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LA BATALLA DE LAS SERIES: MAD MEN

Cuando una serie entre en tu vida y derriba todos los cánones que en tu mente de espectador se habían preestablecido, no sabes como recomponerte cuando llega su final. Pero en esta época dorada, donde cada serie es un hito que rompe las listas y deja perplejo a los seguidores, cuesta mucho hacerle entender a un neófito seriéfilo porque ha de ver «tu» serie y no cualquier otra. Se necesitan argumentos de verdadero peso para que otros vean y sientan lo que tu viste o sentiste.

En esta sección de La Batalla de las Series, le ha tocado el turno a la exitosa serie protagonizada por Jon Hamm (Black Mirror), Mad Men y aunque no lo tiene nada fácil, daremos los motivos suficientes para que todos y cada uno de los lectores caigan rendidos ante los lustrados zapatos de Don Draper. ¿Será la publicidad y el poder del marketing lo que nos ha traído hasta aquí? Tal vez, al final de este artículo encontremos la respuesta, pero por el momento acomodémonos en el sillón, encendamos un cigarrillo y disfrutemos de los diez motivos por los que Mad Men es una de las mejores series.

1. Hombres y Mujeres

mmkLa eterna lucha de sexos encuentra su punto álgido en la sociedad norteamericana de la segunda mitad del siglo XX. Existen en ella dos estereotipos que cada vez se difuminan más dentro de una sociedad que, resulta ser más poderosa si ambos bandos están unidos. Las mujeres perfectas, bellas y a la moda que preparan la cena y educan a los niños, dejan paso a mujeres independientes que dan prioridad a su carrera y a su soltería, frente al casamiento por presión social.

Frente a ellas, encontramos a los hombres, padres de familia y que se creen merecedores del Universo al completo por haber sido los vencedores en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, demuestran que bajo el traje caro y la imagen de galán Hollywood, se esconden hombres inseguros e inmaduros que viven aterrorizados con perder el estatus de triunfador que la vida les ha otorgado. Personajes estereotípicos que evolucionan frente a otros que se aferran a clichés por miedo al cambio, pero ambos bandos empiezan a comprender que conforman un todo común, complejo y condenado a entenderse.

2. La evolución de los personajes

Parece obvio que en una serie que ha durado siete años, con sus siete temporadas, los personajes más longevos sufran un cambio, no solo estético, sino también personal. Sin embargo, en esta serie, esos cambios siempre van más allá, acompañados de sucesos históricos que determinan y enmarcan la época en la que viven. Los personajes jóvenes crecen, los maduros entran y salen de diversas crisis, los perdidos parecen encontrar su norte.

Sin embargo, existe un personaje que no cambia un ápice desde los comienzos de la serie y ese es Don Draper. Ni siquiera cambia su atuendo, su eterno traje gris, a pesar de que la chaqueta de pana pretendiera hacerse un hueco en su armario, ni la moda sesentera es capaz de cambiar a Draper. Parece que un hombre que se hizo a sí mismo y al que tanto le ha costado vender el producto que es, no va a cambiar así como así. Un mínimo cambio en su vida podría desmoronar todos los esfuerzos que le han llevado hasta ahí.

3. Publicidad como McGuffin

luckystrike adResulta curioso como en una serie sobre una agencia publicitaria y sobre publicistas, llega un punto en que los spots y las empresas anunciadas quedan relegadas a un segundo plano. Lo que nace como el motor de la serie, queda relegado a simple excusa para contarnos las vidas de los personajes. En ocasiones, la firma de un contrato con tal o cual empresa de renombre afecta a la vida de toda la plantilla, otras solo trastoca la rutina de uno solo, lo que si es cierto es que al final del capítulo te dará lo mismo si es Lucky Strike, Jaguar o Heinz con quien estén negociando. Lo verdaderamente importante es si Don (Jon Hamm) vuelve a estar perdido, si Peggy (Elisabeth Moss) ha tenido que dejar claro lo buena que es en su trabajo o si Joan (Christina Hendricks) es más que una mujer objeto. Irónicamente, lo menos importante es la publicidad, porque más allá del anuncio y el producto, están los personajes.

4. Tabaco y alcohol

ssSi existe espectador alguno que haya superado el primer capítulo de Mad Men sin querer saborear el amargo whiskey, mientras quema su garganta, o aspirar el dulce e intenso sabor de la primera calada de un cigarrillo, le expreso mi más profunda admiración. Y es que, el primer capítulo de esta serie enmarcada en una agencia publicitaria, Sterling Cooper, es un perfecto ejercicio de publicidad. No solo nos dan unas ganas tremendas de beber y fumar, sino que elevamos estos dos elementos a la categoría de santo y seña de la serie. Por último, marcan a fuego el primer capítulo de la serie en la memoria del espectador, ya que ningún seguidor de la misma pasa por alto que en ese episodio inicial, la empresa a la que presta sus servicios la agencia es Lucky Strike, porque nadie puede olvidar la profunda voz de Don Draper pronunciando el eterno eslogan, «It´s toasted».

5. Olson vs. Draper

Las escenas en las que Peggy y Don aparecen juntos en cada temporada, pueden contarse con los dedos de una mano. Sin embargo, existe un cordón invisible, una fuerza ajena a ambos, pero más poderosa que sus orgullos juntos, que les une y los relaciona en todo lo que hacen. Cada decisión de uno le afecta al otro. Y es que Don y Peggy son dos espejos que cuando se enfrentan provocan réplicas infinitas de una misma imagen.

A pesar de que existan secretos que uno no conoce del otro, si hay una mujer que conozca bien a Don Draper es Peggy Olson; del mismo modo que únicamente Don Draper supo ver el diamante en bruto que era Peggy y todo lo que podía llegar a ser. Esta foto, correspondiente al capítulo 5×11, titulado «The other woman», resume a la perfección la admiración y devoción que estos dos personajes sienten el uno por el otro, constituyendo una de las escenas más maravillosas de esta serie.

6. La moda

Mad Men Vestuario El Palomitrón

Si Mad Men ha conseguido convertirse en una de las mejores series es porque ha conseguido dejar huella más allá del mundo televisivo. Y cuando una serie consigue eso, significa que lo está haciendo bien. La moda es una de las artes más veneradas, a la par que accesible, por todo ser humano y el hecho de que desde hace unos años las faldas midi, las cinturas altas y entalladas, al igual que los zapatos Mary Jane fuesen rescatados de los baúles no es fruto de la casualidad. Todas querían ser mujeres susceptibles de ser deseadas por Don Draper (¿y quién no?). Lo retro y vintage se abría camino en las pasarelas para luego asentarse en los armarios de medio mundo. Podemos llamarlos hipsters, modernillos o retro, da lo mismo, pero no hace falta ser muy observador para darse cuenta de que Mad Men ha jugado un papel importante en todo ello.

7.   Mundos que cambian

mm2Los años `60 reflejan un cambio muy importante en la sociedad, al menos en la occidental. Después de dos Guerras Mundiales y otros conflictos de menos calibre, aunque no menos importante, la sociedad necesitaba empezar a luchar por lo que era justo, pero a una escala mucho más llana y necesaria. Las mujeres empezaban una lucha que, por desgracia, aún no ha ganado todas las batallas, pero ha conseguido algunas victorias muy importantes; la sociedad negra empezaba a tener voz, a pesar de los múltiples intentos de acallarla por la fuerza.

No es la única serie que en los últimos años ha reflejado estos cambios que siguen siendo importantes en la actualidad, pero Mad Men los incorpora con calma, a fuego lento, no quiere darle una perspectiva actual, no quiere que veamos todo aquello como algo que ocurrió en el pasado, sino que quiere que lo veamos como una evolución que todavía no ha terminado. Además de estos grandes cambios, la serie incluye sucesos de la historia americana como los asesinatos de las 8 enfermeras en Chicago (del que ya nos hablaba Ryan Murphy en la primera temporada de American Horror Story) o el asesinato de Kennedy. Además de enmarcar los episodios con detalles como la aparición del LSD, el boom de The Beatles o la aparición de los Hare Krishna.

8. Heroínas reales

Mujeres Mad Men El Palomitrón

A pesar de que ahora vivimos un boom de superhéroes, las mujeres de esta serie conforman las verdaderas heroínas de lo que hoy en día es una mujer. No son perfectas y eso es lo que las hace super, aunque no lleven capa ni vuelen. Son capaces de hacerse valer en un mundo de hombres, de llegar a donde nadie ha llegado antes, a que se las escuche y se las valore, aunque en alguna ocasión sigan siendo tratadas como objetos para conseguir un fin.

Para ello, para su total desarrollo, también cuentan con la ayuda de algunos hombres que miran más allá de su ombligo. Y es que si queremos que se nos tenga en cuenta y que se mire más allá de nuestro escote, también debemos aceptar que no todos los hombres son iguales, que no todos van a tratarnos mal o a desconsiderar todo lo que hagamos. Joan y Peggy conforman dos tipos de mujer muy diferente, pero muy similares en esencia. Joan realista, admitiendo el repulsivo mundo en el que le ha tocado vivir, sabiendo que su físico le va a abrir más puertas que su inteligencia; es por ello que aprovecha las oportunidades que se le brindan aunque tenga que pasar por mujer florero en más de una ocasión. Tiene claro su fin y nada ni nadie va a interponerse en el camino: todo es dónde, cómo, cuándo y con quién ella quiere, y si no es así, ella hará que lo parezca. Por otro lado, Peggy es de una nueva generación que viene dispuesta a romper moldes y hacerse valer aun sabiendo que le va a costar sudor y lágrimas. Ambas, conocen el mundo en el que se desenvuelven y aunque en ocasiones se nos presentan como enemigas, la relación de camaradería que hay entre ambas es más fuerte que ninguna otra en la serie.

Betty Draper El Palomitrón

Pero no olvidemos que donde hay heroínas, hay villanas y la reina es Betty Draper/Francis (January Jones). Ella representa todas las barreras que las mujeres han tenido que saltar, ella es todo lo que los hombres han hecho de nosotras y aunque, es cierto que en algún momento despierta algún tipo de compasión, ya que ella es fruto de la sociedad que le ha tocado, enseguida demuestra ser fría y despiadada con todo el que la rodea, reavivando el odio que todo espectador, en algún punto de la serie, ha sentido por ella.

9. Don Draper

 

Y aquí nos ponemos serios. El personaje interpretado por Jon Hamm es el centro de la serie, ya que no solo es su protagonista, sino que es la esencia y el carisma de la serie al completo. Sus secretos, sus armas de seducción, las mujeres que pasan por su vida, que no son pocas, sus momentos de éxito, pero también de debilidad, nos enseñan un hombre adulto, inteligente y guapo, con una impresionante falta de afecto que cree que va a encontrar en las sábanas de la primera que se contonea ante él.

Es cierto que en algún momento parece asentarse y tomar el control, la verdad es que nunca ha estado más perdido, pues es en su faceta de mujeriego incontrolable donde él lleva las riendas de su vida y aunque no tenga claro dónde va a acabar, no le importa en absoluto. Sus dotes para la publicidad son alabadas por sus colegas y por la competencia, al igual que su belleza es admirada por todas las mujeres que lo rodean, aunque solo dos merezcan sus respetos: su hija y Peggy. Don Draper conforma así un ser complejo y enigmático que te atrapa desde el primer minuto de visionado. Es su cara dura y seria de publicista ambicioso, en contraste con su sonrisa infantil y cándida lo que provoca que hombres y mujeres no dejen de ver la serie.

10. La silueta de Mad Men

WebMad Men ha dejado huella en el imaginario colectivo y cuando eso ocurre, siempre hay una marca, por encima de todo lo demás, que se conoce como distintivo. En este caso es la silueta de Don Draper de espaldas, recostado en su sofá, con las piernas cruzadas y pitillo en mano. Una pose que vemos repetida una y mil veces durante las siete temporadas que conforman la serie. A tal punto ha llegado a ser parte de la cultura popular, que hace unos meses, los protagonistas de la serie inauguraban un banco con la forma de la silueta en la mismísima Madison Avenue (de ahí el nombre de la serie, Mad Men era como se denominaba a los hombres que trabajaban en la Avenida Madison). Además, la guinda del pastel la ponen como siempre, Los Simpson y es que, si una serie, película, personaje o canción ha llegado a algo en la industria tiene que ser emulado, parodiado u homenajeado en la eterna y descarada serie de dibujos animados. Así fue como la serie de Matt Groening homenajeaba a Mad Men emulando su icónica cabecera.

Por todos estos motivos, Mad Men debería ser una serie de obligado visionado para todos aquellos que gocen de las series a fuego lento y detallistas. Y es que hay que estar muy locos y ser un verdadero mad men para no dejar que Draper y compañía entren en tu vida. Y por si aún queda algún escéptico que no se atreva a asomarse al mundo de la publicidad  y a esta maravillosa serie creada por Matthew Weiner, aquí dejo el tráiler de su primera temporada, elaborado por su cadena de emisión AMC.

Lorena Rodríguez


MAD MEN O LA FRÁGIL BELLEZA DE LOS SUEÑOS EN MADISON AVENUE

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Una tarde, con siete añitos, entré en el salón cuando mi madre veía El Padrino. La escena en cuestión era la del caballo y mi madre me gritó que no mirase, pero miré. Desde aquel entonces no pude dejar de mirar, de observar y soñar. Lo más cerquita que pude quedarme del cine fue haciéndome historiadora del arte. El cine es mi Tardis, un Delorean que me hace la vida real más fácil. Mi primera serie fue Urgencias, siempre fiel, a pesar de lo mal que la trató la tele. No sé decirle que no a una serie.