«Mi cuerpo que era como una cáscara vacía… Ahora rebosa de emoción y vibra. Me siento llena de vida…» ¿Quién dijo que los robots no tienen sentimientos? Gally, la protagonista de esta obra, consigue que a través de sus ojos el lector quede completamente inmerso en un universo distópico donde el valor existencial se eleva a su máximo exponente. GUNNM Battle Angel Alita es una obra escrita e ilustrada por Yukito Kishiro, cuya publicación tuvo lugar entre 1991 y 1995 en las páginas de la revista Business Jump, propiedad de la editorial Shūeisha. Con un total de 9 volúmenes recopilatorios, el manga de Yukito Kishiro se ha convertido por méritos propios en uno de los máximos representantes de la ciencia ficción, contando con las secuelas Battle Angel Alita: Last Order y Mars Chronicle, además de una adaptación animada en formato OVA y un proyecto cinematográfico que saldrá en julio de 2018 con James Cameron en el rol de guionista y productor.
GUNNM Battle Angel Alita renace en nuestro país gracias a Editorial Ivrea, brindando la oportunidad de adquirir una edición corregida y exactamente idéntica a la publicada en Japón hace escasos años. Una ocasión única para aquellos que no tuvieron la oportunidad de adentrarse en su día (la obra fue editada en nuestro país por Planeta DeAgostini) en este fantástico seinen de ciencia ficción. Una vez superada esta primera toma de contacto con el universo creado por Yukito Kishiro, comenzamos la reseña de GUNNM Battle Angel Alita #1. Un análisis donde no destriparemos detalles sustanciales de su argumento e intentaremos ir más allá de lo que vemos a primera vista.
Battle Angel Alita es un seinen de ciencia ficción y estética cyberpunk con grandes dosis de acción. La historia de esta obra nos traslada a un futuro distópico contextualizado en el siglo XXVI, con dos sociedades muy contrapuestas entre sí como telón de fondo. Entre montañas y montañas de basura y chatarra, un científico llamado Ido encuentra los restos de un cyborg de apariencia humana que conserva gran parte de su capacidad cerebral. «Gally» es el nombre con el que Ido bautiza a su nueva creación, humanizándola. Para costear las partes orgánicas con las que completar el cuerpo de Gally, Ido da caza a algunos de los criminales más buscados como «Hunter-Warrior». A partir de aquí comienza la historia de Gally, una historia de superación y búsqueda personal que pondrá en jaque a toda la sociedad.
GUNNM Battle Angel Alita #1 ejerce como una brillante introducción al universo creado por Yukito Kishiro. En este primer tomo asistimos al nacimiento de Gally a manos de Ido. Este se alza como una clara figura paternal que desea con todas sus fuerzas ofrecerle —en la medida de lo posible— una buena vida en la Ciudad de los Desperdicios, una urbe intoxicada por la inmundicia y la desesperación. A raíz de este propósito surge uno de los primeros encontronazos entre ambos, la sobreprotección y el idealismo de Ido hacia Gally suponen un elemento perjudicial en su relación. En el momento en el que Gally decide convertirse también en una Hunter-Warrior está ejerciendo libre albedrío, expresando abiertamente que no busca ser la muñeca de nadie. La cyborg quiere batir sus alas en todo su esplendor y descubrir qué le puede ofrecer el mundo por sus propios ojos, pero la sobreprotección de Ido se convierte en la jaula que le impide alzar este ansiado vuelo.
El primer volumen de la obra de Yukito ilustra a la perfección esta confrontación de intereses y personalidades. El mangaka consigue plasmar los instintos de «padre» o «creador», y aquellos otros que tienen que ver con la búsqueda del «Yo». Mentiría si dijese que esta obra no tiene fuertes connotaciones tanto filosóficas como psicológicas. A pesar de compartir algunos matices con la reciente Last Hero Inuyashiki, la obra de Hiroya Oku explora la dualidad moral del ser humano desde otra perspectiva, sin cimentarse tanto en la introspección y búsqueda personal como individuos.
A nivel de desarrollo de personajes, su autor Yukito Kishiro realiza un enorme trabajo a pesar de tratarse de los primeros compases de la historia. Los dos personajes con mayor protagonismo, Ido y Gally, evolucionan sobremanera. El científico termina postulándose como una figura paternal comprensiva que acepta y apoya las decisiones de Gally, mientras que esta última es quien muestra un mayor rango de evolución. El lector, a través de las páginas, es partícipe del gran desarrollo de su protagonista. Kishiro utiliza el estado amnésico de Gally y la memoria muscular de su cuerpo como elementos de contraste. La cyborg no recuerda nada de su pasado, pero es gracias a la lucha cuando poco a poco va descubriéndose a sí misma y su espíritu de guerrera, comenzando así un camino de búsqueda personal.
En términos de narrativa, GUNNM Battle Angel Alita #1 goza de una muy buena estructura y gran ritmo. A pesar de ser un tomo muy focalizado en la acción, su autor consigue dotar de pausa algunos de sus momentos para conocer más a fondo a sus personajes. Sin embargo, tal y como hablaremos en el estilo y arte de Yukito Kishiro, GUNNM es una obra que no necesita de largas pausas y momentos distendidos para profundizar en sus personajes, es a través de la acción más pura donde mejor conocemos y empatizamos con Gally. Este primer volumen cuenta además con la presencia de un villano cuyo diseño y profundidad dista bastante de lo que estamos acostumbrados a ver en el comienzo de este tipo de obras. La estética del mismo guarda una relación muy coherente con su pasado, una historia narrada por medio de una gran diversidad de escenas de acción.
Por último, el apartado artístico de GUNNM #1 es sobresaliente. Su autor consigue crear una atmósfera decadente gracias a la fantástica recreación de este futuro distópico. La representación de la ciudad de Salem como una urbe suspendida siempre en el cielo denota el poderío y la supremacía frente a la Ciudad de los Desperdicios, «los de abajo». La ciudad donde vive Gally es, literalmente, un vertedero compuesto por los restos arrojados desde Salem, una laberinto para ratones donde impera la suciedad y la precariedad. Esta dicotomía entre sociedades se transmite a la perfección a través de las líneas de dibujo de Yukito Kishiro. Este mangaka utiliza un estilo de trazado ágil y limpio en ocasiones, pero utilizando gran cantidad de líneas cuando la escena lo requiere. Con un grado de detalle máximo en cuanto a personajes se refiere, Kishiro convierte GUNNM en una obra con una muy buena composición de páginas y un elevado componente cinematográfico en los planos. A través de sus numerosos paneles de acción, el lector es capaz de sentir el movimiento de los personajes y seguir toda la coreografía de golpes sin perderse ni un instante. Todo ello gracias al talento de su autor, un talento que nos hace rememorar aquellos años ’90.
Hace unos meses Editorial Ivrea anunció la licencia de GUNNM durante la celebración del XXIII Salón del Manga de Barcelona. La obra de Yukito Kishiro se ha convertido en una de las grandes obras de culto del manga para muchos lectores del mundo. GUNNM Battle Angel Alita #1 está compuesto por un total de 200 páginas con la inclusión de muchas de ellas a color. Estamos ante una edición formato B6, tankoubon rústica con sobrecubierta y cuya dimensión es de 13×18 cm.
La calidad de los materiales que conforman este tomo es indiscutible, ofreciendo un plus de calidad por encima de la media de la editorial. La portada consigue un gran impacto visual tanto por su diseño como por la saturación de los colores empleados. Su diseño respeta al máximo al original japonés y la tapa interna está completamente impresa en tinta plateada, ofreciendo un efecto que casa a la perfección con el estilo y ambientación de la obra. GUNNM Battle Angel Alita #1 salió a la venta el pasado 27 de diciembre a un precio de 8,50 €. Este primer tomo consta de un total de seis capítulos y ninguna errata en cuanto a contenido. Sin embargo, la tinta plateada de su sobrecubierta deja algunas pequeñas motas desperdigadas por la misma, algo que a los más perfeccionistas puede resultarles molesto. La localización a nuestro idioma está perfectamente lograda gracias a la labor de Marcelo Vicente.
Edu Allepuz
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