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STRANGER THINGS: RADIOGRAFÍA DE ELEVEN 2.0

Ilustración de Stephanie Shimerdla

Stranger Things volvió el 27 de octubre a Netflix y la recibimos como agua de mayo. Llevábamos esperando más de 14 meses a que los intrépidos habitantes de Hawkins volvieran a adentrarnos en el mundo de ciencia ficción y fantasía en el que nos habían metido en la primera temporada. Sin lugar a dudas, uno de los regresos más esperados era el de nuestra psíquica favorita: Once (Eleven en la versión original), interpretada por Millie Bobby Brown. Partiendo de los preámbulos en los que nos basamos en nuestra primera radiografía de Eleven, vamos a adentrarnos en esta nueva fase del personaje más completo de la serie. Let’s go.

Este artículo contiene spoilers. Si lo lees antes de visualizar la segunda temporada de Stranger Things, hazlo por tu propia cuenta y riesgo. Quien avisa no es traidor

Desarrollo social frente a personal

Como ya hemos mencionado varias veces, Eleven es un personaje cuyo desarrollo psíquico es superior a la media, parte de nacimiento, parte por haber sido entrenada para ello. A lo largo de toda su vida fue criada con un fin y, por tanto, los planteamientos éticos no tienen cabida para ella. A lo largo de la primera temporada fuimos viendo un cambio en su actitud, fue comprendiendo cómo se desarrollan las relaciones humanas y qué significan términos como amigo o familia.

En esta temporada, un año después de su intensa lucha con el Demogorgon, Eleven es una niña de 13 años con sus muchas peculiaridades, pero algo más curtida en relaciones humanas. Vive con Jim Hopper (David Harbour) y, aunque no puede tener vida fuera de la casa por el alto riesgo que supone, se dedica a aprender de su falso progenitor y de la televisión. Aun así, durante toda la temporada perseguirá comprender el sentimiento de pertenencia a un lugar (su nuevo hogar con Hopper), así como la amistad con el grupo encabezado por Mike (Finn Wolfhard).

Parte de la introspección que se realiza en torno a ella tiene que ver con la búsqueda de su madre como parte de la búsqueda de su identidad. Cuando la encuentra, sabe que es su madre y siente algo por ella, pero no es capaz de dar forma a ese sentimiento. De los 13 años de vida que tiene solamente ha recibido cariño durante uno, y con la frialdad de un hombre que perdió una hija y no sabe bien cómo criar a otra. Así, nos adentramos en el episodio 7, fundamental para entender el cambio que se produce en Eleven, alias Jane Ives (su verdadero nombre).

El episodio ha recibido comentarios de todo tipo, ya que deja el estilo habitual de Stranger Things para adentrarse en otra parte de la realidad de 1984: las grandes ciudades. La decisión que toma Eleven es la que cualquiera tomaría. Se siente encerrada, se siente perdida y, tras encontrar documentos en casa de Hopper que hablan del paradero de su madre, no duda un instante en ir a buscarla. Es un ejercicio necesario, como hablábamos antes, para descubrir quién es, o más bien quién habría sido, a raíz de conocer a su madre. A través de conectar mentalmente con ella descubrimos la verdadera historia y, por desgracia, el bucle en el que está presa.

Dentro del bucle en el que vive atrapada encontramos a una niña junto a Eleven: 008, alias Kali (Linnea Berthelsen). Esto demuestra una de las teorías que planteábamos en la primera entrega de esta radiografía. Eleven no es el único sujeto experimental del laboratorio de Hawkins, ni la única niña robada. Kali era una niña india algo más mayor que Eleven que desapareció. Ambas vivieron juntas en la habitación arcoíris hasta que Kali escapó. Y hasta aquí lo que sabemos.

A diferencia de Eleven, Kali tiene otro tipo de desarrollo psíquico en el que puede controlar la mente de los demás creando proyecciones de cosas que no existen: el doctor Brenner (Matthew Modine), un desprendimiento de rocas, arañas trepándote por el brazo… Lo que no queda claro es el origen del don de Kali; al igual que Eleven desarrolló predisposición ante estos poderes psíquicos a través de su madre cuando estaba embarazada, de la historia de Kali no sabemos más de lo que ella cuenta. Esto nos deja abierto un posible hilo argumental secundario de la próxima temporada, y el posible desarrollo en profundidad uno de los mejores temas que ficciona la serie: el MK Ultra.

MK Ultra: Cronología real y ficticia

Como mencionamos en nuestra primera radiografía, el MK Ultra es un proyecto secreto de la Agencia Central de Inteligencia Norteamericana (CIA) en el que se pretendía experimentar con seres humanos para descubrir nuevos instrumentos de tortura e interrogatorios a partir de técnicas de control mental. El proyecto surgió en la década de 1950 y fue descontinuado OFICIALMENTE en 1973. Aun así no fue hasta 1977, durante una audiencia celebrada en el Comité Senatorial Selecto de Inteligencia sobre el MK Ultra, donde Stansfield Turner (exdirector de la CIA) reveló que la agencia había encontrado 20 000 páginas del proyecto que habían sobrevivido a la destrucción de documentos que se hizo tras la descontinuación del experimento en 1973.

Acorde con la cronología de la serie, sabemos que Eleven nació en 1971, dos años antes de que el programa fuera descontinuado. La serie muestra la ilegalidad de las acciones cometidas por la CIA a partir de 1973, ya que hasta once años después (1984) no se cierra el laboratorio de Hawkins. En el último año de actividad del laboratorio se centran en the upside down y la contención de este, pero hasta 1983 (año en el que se escapa Eleven) se siguen utilizando métodos de aislamiento, como el tanque de agua o la monitorización sensorial a través de casos de electrodos.

Respecto a la madre de Eleven, Terry Ives (Aimee Mullins), sabemos que fue tratada entre 1960 y 1971. En algún momento en la década de los 70, Terry irrumpe armada en el laboratorio de Hawkins para recuperar a su hija. Justo antes de que la detengan, la ve en una sala con un arcoíris en la puerta al lado de otra niña (Kali).

En ese momento se aplica una de las técnicas más agresivas que ha conocido la psiquiatría entre 1950 y 1980: la terapia electroconvulsiva (conocida comúnmente como electroshock o TEC). A pesar de ser una técnica que a día de hoy se sigue utilizando, ha sufrido muchas modificaciones. En ese momento, se usa contra Terry para literalmente freírle el cerebro y quitársela del medio. Con Terry fuera de juego, nadie volvería a irrumpir en el programa en el que 011 y 008 estaban siendo tratadas.

Volviendo al presente que plantea la segunda temporada, nos encontramos en octubre de 1984. En ese año, en EE. UU. ya no existían «pruebas oficiales» de que el MK Ultra siguiera realizando estudios en sujetos. En ese año el punto de mira se puso en Canadá; a través de un noticiario se reveló que la CIA había financiado el proyecto de Donald Ewen Cameron entre 1940 y 1960, uno de los pioneros del MK Ultra. En la serie, por tanto, encontraríamos este como el primer punto de ficción dentro de la cronología de dicho proyecto, aunque no podemos confirmarlo, ya que nunca se supo la verdadera fecha de finalización.

La ciencia detrás de la ficción

La brecha que se creó entre nuestro mundo y the upside down no hizo más que empezar con el Demogorgon. La temporada pasada creíamos que combatían con un enemigo muy fuerte, y en esta nos hemos dado cuenta de que solo era uno de tantos insignificantes esbirros de la verdadera forma que tiene el mal. Y el pobre Will (Noah Schnapp) lo vive solo.

Vimos como estaba infectado en el último capítulo de la primera temporada, y en esta hemos visto como la sombra negra termina de poseerlo. Es curiosa la analogía que utilizan en la serie para nombrar a Will como espía de the upside down, así como para decir que Eleven es una niña espía rusa. Retomando el MK Ultra volvemos a por qué se creó el proyecto: espiar a Rusia a un nuevo nivel durante la carrera de la Guerra Fría.

Otra duda que nos quedaría después de ver como Will expulsa el ente que lo posee es si será capaz de seguir sintiendo the upside down. Es bastante improbable… pero tampoco sabemos hasta qué punto ha podido desarrollar una percepción mayor tras la experiencia.

Centrándonos de nuevo en Eleven vemos mientras lloramos cómo ella solita cierra the gate. Gracias a Kali es capaz de canalizar su odio en energía y poder para hacer cosas que jamás habría pensado que podría. Sabemos que, cuanto mayor es el esfuerzo mental que realiza, mayor es el cansancio que experimenta, y por un momento pensamos que iba a morir tras cerrar el portal. Sin embargo, utiliza la rabia contenida para multiplicar su fuerza por cien. Esto no es más que la reacción que cualquier humano experimenta con un chute de adrenalina, solo que aplicado a un individuo que, en vez de multiplicar su fuerza física, multiplica su fuerza psíquica. Claro que tampoco se puede dar por hecho que Eleven no sufrirá secuelas cerebrales por dicha sobreactuación del cerebro, ya que la vemos sangrando como nunca antes y completamente desfallecida al terminar.

Eleven es un personaje del que podríamos estar horas hablando y del que se disfruta profundizando. Todas las circunstancias que rodean a nuestra psíquica crean un personaje redondo con un background tan intenso y amplio que merece la pena analizar. Y lo seguiremos haciendo temporada tras temporada con estos especiales en los que analizaremos la progresión mental y el contexto en el que Eleven, alias Jane Ives, alias Jane Hopper (gran escena final), ha sido moldeada para convertirse en un referente de la ciencia ficción actual.

Cristina Domínguez

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Nací en los noventa y Los Simpson me dejaron como estoy. Sí, yo también soy cinéfila. Me gusta analizar movimientos de cámara y mi madre se lo cree porque no me entiende. Si Tim Burton, Gus Van Sant y Darren Aronofsky dirigieran una película juntos saldría yo.