Ya se empiezan a oler los aromas de los Oscars en nuestras carteleras. MR. KAPLAN es la elegida por Uruguay para optar a las privilegiadas plazas de nominación a Mejor Película Extranjera. Aunque no figure en las quinielas, este film es una buena opción para seguir tomando el pulso a los nuevos cines que surgen de la gran, y prolífica, América Latina. Tras MR. KAPLAN, la historia de él, de Jacobo Kaplan (HÉCTOR NOGUERA). De origen judío, llegó a Uruguay sesenta años atrás huyendo del avance del Nacionalsocialismo hitleriano. Ahora, a mitad de los coloridos noventas y llegando a la edad de 76 años, Kaplan hace un forzoso repaso a su vida para comprobar que no ha hecho nada destacable. En medio de esta angustia vital que le corroe por dentro, Jacobo tiene una reveladora conversación con su nieta adolescente. Le cuenta que, cuando va a la playa, suele tomar algo en el chiringuito de un anciano alemán al que llaman “El Nazi”. Con la ayuda de Wilson Contreras (NÉSTOR GUZZINI), un ex-policía vago y desastroso, se pone manos a la obra con la investigación de este asunto. A medida que la curiosa pareja avanza con la indagación, las preocupaciones de su mujer y sus hijos van en aumento. Un camino a trompicones que culminará en un final rocambolesco y lleno de revelaciones.
MR. KAPLAN se nos presenta con la firma del joven director ÁLVARO BRECHNER. Este film es su segunda obra (debutó en 2009 con MAL DÍA PARA PESCAR) y demuestra haberse rodeado de un magnífico equipo técnico. La reconstrucción estética es potente y coherente con la época y resuelve con soltura el reto de recrear los noventa en Montevideo. El montaje tiene ritmo y el guión goza de un planteamiento correcto y dinámico. Sin ninguna duda, la fotografía es uno de los mejores elementos de este film; con personalidad, con técnicas acertadas para desenvolverse tanto en interiores-noche como en exteriores-día y combinándose con maestría con la sobria dirección artística. Los actores dan la talla y ponen de manifiesto la simbiosis que crean con el realizador. NOGUERA y GUZZINI forman un dúo, con un espíritu quijotesco indudable, que funciona bien, y se nutren el uno del otro.
Dentro de este film hay algunos conceptos buenos, muchos correctos y uno que se lleva por delante todos los esfuerzos hechos por los demás. No hace gracia; así de sencillo. Que cruel e injusta es la comedia. El drama es agradecido, se puede tratar mal, puede ser mediocre, pero las conclusiones siempre podrán caer en espectros difusos y poco concretos. En cambio, el género cómico se guía por un baremo que es claro e inapelable: ríes o no ríes. Lamentablemente, MR. KAPLAN no levanta más que medias sonrisas; toda una pena. Las referencias son claras y bien trabajadas. Empezando por el mismo título, (recordemos que Kaplan era el nombre que iniciaba la confusión de CON LA MUERTE EN LOS TALONES de HITCHCOCK), y siguiendo con la temática a lo EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ, los personajes reflejo del QUIJOTE y el tono que recuerda a UN CUENTO CHINO u otras nuevas comedias argentinas. La premisa también parte de un más que interesante trasfondo. El tiempo perdido, las ansias de perdurar, la negación de la vejez, son algunos pensamientos que van brotando, pero sin lograr las expectativas de carcajada que se nos prometen con la sinopsis.
No se puede crear mayor impotencia en el cine que cuando una comedia cumple en todos los apartados, pero no consigue hacer llegar su humor. Esperamos que BRECHNER siga intentándolo y pula todos las aristas que sobresalen en esta pieza.
LO MEJOR:
- La fotografía es sobresaliente. Un gran trabajo de tratamiento de los espacios.
- Los personajes están bien creados y sus dilemas convencen.
LO PEOR:
- La mala culminación del humor en el global del film. Una comedia jamás se podrá permitir no hacer reír.
- En algunas escenas de la obra el sonido no logra el nivel de los otros departamentos y compromete la contundencia técnica del total.
