El Palomitrón

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A CASA DE LAS MINIATURAS PORTADA EL PALOMITRÓN
PRIMERAS IMPRESIONES REDACTORES SERIES

CINCO MOTIVOS PARA VER LA CASA DE LAS MINIATURAS

ANALISIS LA CASA DE LAS MINIATURAS EL PALOMITRÓN

La casa de las miniaturas es una de las últimas adaptaciones de la BBC que ha llegado a la pequeña pantalla. La miniserie está protagonizada por Anya Taylor-Joy (La bruja), Alex Hassell (Suburbicón) y Romola Garai (Sufragistas), entre otros, y gracias a Filmin ya podemos disfrutar la historia de Jessie Burton en nuestro país.

Con esta miniserie nos adentramos en Ámsterdam durante el siglo XVII. Petronella (Taylor-Joy) es una joven huérfana de padre que acepta contraer matrimonio para saldar las deudas de su familia. Llega a la ciudad donde vivirá junto a su nuevo esposo, Johannes Brand (Hassell), pero pronto se dará cuenta de los misterios e intrigas que le aguardan en su nuevo hogar. Si no sabéis si dar o no una oportunidad a La casa de las miniaturas, aquí os ofrecemos cinco motivos para disfrutarla cuanto antes.

1. La ambientación

LA CASA DE LAS MINIATURAS EL PALOMITRÓN

Cuando se habla de adaptaciones de la BBC este aspecto siempre sobresale. Aunque apenas vemos a Nella fuera de la mansión en la que vive con su casa de miniaturas, lo poco que divisamos de Ámsterdam nos traslada directamente hasta allí. Los canales, las distintas plazas donde se dividen los gremios y el vestuario son un punto clave a la hora de trasladarnos a la historia que narra la miniserie.

No se queda atrás con el tratamiento de los personajes, visible tanto en los diálogos como en las costumbres.

2. La intriga

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La casa de las miniaturas no es una novela (ni serie) costumbrista sobre el siglo XVII, a pesar de los precedentes de la cadena. Esta nueva historia presenta una trama de intriga principal y dos subtramas del mismo tipo que envuelven todo el argumento.

Es cierto que la duración de la producción no permite tramas intrincadas de misterio, pero las respuestas a las incógnitas llegan a los personajes como caídas del cielo. Son simples y predecibles. Extrañamente, es este descubrimiento de lo ya conocido lo que hace del espectador un personaje más que llega a sumergirse por completo en la historia.

3. Los personajes y las actuaciones

LA CASA DE LAS MINIATURAS ANYA TAYLOR-JOY EL PALOMITRÓN

Petronella es la protagonista de la adaptación, sirve como motor para que la trama avance. Es muy fácil escoger un personaje creado previamente y trasportarlo a la pequeña pantalla; lo difícil es que no pierda realismo. Anya Taylor-Joy ha sido la encargada de dar vida a la señora Brandt y dotarla de carisma, inocencia y empatía en una actuación que envuelve al espectador.

Lo mismo ha de destacarse de Cornelia (Hayley Squires), Otto (Paapa Essiedu) y sobre todo Marin Brand (Garai). Los personajes de Squires (Yo, Daniel Blake) y Essiedu (Asesinato en el Orient Express) forman el servicio de la casa Brandt y, lejos de quedarse en la retaguardia, son un activo importante en las intrigas de la trama.

La única interpretación con menor nivel en la miniserie llega al cargo de Alex Hassell. Una de las líneas argumentales principales se basa en su personaje, pero a excepción de la escena en la que lo ajustician, el actor apenas logra llegar al nivel de su papel, gesticulando demasiado (o resultando inquietante por no hacerlo lo suficiente).

4. Un retrato social adaptable a la actualidad

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La casa de las miniaturas está ambientada en el Ámsterdam del siglo XVII, pero la novela en la que se basa salió a la venta en 2014. Por esa misma razón, muchos de los prejuicios y dilemas morales y sociales que aparecen en la miniserie siguen presentes hoy en día.

Aunque todo esto se adapta a los cánones de la sociedad protestante de la época, la cercanía de los conflictos ayuda a empatizar con los personajes. Entre ellos encontramos el tabú de la homosexualidad, las parejas interraciales, la falta de honestidad en la pareja y la libertad de la mujer como aspecto negativo.

Por otro lado, es necesario remarcar la excelente manera en que se retrata una sociedad de desigualdad, en la que a pesar de la cercanía entre siervo y señor, pobre y rico, este último siempre pone una barrera entre ambos. Lo vamos viendo a lo largo de los capítulos, especialmente con la relación entre Nella y Otto. En cierto modo, este aspecto también sería extrapolable a la sociedad actual.

5. El contraste de realidad frente a Happy ending

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Las historias de época de este tipo nos tienen acostumbrados al «final feliz»: acabar con una sonrisa y dejar a un lado las incoherencias de los guiones. La casa de las miniaturas rompe con ello y, a pesar de los deseos del espectador, aporta a cada hilo narrativo un cierre adecuado a las circunstancias.

Las situaciones poco convencionales que tienen lugar en la casa de los Brandt no consiguen pasar desapercibidas. En su lugar, los personajes deben enfrentarse a las consecuencias de sus actos.

Puede que La casa de las miniaturas no sea buque insignia del canal británico, pero sorprende por la frescura que aporta al género, las maravillosas actuaciones y el tono realista de la trama. ¿Le darás una oportunidad?

María Reinoso

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Amante del cine, las series y la literatura con un cariño especial a la animación y tiempos de la regencia. Aunque adoro las cintas de culto clásicas y contemporáneas, disfruto viendo películas de calidad bastante cuestionable.