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EL ÉXITO DE LA CASA DE PAPEL EN NETFLIX, ¿EL OCASO DE LA TV LINEAL?

La casa de papel en Netflix

En los últimos días, Netflix ha dado a conocer que La casa de papel es la serie de habla no inglesa más vista en toda la historia de la plataforma. El éxito de la ficción de Vancouver Media sorprende por partida doble: supera a series de producción propia de Netflix como 3 %, Dark o Las chicas del cable, y además lo hace después de haber obtenido unos datos de audiencia bastante irregulares en Antena 3.

La casa de papel se despedía el pasado 16 de noviembre ante 1 487 000 espectadores y un escueto 9,8 % de share, siendo cuarta opción de los espectadores en prime time y quedando incluso por debajo de la oferta de La Sexta, segunda cadena del grupo. La serie fue perdiendo audiencia progresivamente desde su estreno, dejándose 2 500 000 espectadores y 15 puntos de share por el camino.

Sin embargo, su llegada a la plataforma le ha servido para convertirse en un fenómeno en países como Italia, Francia, Turquía o Brasil. El éxito de La casa de papel en Netflix, después de haber pasado mucho más desapercibida en sus emisiones en abierto, no hace más que reforzar la teoría de que los nuevos modelos de consumo hacen de las plataformas de streaming el lugar más apropiado para determinado tipo de ficción. Curiosamente, en la versión internacional de la serie los episodios duran 40 minutos frente a los 70 del metraje original.

La casa de papel en Netflix

En lo que llevamos de temporada y, pese a que algunas series han conseguido ser líderes durante la totalidad o buena parte de sus temporadas, el fútbol y la telerrealidad siguen siendo los géneros que dominan las audiencias y fidelizan más a los espectadores. Tanto Masterchef Celebrity como Operación Triunfo batieron récords de audiencia en la final de sus últimas ediciones, justo lo contrario que La casa de papel, que se despidió con su dato histórico más bajo.

Una semana antes de finalizar abril, Telecinco supera a Antena 3 por tres puntos de cuota de pantalla. La programación de la primera se sustenta en programas de entretenimiento (Supervivientes, Got Talent, La Voz Kids, Factor X), mientras que el prime time de la segunda está dedicado a la ficción (cine y series) de sábado a jueves. Telecinco es actualmente líder holgado de lunes a domingo.

La buena reputación de las series de Antena 3 no se traduce en grandes datos de audiencia y, aunque consigan estrenos potentes, no son capaces de fidelizar a sus espectadores. El apresurado estreno de Fariña, cuya promoción se vio beneficiada por el secuestro judicial del libro en el que está basada, sedujo a 3 400 000 espectadores y un 21,5 % de share. La historia sobre el narcotráfico en la Galicia de los 80 consiguió mantener buenos datos hasta Semana Santa. Después de una semana de parón, no ha parado de perder espectadores y ya apenas supera los 2 millones.

Fariña-1-El-Palomitron

El pasado 6 de febrero, Cuerpo de élite se convertía en el mejor estreno en abierto en casi 3 años, con 4 193 000 espectadores y un 24,6 % de audiencia. Dos meses y medio después, su número de fieles se ha reducido a casi la mitad, con 10 puntos menos de share. La comedia parece seguir la estela de otras series de la cadena como Buscando el norte, Bajo sospecha, La embajada, Vis a vis o la propia La casa de papel, que no pasaron de tener una o dos temporadas tras haber vivido exitosos estrenos.

¿Por qué, en la era de la seriefilia, no cuajan las series de largo recorrido en la televisión lineal? La respuesta parece estar en el modelo de consumo: el espectador sigue siendo capaz de sentarse a ver un estreno en abierto (que, además, suele tener menos publicidad de la habitual) para decidir si quiere o no continuar viendo esa serie, pero prefiere consumir el resto de los episodios a su ritmo.

El pánico a la infidelidad del espectador ha llevado a las cadenas a tomar decisiones tan conservadoras como no renovar Tiempos de guerra, líder durante los miércoles de otoño, por una segunda temporada en Antena 3. Allí abajo, estrenada en 2015, es la serie más reciente en conseguir más de dos temporadas. Desde entonces, todo lo estrenado ha tenido solamente una o dos tandas de episodios.

Las series familiares parecen ser la única excepción que confirma la norma: La que se avecina y Cuéntame siguen en plena forma tras enésimas temporadas, y la cuarta temporada de Allí abajo sobrevive como puede frente a La Voz Kids los lunes por la noche.

Ante este escenario, parece claro el camino que deben seguir las cadenas generalistas: potenciar aún más sus áreas de entretenimiento (aquí La 1 y Telecinco parten con ventaja), desechar la ficción de género y apostar más por comedias, dramas familiares o series-evento de formato corto al estilo británico. Otra opción es mantenerse como hasta ahora, produciendo series con poca esperanza de vida que puedan venderse a las plataformas de pago, como ha sucedido con La casa de papel o Vis a vis, sembrando ideas de las que otros recogerán parte de sus frutos.

Ni los horarios imposibles del prime time español, ni los habituales cambios de día de emisión, ni la publicidad, ni los eternos 70 minutos por episodio han sido los mejores amigos de nuestras series en los últimos años. Del éxito o fracaso del próximo estreno de La catedral del mar en Antena 3, coproducida con Netflix y con tan solo 8 episodios de entre 40 y 50 minutos de metraje, podría depender el futuro de muchas series que estén por producirse.

Fon López

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He crecido viendo a Pamela Anderson correr a cámara lenta por la arena de California, a una Carmen Maura transexual pidiendo que le rieguen en mitad de la calle, a Raquel Meroño haciendo de adolescente con 30 años, a Divine comiendo excrementos y a las gemelas Olsen como icono de adorabilidad. Mezcla este combo de referencias culturales en una coctelera y te harás una idea de por qué estoy aquí. O todo lo contrario.