ha confesado que en su casa de la infancia las paredes estaban llenas de cuadros de sus antepasados, quienes se parecían mucho a ella. Así, se acostumbró a verse enmarcada ya desde pequeña, razón por la cual no le incomoda verse en el cine y puede editar sus películas con objetividad. Curiosidad para fans de Virginia Woolf: esta imagen de las caras en las paredes la inspiró en su creación del personaje de Orlando.

Whitewashing. Bueno, pasemos a un tema espinoso. Somos fans número 1 de la actriz, pero también hay que saber reconocer cuando se equivoca. Durante la promoción de Doctor Strange, un numeroso grupo de personas asiático-americanas comentaron en las redes sociales que el hecho de que Swinton interpretara un personaje que en el pasado había sido asiático era una muestra más de cómo Hollywood lleva años apropiándose de las culturas asiáticas, con casos como el de Marlon Brando interpretando a un japonés y a un indio. En lugar de rectificar y pedir disculpas, la actriz decidió ponerse a la defensiva y no escuchar lo que le decían, como deja claro la conversación vía e-mail que mantuvo con Margaret Cho y que Tilda hizo pública. Parece que no ha aprendido de sus errores, y este año ha vuelto a participar en una película polémica por sus tratamiento de la sociedad japonesa.

Inarticulacy. Al ver una actuación de Tilda Swinton, seguramente os habréis dado cuenta de que siempre parece que hay algo detrás, que solo estamos viendo una capa del personaje. A veces también podemos percibir con gran precisión el proceso de pensamiento del personaje al mirar el rostro de la actriz. Todo eso es porque Swinton tiene especial predilección por las escenas que muestran fallos en el sistema de comunicación, personas que no se saben explicar bien, silencios. Y esta es también una palabra clave: SILENCIO. Muchas veces veréis cómo mueve los labios pero no emite sonido; pocas veces lo vemos en pantalla pero mucha gente tiene este hábito. Como hemos comentado, su padre fue militar, pero en su casa nunca se habló de cuando fue a la guerra. Este vacío comunicativo es muy importante para ella, y por esa razón aparece tanto en su obra. ¿Cómo actúan estas personas cuando no son vistas? ¿Lo dejan ir todo? Eso sí, sus actuaciones nunca explotan ni juzgan estas formas de comunicarse no convencionales. Su aproximación siempre es con tacto y empatía, como dijo el crítico Roger Ebert. El mejor ejemplo de su método lo encontramos en Michael Clayton: Karen Crowder intenta comunicarse pero se ve frustrada al no poder y se siente insegura, subvirtiendo el cliché de la ejecutiva agresiva.

Narradora. En contraposición con sus personajes, Swinton tiene una habilidad natural para la comunicación y divulgación. Escuchar sus entrevistas (y hablamos desde la experiencia, pues nos hemos sumergido en ellas este pasado fin de semana) es un placer debido a su capacidad para contestar las preguntas de forma clara, con sentido del humor y siempre con algo sustancioso. Ha brillado en conferencias, masterclasses, recitales de poesía y ruedas de prensa en festivales internacionales, pero por encima de todo están los documentales. Ya ha narrado más de diez, y cada uno sobre un tema distinto, desde las Galápagos hasta los excesos de la industria farmacéutica. Tiene una voz, una dicción y una entonación muy adecuada para el género. Esperemos que algún día le reconozcan todo su trabajo en este campo.

Transnacional. Anteriormente habíamos comentado que las películas de Derek Jarman eran realmente internacionales, puesto que recibía financiación de muchos lugares del mundo. No era solamente una decisión económica, sino también ideológica: cuanta más diversidad haya en un proyecto, mejor será. Swinton se llevó consigo este espíritu internacional, y en consecuencia ha trabajado con gente de nacionalidades muy variadas.

Omniscencia. Este es un poquito rebuscado. Ligándolo con el punto anterior, podríamos decir que se debe tener una visión global de la industria, que no vale quedarse con lo que hacen solo en Estados Unidos y en Europa. Ella reivindica la existencia de los festivales de cine (a los que les debe su carrera) como lugar de reunión de lo mejor de cada región. Pero tampoco es elitista. Siempre anima a la gente a salir a rodar lo que les apasiona, pues en sus propias palabras «no se necesita dinero para hacer una película». Con el objetivo de visibilizar proyectos y divulgar información sobre el mundo del cine, Tilda programa festivales y organiza eventos cinematográficos en su zona natal. Es una verdadera cinéfila y tiene una visión del séptimo arte muy amplia de miras. «El cine es elástico». Cree que se debe preservar el celuloide, pero no a costa de sacrificar nuevos medios de expresión. Realmente es una de esas personas cuyas opiniones y personalidad son tan fascinantes como sus películas.

¿Normalidad? Acabemos este repaso con una reflexión: en muchas conversaciones sobre la actriz se hace hincapié en su físico no convencional y se afirma que es muy «rara». Estas son características que en muchos actores se alabarían pero que en las actrices son vistas como negativas, tal y como demuestra el hecho de que esté en una posición única en la industria. Esperemos que su camino inspire a muchas otras y que esta etiqueta de secundaria de lujo se reparta de forma más paritaria.

Tilda Swinton, tuit de apreciación

Y ahora repasemos su larga e inacabada trayectoria por el mundo del cine con la siguiente galería. Haced clic en la imagen para ver el texto en su totalidad.

Pau Jané

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Cinéfilo en constante evolución. Escuchando en bucle la soundtrack de El gran Lebowski. Perdido entre videos de Tony Zhou. Esperando la carta de Hogwarts.