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RUEDA DE PRENSA PHILIPPE PETIT. EL DESAFÍO

 

AF_V4_68x98cm_Cartel ESTRENO EL DESAFIO

 

Las personas únicas merecen momentos únicos. Por ello una rueda de prensa con Philippe Petit no podía ser como todas las demás. Este hombre es el famoso funambulista que paseó en cuerda floja entre las Torres Gemelas de Nueva York en el verano de 1974. El francés escribió esta experiencia en un libro (cuya crítica podéis leer aquí) que ha servido de inspiración para el último largometraje de ROBERT ZEMECKIS, EL DESAFÍO, protagonizado por JOSEPH GORDON-LEVITT y que llegará a las salas el próximo 25 de diciembre. Por tanto, el encuentro con la prensa en Madrid no podía ser en otra ubicación que en la Torre Picasso, el rascacielos diseñado por Minoru Yamasaki, el mismo arquitecto que proyectó las emblemáticas torres neoyorquinas. Es allí, en las alturas, donde se ha construido la sala de cine más alta del mundo, un espacio acristalado construido especialmente para la ocasión, que Sony ha preparado para que el artista hable de la película y de su experiencia. Un esfuerzo por parte de la productora, que merece, sin bagatelas, un reconocimiento especial, porque si hay algo que tenemos claro es que Sony, en esto de las experiencias diseñadas para la prensa, va muy por delante del resto de las majors.

Petit, ya convertido en sexagenario, sigue atreviéndose con todo. Ha escrito varios libros, sigue preparando actuaciones callejeras, y ha comentado que le gustaría repetir la hazaña en las Torres Kio de Madrid. Por tanto, es normal que se lanzase a hablar en español, uno de los ocho idiomas con los que se maneja bastante bien. El artista ha comenzado apuntando que “la creación no se puede hacer sin rebeldía. Yo me rebelo contra todo, estamos pegados al suelo, supeditados a unas reglas”. Para él esta rebeldía es un acto de su propia naturaleza, aunque ha dejado claro que su vida no está hecha de desafíos, sino de sueños.

 

picasso rueda de prensa philippe petit

 

Respecto a la película, que recoge su hazaña, planeada desde que se entera de la construcción del World Trade Center hasta que se lo llevan esposado, ha apuntado, en primera instancia, que lo que a él no le gusta del filme resultante importa poco en general. “Son pequeños detalles”; aunque pronto ha matizado dos cosas importantes: “Yo en el cable no me tropecé como en la secuencia. Ni tampoco mis pies sangraron”. Sin embargo, enfatizaba que le gusta el sentido que se ve por la pantalla del alma de las torres, cómo recoge mi personalidad, el aire de Nueva York del siglo pasado. La mejor parte es esa alegría genérica, tan necesaria para él para vivir.

Cuando empezó el proyecto para llevar a cabo esta película, Petit sí que tuvo contacto con ZEMECKIS y su equipo, unos nueve años atrás. “La única posibilidad para mí era la total colaboración. Esta película ha llevado diez años de preparación. Al cabo de los años, los productores y el director han ido cambiando la idea del inicio, y hemos ido perdiendo contacto. No es mi película, es la suya, pero me sigue gustando esa sensibilidad que transmite”. El equilibrista se ha mantenido sincero al hablar de la preproducción de la película. Por ejemplo sobre instruir a GORDON-LEVITT. “Insistí a ROBERT (ZEMECKIS) en que yo era el único que podía explicarle el personaje”. En cuanto a BEN KINGSLEY, que en la película hace el rol de Papa Rudy, el hombre que fue su mentor, el funambulista ha sido sincero, alegando que se sintió apenado cuando el actor no le consultó sobre una figura tan crucial en su vida. “Yo quería mostrarle su lenguaje del cuerpo, su manera de hablar en nueve lenguas, y él, que es un gran actor, me dijo que quería crear un Papa Rudy que saliera de él. Me siento un poco triste porque no se ve la inmensidad real de este hombre, del que yo aprendí todas las artes del circo. Me gusta la recreación de KINGSLEY, pero en mi corazón me gustaría ver a mi Papa Rudy. Pero esto es lo que pasa cuando cuentas una película: cambias las cosas”.

 

philippe petit rueda de prensa

 

A Petit se le preguntó sobre la sensación que tuvo en aquel momento sobre la cuerda (la pregunta que más le han debido formular a lo largo de estos cuarenta años). Él ha sido amable y escueto en la contestación: “Es muy difícil explicarlo, por eso he escrito este libro”, ha bromeado. Respecto a la relación entre su paseo real y el que refleja el filme, ha advertido que sí que se aproxima mucho a lo que sucedió. “La primera cruzada fue muy técnica, porque no sabía cómo iba a responder el cable. La segunda y la tercera ya fue como preparar un espectáculo. En ese momento me vino a la cabeza una música clásica de piano que el director sí ha puesto aquí, y exactamente sentí una transformación en otro mundo: me transformaba en un ser medio hombre medio pájaro. Creo que la gente al ver la película puede estar conmigo sobre el cable”. Desde la gran pantalla lo que trasciende al público es la sensación de angustia. “Hollywood no es muy bueno en eso de poner poesía en sus historias. Al conceder la historia sabía que algo se cambiaría. Se ven dudas y tensiones que no son mías, pero quizás la historia no se vendía bien sin ese miedo”, señalaba. Sincero y directo, sí ha dicho que el miedo no existe en su vida. “Con este episodio de mi vida lo que sentí es mucha impaciencia. Pasaron seis años desde que se me ocurrió, y las torres estaban sin construir, hasta que di el primer paso por la cuerda tendida entre ellas”. Además, se mencionó el significado de las Torres, que en el largometraje alcanzan un simbolismo muy potente, aunque ha señalado que EL DESAFÍO no tiene como función recordar los atentados del 11-S. “La película es un cuento sobre la felicidad de estos tiempos. No se ve tristeza en ella, es un mensaje claro de alegría”.

 

philippe petit el desafio 2

 

EL DESAFÍO no es la primera producción que habla de este “crimen artístico”; ya en 2008 el documental MAN ON WIRE enseñaba la proeza de este hombre y se llevaba un Oscar a mejor documental. Seguramente, esta nueva versión es necesaria, porque con la película invita a caminar detrás de él, y eso no se puede hacer sin tecnología y efectos especiales. Como bien ha afirmado el funambulista, “Hay espacio para ambas maneras de contar la historia”.

Y es que hay historias y biografías únicas, y sin duda Philippe Petit es de esos seres insólitos. Incombustible, convirtiendo los noes en síes, y sin poder parar de crear. “No es necesario entender y hablar del milagro de cómo un arte inspira a la gente. Es cuestión de sentirlo.” No se puede concluir su existencia con otra descripción: “Luchar es crear”.

 

 

 

María Aller

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