• QUIÉN? MARIBEL VERDÚ (M.V.)
• ¿DÓNDE? Hotel NH Eurobuilding
• ¿CUÁNDO? martes 06 de abril de 2015
• ¿POR QUÉ? Estreno de FELICES 140 (viernes 10 de abril de 2015)

Casi dos años han pasado ya desde que tuvimos la inmensa fortuna de toparnos con MARIBEL VERDÚ en el Festival de Cine de Málaga, al que acudíamos como un blog que acababa de arrancar. Sin muchas visitas, con apenas unas decenas de seguidores, inexpertos y algo perdidos; pero eso sí, muy, muy ilusionados. Una entrevista, aquella, muy mágica no sólo por su espontaneidad sino por el espectacular trato recibido por la actriz y su simpatía (podéis recuperar aquí la entrevista, y la anécdota). Un recuerdo que nos acompaña siempre y una de las experiencias más gratificantes que hemos tenido desde que emprendimos este proyecto. De nuevo Maribel, y de nuevo una cinta de GRACIA QUEREJETA. La experiencia se repite, y nosotros encantadísimos.

Nadie mejor que ella para hablar de FELICES 140, su tercera aventura junto a GRACIA QUEREJETA. Ella no necesita presentaciones. Es más, es ella la que se encarga de vender la película como merece. El último trabajo de MARIBEL VERDÚ es una crítica al género humano, a sus miserias y vergüenzas. Eso sí, contado con pinceladas de humor, que hace más entretenido el argumento. La actriz habló desde la más pura sinceridad de su experiencia, de su carrera, de los rodajes, y cómo no, del cine español.

*Esta entrevista se realizó en mesa redonda y recoge nuestras preguntas y las de otros tres medios  que nos acompañaron y participaron en la misma.

 ¿Cómo definirías FELICES 140?

 M.V.: Mira, RAFAEL AZCONA decía que el primer mandamiento debía ser “No aburrir”, y me parece genial eso. Esta película desde luego no aburre. Es hora y media con un ritmo trepidante, que empieza y dices ¡Qué bien, un grupo de amigos, mírales cómo se quieren! Y de repente hay un giro inesperado que te deja en la butaca casi sin respirar, y todos los acontecimientos son tan tremebundos que dices ¡Madre mía de mi vida! ¡Qué decepción de género humano! Es una historia que genera debate. Sales del cine indefectiblemente, da igual con quien vayas, y vas a decir ¿Qué hubieras hecho tú en la situación de cada uno? Porque es gente común de la calle, con sus trabajos normales y con lo que el espectador se va a sentir identificado. Es imposible saber cómo reaccionar. Igual que cómo actuar si pillas a tu pareja con otra u otro en la cama; eso hasta que no te pasa, no se sabe. Aquí es lo mismo. Pasa como, salvando las distancias, con UNA PROPOSICION INDECENTE, que salías del cine pensando ¿Qué harías en esa situación?. Esta historia es de esas cosas mágicas que te vienen y no sólo te entretienen, también te hacen pensar.

 Has mencionado a  RAFAEL AZCONA que era el ejemplo del pesimismo y del humor negro. En España hay mucha comedia negra y ahora el público parece dar su brazo a torcer con las comedias más ligeras. ¿FELICES 140 puede retomar el contacto con el humor más turbio?

 M.V.: Esta película de amable no tiene nada. Es como en PULP FICTION, cuando matan al de atrás que todo en el cine se descojona, pero luego tiembla por haberse reído de esa situación. Yo me acuerdo haciendo UN DIOS SALVAJE en teatro. Había situaciones muy jodidas y de repente te reías por cosas que decías, ¡Cómo son de chungos! En FELICES 140 hay situaciones dantescas que dan ganas de llorar. Hay un humor negro tremendo. GRACIA ha hecho con SANTOS MERCERO un equipo brillante; se han juntado el hambre con las ganas de comer. Tienen un humor, un sarcasmo y una ironía que les sacan punta hasta los momentos más dramáticos. Yo adoro el humor negro. Es genial, ¿o no? como el humor surrealista o el humor inglés, que son grandiosos.

 Y este trabajo rodado en Canarias, con un buen rollo entre todo el equipo… ¡Normal que haya salido rodado!

 M.V.: Pero es que hay directores que necesitan que el trayecto sea duro y que se pase mal. Yo es que ya desde hace muchos años he comprobado que puedes hacer trabajos como Y TU MAMÁ TAMBIÉN, EL LABERINTO DEL FAUNO o LA BUENA ESTRELLA, pelis donde sólo ha habido risas, buenos rollos, que te los has pasado que te cagas, y encima el resultado final es la pera. No se necesita pasarlo mal para que el resultado sea bueno, y sobre todo con GRACIA, que genera un ambiente de lujo. Ella lo que quiere es divertirse, estar con sus actores, a los que ama profundamente, que le cuenten cotilleos… y sabe y respeta los tiempos para las risas y los tiempos para el curro. Lo único que hacemos es engañar, pero hay que engañar muy bien, claro. Han sido seis semanas juntos de rodaje y mira todo lo que ocurre en la película. Pero cada vez que decían corten, había grupitos, estábamos de risas. ¡Si es que nos adoramos! (risas).

 Llevas más de treinta años en la profesión ¿Te has arrepentido de alguna película? ¿O te falta alguien con el que te gustaría trabajar? Algo complicado con todas las películas que llevas…

 M.V.: Ni sé cuántas son… A lo mejor 70 o así. Pues hay muchos con los que no he trabajado. Pero lo que más me enorgullece es repetir con directores. Tengo la suerte que muchas veces me han llamado para la segunda, o como es el caso de Gracia para la tercera. Eso me parece de lo más satisfactorio de esta profesión. Y de actores me faltan… nunca me han juntado con LUIS TOSAR ni con RICARDO DARIN, por decir dos a los que admiro. Y en cuanto a directores, por ejemplo RODRIGO GARCÍA, JUAN JOSÉ CAMPANELLA, ALEJANDRO AMENABAR…

Y hay pelis de las que me he arrepentido, claro. No puedo decirlas, pero me vienen de repente dos a la cabeza, que me pongo mala de verdad. Aunque te digan “No, pero has aprendido de la experiencia mujer” ¡Qué va!… Sin ellas no hubiera pasado nada. Claro que las hay. Lo que pasa es que saco la parte positiva a todo, como debe ser.

 ¿Qué tiene que tener un director o directora para que te guste?

 M.V.: Que no te haga sufrir. Hace un par de años unos colegas me contaron el ambiente de rodaje tétrico que habían pasado: en silencio, en maquillaje no se podía poner música, ambiente de maltratar a los actores y al equipo técnico para generar el clima adecuado porque era una película dura. Lo piensas y dices ¡Anda y que te den! Era cuando me dieron el Goya por BLANCANIEVES. Sé que sólo se recuerda una cosa de mi discurso, pero también le dirigí unas palabras a PABLO BERGER: “que es un director que pone el camino fácil a un actor”, porque es una persona que trata bien a su equipo, a sus actores, que es humano por encima por encima de todo. Eso debe tener un director: Humanidad y sensibilidad. Por encima del arte. Yo lo he pasado muy mal en rodajes y luego la película ha podido ser cojonuda o una mierda, y lo he sido feliz en otros dramas como AMANTES o LOS GIRASOLES CIEGOS. No está reñido. Yo no quiero sufrir más que por las cosas que la vida ya te coloca.

 Hay varias escenas muy impactantes en la película, como la de la cena, que es un juego de miradas constante. ¿Cómo lo preparaste?

 M.V.: SÍ. Yo no hablo hasta que me preguntan al final. Ahí tienen mérito mis compañeros. Fueron muy generosos. Para mí era fácil porque me tocaba la última. Pero estos están hablando unos con otros. Y los pobres, después de diez horas de rodar esas conversaciones cruzadas, esperaron para mi plano y volvieron a recrear esa situación de locura, de quitarse la palabra unos a otros. Y lo hicieron todas las veces para mi plano corto, para el más amplio. Son grandes por algo, y eso es importante.

 Y otra escena crucial es la que tienes con GINÉS (GARCÍA MILLÁN)

 M.V.: Sin duda. Yo en mis guiones desgloso todas las escenas de la película en la última página, y las puntúo igual que los críticos ponen estrellas. Significan el nivel de dificultad de las escenas. Y esa escena era de poner puntos sin parar. Era tremenda, porque te desnudas ante él y pierdes tu dignidad rogándole. Me daba mucho apuro hacerla porque era anti-Maribel, y es que Elia tiene muy poco que ver conmigo, un punto que lo hace todo más difícil todavía. Yo pensaba “pero que le den y bébete la botella de vino” (risas). Es que además rogar que te quieran es lo más triste del mundo. Es como cuando te llegan noticias de un trabajo que prepara un director y te dicen “pero llámale a ver qué pasa”; y dices “por qué voy a llamar si sabe que existo. Ya me dirá algo y si no, pues nada”.

 Es que Elia es un personaje incómodo…

 M.V.: ¡Muy incómodo!, Yo le hubiera metido en más de una ocasión… Es lo malo porque tengo que cuidarla y quererla, y a veces pensaba “Anda Elia, bonita, ya te vale…»

 ¿Cuesta hacerse con unos personajes más que con otros?

 M.V.: No, no. Yo voy a un rodaje a disfrutar con el personaje, de diálogos bien escritos, de mis compañeros. Yo no me torturo trabajando. Y lo hago con sentido común, que es como se hacen las cosas, y tirándome a la piscina de la mano del director, Puedo estar bien o mal en una película gracias a un director. Yo le hago caso, le escucho. Quiero que me moldee a la imagen y semejanza del personaje que toca.

 El mensaje que manda FELICES 140 es la miseria que saca de las personas el dinero. ¿Está de acuerdo?

 M.V.: Sí, cierto, saca lo peor de uno. Puede pudrir familias, romper relaciones de amigos íntimos, pero ojo… Más vale tener dinero que no tenerlo. Es la verdad. Las penas con dinero menos penas son. Si eres listo y sabes usarlo lo puedes administrar, otra cosa es que quieras viajar en primera o vivir en un camping, eso es cosa tuya. No nos equivoquemos porque no da la felicidad. Yo de las cosas que más grima me da en el mundo es la gente miserable y la gente tacaña. Dejo de querer por eso. Yo si estuviera en esa situación lo repartiría, haría un fiestón, ayudaría a amigos con hipotecas, que si los estudios del hijo de tal…

 GRACIA casi siempre saca en sus películas a un personaje adolescente, en este caso se trata de tu sobrino (MARCOS RUIZ) en la película. ¿Crees que este personaje es el punto de inocencia? Porque hay un momento que se dice que “los jóvenes todavía no están contaminados”.

 M.V.: A ver, mi sobrino en la película no está contaminado…pero los jóvenes y los mayores en general estamos contaminados porque somos seres humanos. Es inherente a nosotros. Si nos dejan sacar la maldad podemos asustar, y mucho. Somos los que destrozamos el mundo y matamos animales porque sí, ¡incluso pagamos por verlo! Somos realmente tremendos. Luego los hay que dices “Si es que es tan buena que parece tonta”. Encima tenemos que terminar diciendo eso porque no entendemos a alguien bondadoso. Así somos de patéticos. Por eso al personaje de Bruno no le entendemos porque es de esas personas bondadosas, pero anda que no hay niños quinceañeros malos… Un niño si es malo es malo desde pequeño, mira el Petiso Orejudo, con nueve años y ya asesino en serie…

FELICES 140 es una película muy completa. Sería raro si no fuera bien. Es la típica película que en Francia triunfaría  seguro ¿Qué necesita el cine español?

 M.V.: Mira, yo acabo de venir de trabajar de Argentina, donde tienen un 0% de IVA en la cultura, por eso es uno de los países más preparados que hay. El cine esta abierto desde por la mañana, los teatros están llenos y todo el mundo sabe quién es Cortázar. Y su cine, igual que el cine francés, es el primero en taquilla. Sus películas funcionan porque apoyan su cine. Aquí, según estoy notando estos ultimo años, la gente se está reconciliando con nuestro cine y ya no hay tanto detractor. Es verdad que estamos demostrando el abanico tan amplio de géneros que podemos hacer: suspense, cárceles, humor negro… aunque sí es cierto que esta película en Francia sería como 8 MUJERES o PEQUEÑAS MENTIRAS SIN IMPORTANCIA. Ojala aquí vaya bien. Ha habido momentos de emocionarme esta mañana con periodistas, y te aseguro que eso sucede muy de vez en cuando. Eso me pasó con BLANCANIEVES, que me venían uno a uno y decían “Enhorabuena por este trabajo”. Y normalmente los periodistas no os mojáis tanto. Y claro, piensas “Ay Dios, que al final no nos ha salido tan mal”. Si funciona una película inteligente como ésta será algo importante porque no es humor fácil. Es una película para gente que mola. Diría mucho del público español. Pero claro, las decepciones están a la orden del día.

 Muchas gracias MARIBEL, ¡y suerte con la película!

 M.V.: Gracias a vosotros.

María Aller