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FESTIVAL DE SITGES 2017: LOS HAMBRIENTOS

LOS ANTECEDENTES

Nos informaban desde el 50 aniversario del Festival de Sitges que era una de las películas que más daría que hablar en el evento y así fue, puesto que había sido galardonada con el Premio a Mejor película canadiense en el Festival de Toronto. Tras Sitges llegó a Nocturna, y dio mucho (y muy bien) que hablar del director, actor y guionista canadiense Robin Aubert (Saint Martyrs of the Damned), que se atrevía a coger el género tan manido de los zombis e innovar por todo lo alto, como también vimos con la película irlandesa The Cured, de David Freyne.

LA PELÍCULA

En Los hambrientos, el norte de Canadá, Quebec, es invadido por zombis. Un grupo de supervivientes tendrán que ver cómo sobrevivir día tras día, en un espacio totalmente rural, ambiente donde ocurrirá toda la trama. Un escenario compuesto por granjas, por bosques canadienses oscuros, solitarios y silenciosos que acogerán al espectador en la tensión más profunda, gracias también al fabuloso trabajo de fotografía de Steeve Desrosiers. El filme de Aubert, que él mismo ha escrito, es una vuelta de tuerca en el subgénero del cine de zombis. Unos muertos vivientes que son mucho más humanos que los que acostumbramos a ver en The Walking Dead, pero que sí, que al fin y al cabo terminan haciendo lo mismo que todos los zombis: correr y perseguir la carne humana para comérsela. Pero esto no queda aquí, porque Aubert es sutil en toda su historia y la dota de sutiles toques de humor negro (de los que destacamos el chiste de dos de sus protagonistas en la camioneta) e incluso de zombis que se ríen. Esos detalles hacen subir mucho más la calidad de este largometraje. Acompañado de una banda sonora de bajo presupuesto (a pesar de eso está rodada perfectamente), Los hambrientos nos trae una historia potente, más dramática que de terror, que os pondrá nerviosos y reflexivos a partes iguales.

ELLOS Y ELLAS

Entre nuestros personajes favoritos se encuentran el interpretado por Marc-André Grondin (C. R. A. Z. Y.) como Bonin, uno de los personajes que más llegamos a conocer durante la trama (y hemos de reconocer que le cogimos cariño al ver su cierto parecido a Walter White en Breaking Bad), y nuestra chica favorita, Monia Chokri (Days of Darkness), encarnando a Tania, una mujer que nos hace pasar algunos de los peores momentos de la cinta. Los personajes serán los encargados de ir haciendo ver al espectador qué es lo que realmente está pasando. Con ellos iremos aprendiendo cómo hemos vivido y cómo deberíamos haberlo hecho, al darse cuenta de que sus vidas van llegando al fin…

LA SORPRESA

Un guion sutil. ¿Por qué ese fin apocalíptico? Poco a poco iremos sabiendo de forma sutil todo lo que está pasando en esta historia, y esto es lo que nos gusta: que no nos lo den todo «masticadito».

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

La escena en la que el personaje de Tania está en medio del campo tumbada, escondida de los zombis. Una secuencia que te hace perder la respiración…

TE GUSTARÁ SÍ…

Te gustan los zombis, el cine reflexivo, sutil y paciente.

LO MEJOR

  • El planteamiento de su historia.
  • Que Bonin nos recuerde a nuestro amado Walter White.
  • Su humor negro, nada reñido con sus altas dosis de tensión.

LO PEOR

  • Si no eres paciente, se te hará algo lenta.
  • Al final los zombis hacen lo mismo que todos los zombis.

María Páez

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Periodista que considera que para ser una verdadera cinéfila tienes que ser una 007, con licencia para devorar todo el cine. Eso sí, prefiero quedarme atrapada en una cueva con Michael Myers, el payaso de It, Chucky, y la niña de El exorcista que en un palacio con princesas de cuento.