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LA BRUJA

La BrujaUnos la conocen como The Witch, otros como La bruja. Lo que está claro es que desde el año pasado venimos oyendo noticias y buenos comentarios sobre ella. Esta situación nos puso el listón de nuestro imaginario muy alto (demasiado alto diríamos). Y es que se generaron una serie de expectativas que nos crearon un gran deseo por verla. Se nos resistió en la apertura de la 48.ª Edición del Festival de Sitges, también en la 13.ª Edición del Syfy, pero a la tercera tenía que venir la vencida, y sí, ha valido la pena esperar.

Ya hacía tiempo que no veíamos algo así (exceptuando títulos como Expediente Warren, It follows, o La cueva a nivel nacional). El norteamericano Robert Eggers ha tenido que debutar en el cine como director y guionista para deslumbrarnos con cine de terror (como hizo con todo su público en el estreno del largometraje en el Festival de Sundance en 2015, donde ganó el premio al mejor director), con La bruja.

La BrujaLa bruja se ambienta en Nueva Inglaterra, en el 1630. Un matrimonio junto a sus cinco hijos, todos ellos cristianos, son desterrados de su colonia por discrepancias religiosas. Esto provoca que busquen refugio en una casa que se sitúa cerca de un bosque. Pero no es un bosque cualquiera, sino que es un temible bosque conocido por leyendas, las cuales relatan que allí suceden cosas extrañas, existe hechicería, magia negra… Es más, comentan que hay una bruja que allí habita. Un panorama que va poco a poco acechando cada vez más a la familia que vive a escasos metros. Tal es el mal sobrenatural que hay que, de repente, el más pequeño de la casa desaparece, los cultivos no dan sus frutos y los animales no responden de forma natural. A partir de este momento, entre la familia comienzan a crearse una serie de desconfianzas.La BrujaEl cartel norteamericano de la película define con un subtítulo a la cinta como un cuento folclórico de Nueva Inglaterra, y no se le quita razón, ya que todo lo que sucede en el guion está basado en leyendas, mitos y brujerías que sucedieron en realidad en ese lugar por aquella época; cabe mencionar el episodio de las brujas de Salem (en 1692 en Boston hubo un juicio contra varios vecinos acusados de ejercer brujería). Aquí es donde desemboca el primer tema interesante del que trata la película, que es el de la religión. Se parte de la base de que todos aquellos que no son tentados por los siete pecados capitales de Dios (la lujuria, la ira, la gula, la avaricia, la pereza, la envidia o el orgullo) quedarán a salvo de esta terrible y maligna hechicería. Entre sus diálogos se encuentran textos literales extraídos por el director, como el siguiente: Esto es mi culpa. Lo confieso. ¡Lo confieso! ¡Oh, Dios mío! Estoy engañado. Estoy infectado por la inmundicia del orgullo. Y eso lo sé. Lo sé. Deshazte de mi voluntad, pero perdona a mis hijos.

Un guion bastante novedoso escrito por Eggers, pues ha querido huir de los clichés (luz, sonido, sangre) del género forjando una imagen nueva, independiente y culta de terror. Narrativamente delicado y siniestro (sin emplear monstruos) a partes iguales y más lento (más en la primera parte de la película) que las cintas a las que nos tiene acostumbrados últimamente el cine del género (menos mal, gracias Eggers). Por todo ello, es posible que los amantes del cine de terror más comercial que se enfrenten a esta cinta no terminen de apreciar su esencia y valor. De lo que podría haber sido una simple y repetitiva historia de brujas, Eggers ha conseguido una pieza inexplicable y única.La BrujaCon un reparto impecable (caras nuevas, algo que siempre se agradece) con papeles que le vienen a cada uno como anillo al dedo, el elenco queda encabezado por la joven Anya Taylor-Joy (su primer papel oficial en la gran pantalla). Esta borda su interpretación de Thomasin, la hija adolescente que solamente reclama la atención de sus padres. La joven es fuerte, a pesar de que su familia empieza a desconfiar de ella; por una serie de factores que se ven en la película, protege por encima de todo y de todos a su familia. Ralph Ineson (El libro de la selva), cara conocida por su papel en la exitosa Juego de tronoses William, el padre de la familia, un hombre cuyos ideales son inamovibles, aunque le cueste el tener que ser marginado por un grupo social. Kate Dickie (Prometheus), también vista en la serie basada en los libros de George R. R. Martin como la señora perteneciente a la Casa Arryn del Nido de Águilas, Lysa Arryn, en el largometraje hace de esposa de William como Katherine. Harvey Scrimshaw (Naranjas y soles) es Caleb, el hijo mediano que se encuentra en una etapa de exploración sexual, fijándose como mujer en Thomasin, su hermana. Completan el reparto los recién estrenados intérpretes Lucas Dawson y Ellie Grainger, que encarnan a los gemelos Jonas y Mercy, respectivamente. Todos ellos consiguen a nivel gradual la atmósfera que requiere la cinta, en la cual van evolucionando a un nivel perfecto de locura según avanza la película. Es tal el punto de trastorno que no confían ni en ellos mismos.cabraTras ver los aspectos narrativos, los técnicos no podrían ser menos. La bruja está inmersa en una temática adaptada audiovisualmente perfecta (sin acudir a los fáciles efectos especiales ni a la sangre) para la estética del siglo XVII, tanto en sus escenarios, sus actuaciones y sus vestuarios como en su lenguaje, en el que hablan en inglés antiguo, etc… Sumergido en largos planos, grisáceos, silenciosos, lentos, muy lentos, como si la cámara quisiera poco a poco mostrarte todo lo que va ocurriendo allí, a la par que te despista y te introduce en la propia locura que viven los personajes.

La fotografía de Jarin Blaschke (Creo en unicornios) consigue la complicidad perfecta con la historia de Eggers, pues sus planos son fríos, oscuros, tenebrosos (escenas introduciéndose en el bosque, cuando aparecen los conejos [y no es precisamente el Conejo Blanco de Alicia en el País de las Maravillas], cuando la cabra da sangre en vez de leche…) que dicen recordar en momentos a El bosque de Shyamalan. Unos adjetivos que traspasan de la pantalla al cuerpo y mente del espectador.La BrujaJunto a la imagen va su sonido, acompañado de la música de Mark Korven (Cruel & Particular), en momentos desquiciante. Estos elementos están excepcionalmente estudiados y elegidos para ser efectuados en toda la película, no dejan nada al azar. El silencio llega a provocar el propio miedo (de ahí la referencia anterior de no caer en los estereotipos del cine de terror), y eso que está analizado que si a un filme de esta categoría le quitas el sonido, ya no te crea tanto miedo. Pues Eggers lo ha conseguido; como ven, el colmo de los colmos. Porque con La bruja no hablamos de terror, como quien puede tener miedo a ver un monstruo, no: es más insinuado, no recurre al susto fácil generado por las subidas de volumen de siempre, de ahí lo de sutil. Acompasa muy bien la narración junto a los sonidos con los silencios en el justo momento.La BrujaLa película, a niveles generales, juega con nuestra psicología, nos despista, no somos conscientes de a lo que nos estamos enfrentando. La paranoia es lo que prima en esta historia llena de confusión, la cual te propone preguntas como: ¿Quién es el malo de todo esto? ¿A quién controlan? ¿Esto es una pesadilla o es real? A grandes rasgos, visualmente exquisita, un terror sutil como de los que no hay, de los que marcan. Es más verla que lo que se pueda contar, ya que es una sensación con cada plano casi indescriptible.La BrujaLa acción sucede en la vieja casa, lugar donde el espectador se colará por un agujerito y podrá presenciar los rezos (algunas de las escenas cumbre) y miedos de la familia. El diablo vestido de cabra (el Negro Phillip) dará momentos estelares, pero la protagonista de todos ellos será la bruja, y no, no tiene gorro de pico ni escoba como la imagen que nos crean a través de la literatura y el cine, sino que es una criatura que, os aseguramos, no está en nuestra cabeza. La veremos primero de espaldas, con imagen desgarradora, enmarañada, algo o alguien (no sabemos muy bien) que definimos como de muy perturbador. Aparece en escena, llega el momento en el que su sombra, perceptible a la vez que imperceptible, que tanto como aparece desaparece en un abrir y cerrar de ojos, se dé la vuelta y… Para evitar spoilers y respetar el efecto sorpresa, dejaremos que la presenciéis con vuestros ojos. Por eso, habrá que ver la cinta para descubrir por uno mismo quién es, cómo es, por qué genera tanta hipnosis, pánico, asfixia, ahogamiento, locura…. ¿Te atreves a adentrarte en el bosque? ¿Te atreves a sentir el escalofrío? ¿Te atreves a conocer a La bruja?

LO MEJOR: 

  • Narrativa y visualmente perfecta.
  • Huye de los tópicos del cine de terror.

LO PEOR:

  • El posible rechazo por parte de los amantes del cine comercial.

 

María Páez

2 COMENTARIOS

  1. La vi el viernes y debo reconocer que hacía mucho que no sufría tanto con una película de terror.

    Si James Wan reconvirtió el género hace ya unos años con Paranormal Activity e Insidious, ahora Eggers le da otra vuelta de tuerca… Los fundidos en negro que dejan escenas como a medio grabar, los momentos en los que deseas que alguien grite porque no soportas la tensión…

    Me pareció perfecta. Maravillosa. Le van a salir seguidores… a ver si consiguen lo que ésta ha conseguido.

    Saludos, palomiteros.

  2. No he pasado tanta tensión viendo una película hace mucho tiempo.
    Terror en estado puro… Pero terror del de verdad.
    Sin sustos.Con una atmósfera enfermiza, con un bosque vivo y muerto a la vez k t atrapa y en el cual tu mente se pierde igual que se pierde Caleb.
    Interpretaciones absolutamente creíbles incluida la de Black Phillip…y esa musica…que parece sacada de una pesadilla inquietante y sombría.
    Entiendo que a gente a la que le guste más Insidious o Anabelle esta cinta no les llame la atención…
    Ell@s sé lo pierden.

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Periodista que considera que para ser una verdadera cinéfila tienes que ser una 007, con licencia para devorar todo el cine. Eso sí, prefiero quedarme atrapada en una cueva con Michael Myers, el payaso de It, Chucky, y la niña de El exorcista que en un palacio con princesas de cuento.