Es innegable la gran repercusión que tiene el género shonen dentro del universo manga. Debido a las características que reúne, es fácil que el público general se encariñe y siga muy de cerca muchas de sus obras. En los últimos años hemos visto cómo algunos de sus máximos representantes han dicho adiós. Obras como Naruto, Bleach o la recién terminada Fairy Tail se han despedido para dar paso a la siguiente generación. Una nueva generación compuesta por obras como Boku no Hero Academia o Black Clover, que buscan el beneplácito del público y consolidarse a largo plazo.

Black Clover es una serie de manga tipo shonen creada por Yuuki Tabata (Hungry Joker). Su publicación comenzó en la Weekly Shonen Jump el 16 de febrero de 2015, y cuenta actualmente con un total de 12 volúmenes a la venta en Japón. El pasado 30 de marzo se lanzó en nuestro país el primer tomo de la obra de la mano de Norma Editorial, quien compró los derechos a finales de 2016.

Ante el éxito que está cosechando el manga, el estudio de animación Xebec (Love Hina, Shaman King) se encargó de la realización de un episodio especial de 25 minutos de duración. Básicamente, este capítulo ejerce como piloto para comprobar el grado de aceptación entre el público. Así pues, comenzamos con nuestra crítica de la OVA de Black Clover.

¿Quién será el próximo Rey Mago?

Black Clover nos traslada a un universo donde todo gira en torno a la magia. Este elemento fantástico marca la diferencia dentro de una sociedad donde existe una clara segregación social entre aquellos que gozan de gran poder mágico y los que no. El protagonismo lo tiene Asta, un chaval de 15 años que desea ostentar el título de Rey Mago (título que recibe la persona más poderosa), pero cuya capacidad para la magia es nula. Mantendrá una fuerte rivalidad con Yuno, quien es todo un portento y tiene el mismo objetivo que Asta.

Los primeros compases de la OVA se centran en presentar al dúo protagonista y sus aspiraciones. La diferencia de poder entre ambos es abismal, pero a pesar de ello el respeto entre ambos es mutuo. Los dos jóvenes llevan 15 años conviviendo juntos desde que fueron abandonados la misma noche en las puertas de un orfanato.

Su tranquila vida campestre se verá alterada cuando ambos acuden a una prueba que determinará su futuro. Es tradición que a los 15 años de edad se entregue un grimorio a cada joven para ayudar a aumentar su poder mágico. A Yuno se le concede ni más ni menos que el grimorio del trébol de cuatro hojas, el mismo que tuvo el primer Rey Mago. Por el contrario, Asta no recibe ninguno debido a su condición y deberá esperar otra oportunidad durante los años venideros.

El trébol negro

El punto álgido de este especial llega tras la conclusión de la entrega de libros. Un bandido pone contra las cuerdas a Yuno y es en este enfrentamiento donde Asta recibe su grimorio, para sorpresa del mismo. Un grimorio negro y desgastado acude a él, otorgándole una gran espada capaz de repeler cualquier tipo de magia. Tras salir victorioso, Asta rescata a Yuno y se hacen un juramento: convertirse en el próximo Rey Mago.

Un comienzo muy prometedor

Como ya hemos dicho, esta OVA de 25 minutos ejerce de episodio piloto de la serie, ofreciendo una ligera presentación de sus personajes principales, sus personalidades y sus metas. Nos brinda la oportunidad de echar un primer vistazo al mundo de fantasía que nos plantea Yuuki Tabata. Todo ello bajo una animación sobresaliente, con especial atención a los efectos en el uso de la magia en pantalla. En este aspecto, Xebec ha hecho un grandísimo trabajo en lo técnico.

La obra de Tabata se está vendiendo bastante bien en territorio nipón, y la posibilidad de contar con una serie de animación incrementaría su popularidad. La editorial nipona Shueisha ha jugado bien sus cartas, y recientemente ha confirmado que el anime de Black Clover dará comienzo en octubre de este mismo año. Su producción correrá a cargo esta vez del estudio Pierrot, reconocidos por producir series como Naruto o Bleach. Esperemos que logren recrear con gran fidelidad la esencia de la obra de Yuuki Tabata y no abusen del tedioso relleno.

Edu Allepuz