La expectación fue mayúscula cuando, durante el anterior XXIII Salón del Manga de Barcelona, Editorial Ivrea anunció la licencia de GUNNM Battle Angel Alita. Concretamente, una edición corregida formada por nueve tomos e idéntica a la versión nipona publicada hace escasos años. Se trata de uno de los mayores exponentes del género de la ciencia ficción en la industria del manga, codeándose junto a obras maestras como Ghost in the Shell o Akira. Su autor, Yukito Kishiro, explora un amplio espectro de facetas a través de una protagonista cyborg con amnesia que busca con tesón el significado de su existencia y el valor de la vida. Con fuertes componentes de los campos de la filosofía y la psicología, GUNNM trabaja una serie de propuestas sumamente interesantes en un contexto de distopía y decadencia. Un viaje de introspección, conocimiento y humanidad.
No te pierdas nuestra reseña del primer tomo de GUNNM
Una vez superada esta toma de contacto, comenzamos la reseña de GUNNM Battle Angel Alita #2 y #3. Una reseña no exenta de algunos destripes argumentales o spoilers, ya que suponemos que quien proceda a realizar dicha lectura debe estar al corriente de lo acontecido en el desarrollo de la obra. ¿Consigue Yukito Kishiro continuar con la fantástica evolución de Gally y su búsqueda personal? Varias sorpresas y giros de guion aguardan en estos dos volúmenes.
Tras la brillante introducción al universo distópico de GUNNM Battle Angel Alita, el acercamiento a sus protagonistas y el temprano desarrollo como personaje de Gally que pudimos disfrutar en el primer volumen de la obra, Yukito Kishiro ahonda en los siguientes volúmenes en sentimientos tan trascendentales como el amor, la pérdida o el resentimiento. El cruento enfrentamiento entre Gally y Makaku —que protagonizó buena parte del desarrollo del primer tomo— llega a su colofón en las primeras páginas del segundo volumen. A través de esta feroz batalla la cyborg aprende sobre sí misma, sobre su nuevo cuerpo y las habilidades ocultas tanto en él como en su subconsciente. El lector conoce a Gally al unísono que ella lo hace consigo misma; el autor logra hacerle partícipe de la construcción de su protagonista desde una perspectiva privilegiada, un elemento narrativo sumamente bonito y que posibilita una mayor empatía.
Empatía es lo que también parece sentir Gally al terminar con la vida de Makaku, su primer gran contrincante. Las lágrimas consecuencia de la compasión o el odio emergen de sus ojos mientras contempla el horizonte. Kishiro construye un antagonista muy bien escrito pese a ser el inicial, con un trasfondo y una concepción un tanto trágicos que terminan finalmente con el sosiego de una muerte propiciada por su amada. Un tiempo después de este suceso, la acción sitúa a Gally en una fábrica abandonada tras perseguir a un grupo de objetivos. En dicho lugar conoce a Yugo, un joven cuyo deseo de partir hacia Salem es la llama que aviva su razón existencial. Un par de encuentros son suficientes para que la protagonista comience a sentir cierta envidia por la convicción de Yugo y también a querer conocerle más. Fundirse en un tierno abrazo o compartir caricias sin miedo o complejo por su condición mecánica. Gally comienza a experimentar por primera vez qué es el amor y, a su vez, el temor de no ser correspondido, del rechazo.
Por otro lado, el nuevo peligro que se cierne sobre la protagonista viene de la mano de Zapan, uno de los Hunters a los que Gally dejó en ridículo en la lucha del bar del anterior volumen. En un intento por recuperar su maltrecho orgullo y vengarse de los perjuicios pertrechados por la cyborg, el cazador atisba en la figura de Yugo el punto débil de la protagonista; un límite poco delineado que está dispuesto a sobrepasar para llevar a cabo su fría venganza. Así pues, aprovecha la actual situación de Yugo como líder de una banda de rateros dedicada al robo de columnas vertebrales —para su posterior venta en el mercado negro— a su favor. Zapan consigue destapar este pequeño grupo de saqueadores y exhibir al foco mediático a Yugo, quien a partir de ahora se convierte en un fugitivo con recompensa.
Gally acude velozmente a la fábrica abandonada donde se conocieron con la esperanza de encontrarle sano y salvo. Allí se reencuentran y la represión de los sentimientos de la protagonista termina por explotar; Gally se abre completamente, dejando todos sus temores de lado. Yugo le corresponde, ahora son cómplices. Igual que el lector, que descubre el origen del sueño del joven por ir a Salem. Un sueño que surge de un trágico pasado familiar que terminó convirtiéndole en lo que es actualmente, un delincuente callejero. La lluvia que impregna muchos de los planos incita a una mayor inmersión por parte del lector, le ayuda a sentirse implicado en el ambiente de confianza y confesión que se crea alrededor de los personajes. Gally anhela estar con Yugo independiente del resto, quiere ser cómplice de sus sueños.
La recta final de GUNNM Battle Angel Alita #2 mantiene un ritmo vertiginoso, como si de una contrarreloj se tratase. Bajo la feroz tormenta emerge de la nada la figura de un eco del pasado de Yugo, el Hunter que segó la vida de su hermano y arrasó su hogar años atrás. El artífice de su desdicha y su condición de ratero. La actuación de Gally impide la muerte de Yugo, sin embargo, termina en un estado tan deplorable que necesita su soporte vital. Tras una serie de desventurados sucesos, Ido realiza una operación de cirugía en el joven para que sobreviva. Así, Yugo se torna en cyborg. Pero, ni siquiera con su nuevo cuerpo mecánico sería capaz de resistir el tremendo efecto del engaño.
La mentira y el engaño son el hilo que conecta el final del segundo volumen y el principio del tercero. Gally acompaña a Yugo a hablar con el usurero que le prometió tiempo atrás el billete de entrada a Salem a cambio de 10 millones de chips. Sin embargo, los años de delincuencia y saqueo fueron en balde, no hay cuantía económica capaz de servir como vehículo a la gran ciudad. Fruto de la desesperación, Yugo huye hacia los kilométricos tubos que unen Salem con la Ciudad de los Desperdicios. Superficies metálicas cuyo acceso está terminantemente prohibido y protegido por una serie de protocolos de seguridad de carácter mortal.
El lector se encuentra ante un magistral plano general que escenifica a la perfección lo que el autor busca transmitir. Los dos personajes sobre la vía de metal sumergida en las nubes; la magnitud del plano choca con la nimiedad de los personajes y la «simpleza» del mensaje de Gally. Uno de necesidad mutua, carente de absolutamente todo lo demás. Sin embargo, es tarde para ambos. Los componentes del cuerpo metálico de Yugo caen al vacío consecuencia del impacto del sistema de seguridad ante la atónita mirada de la protagonista. Sin apenas mediar palabra, tiene que despedir de la forma más cruel a su primer amor.
Tras esto Kishiro ubica al lector un mes después de los acontecimientos. Ido aparca sus obligaciones diarias para ir en busca de Gally, quien abandonó su hogar sin previo aviso. Su búsqueda le llevará a toparse con Shumira, una joven cuyo hermano es el actual campeón de Motorball, un extraño y peligroso deporte donde los cyborgs batallan en una pista por el control del balón. El autor se encarga de la presentación de este nuevo concepto u elemento de su universo por medio de Ido, quien además descubre que Gally se ha convertido en una jugadora. Su posterior encuentro, casi fruto de un choque de miradas, no puede ser más frívolo y distante. El silencio y la rígida mirada de la protagonista le dejan claro a Ido que ha cambiado, que ya no es la misma de antes.
Gally se convierte en jugadora de Motorball con el único fin de olvidar. Utiliza un nuevo cuerpo y se despoja del anterior de berserker para olvidar sus sentimientos de afecto y amor. Busca la evasión de cualquier síntoma de dolor y empezar de cero. Algo —aparentemente— fácil de comprender, pero que Ido lo lleva al extremo más infantil posible, el de la indiferencia como castigo. Por ello, gracias a su condición de médico salemiano, pasa a formar parte del equipo de Jasugun, el campeón de Motorball. El «padre» de Gally cree que así perjudicará la actuación de la protagonista, viéndose obligada a volver con él.
Los últimos compases del tercer volumen focalizan la atención en el desafío que Gally le plantea a Jasugun. Y más que el propio desafío, la concepción que la protagonista tiene del mismo. El objetivo de derrotar al actual campeón le supone una razón para seguir, un propósito, algo que los humanos necesitamos para seguir adelante. Algo totalmente necesario para mantener su mente centrada en ello y no en los recientes trágicos acontecimientos. Para retar en un combate al campeón Gally deberá reunir un equipo de cinco miembros dispuestos a ello, ¿lo conseguirá?
Hace unos meses Editorial Ivrea anunció la licencia de GUNNM durante la celebración del XXIII Salón del Manga de Barcelona. La obra de Yukito Kishiro se ha convertido en una de las grandes obras de culto para muchos lectores del mundo. GUNNM Battle Angel Alita #2 está compuesto por un total de 200 páginas en blanco y negro con algunas a color totalmente originales de la edición japonesa. Estamos ante una edición tankoubon rústica con sobrecubierta cuya dimensión es de 13×18 cm.
La calidad de los materiales que conforman este tomo es indiscutible. La portada consigue un gran impacto visual tanto por su diseño como por las tonalidades empleadas. El diseño de la cubierta respeta al máximo al original japonés y la tapa interna está completamente impresa en tinta plateada, ofreciendo un efecto que casa a la perfección con el estilo y ambientación de la obra. En esta ocasión, al igual que ocurría en el primer tomo, Gally tiene todo el protagonismo, siendo ella quien ocupa el primer plano de la portada denotando sentimientos de inquietud. Expuesto en todo momento por sus gestos e incluso el movimiento que realiza. Los colores empleados vuelven a ser de tonos cálidos aunque la nostalgia y la tristeza se llegan a sentir mucho más en esta ilustración. GUNNM Battle Angel Alita #2 salió a la venta el pasado 1 de febrero a un precio de 8,50 €. Este segundo volumen consta de un total de seis capítulos y ninguna errata a nivel de diseño, impresión o composición de las páginas.
Al igual que ocurría en el tomo anterior e incluso en el primero de la colección, GUNNM Battle Angel Alita #3 repite composición y Gally es de nuevo su protagonista. En esta ocasión dejan de lado los tonos cálidos para dar una mayor presencia a los fríos aportando un dinamismo totalmente diferente al conseguido hasta el momento y dando pistas al lector sobre la nueva vida de la protagonista. GUNNM Battle Angel Alita #3 salió a la venta el pasado 8 de marzo a un precio de 8,50 €. Este tercer volumen consta de un total de seis capítulos y ninguna errata a nivel de diseño, impresión o composición de las páginas. Añadir que, en ambos tomos también se emplea la tinta plateada del primero para resaltar el título principal de la obra y ésta sigue dejando algunas pequeñas motas desperdigadas por la sobrecubierta, algo que a los más perfeccionistas puede resultarles molesto y que la editorial todavía no ha conseguido solucionar. Ambos volúmenes están perfectamente localizados a nuestro idioma cortesía de Marcelo Vicente.
Edu Allepuz
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