El Palomitrón

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Ficción española - El Palomitrón
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DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA FICCIÓN ESPAÑOLA 2019

A falta de Debate sobre el estado de la Nación, y de Gobierno incluso a estas alturas de 2019, El Palomitrón vuelve a hacer su particular repaso de país analizando la situación de la ficción española a final de curso. Lo primero que nos sorprende al revisar nuestro especial de 2018 es cómo la mayoría de titulares podrían calcarse a la hora de redactar este artículo: «Las generalistas tienen un problema (o dos)»; «Antena 3 se pasa a los 50 minutos»; «Vis a vis… ¿mejor 70 que 50?»; «Movistar y sus ‘películas’ de 8 episodios» o «Netflix, menos prolífica y más acertada». Quedándonos solo en el titular, parece que nada hubiera cambiado de un año a esta parte, pero lo cierto es que la industria sigue creciendo y algunos de los problemas de 2018 se han acentuado en la presente temporada.  

Grave crisis de la ficción en abierto: las generalistas no reaccionan

45-revoluciones-cap-1 - El Palomitron

Se viene anticipando en los últimos años y las cadenas generalistas parecen no ponerle remedio, o al menos no el adecuado. Las series en abierto cada vez interesan menos a una audiencia que no puede dar ya más señales de alerta a los grupos de comunicación. Y parece que Mediaset es el que está tomando mejor nota.

La fuga de espectadores de ficción de la televisión generalista al pago no solo se va a evitar recortando la duración de los episodios. En un año en el que medio mundo se ha tragado episodios semanales de casi 90 minutos gracias a Juego de tronos, creer que la audiencia va a demostrar fidelidad solo porque las series no finalicen a la 1 de la mañana es de una ceguera preocupante.

Atresmedia ha completado una temporada nefasta en cuanto a ficción se refiere justo cuando sus nuevas series han iniciado la transición de 70 a 50 minutos semanales. Ni Matadero, ni Presunto culpable ni 45 revoluciones, la serie con peor audiencia de la historia de la cadena, han obtenido buenos datos. La primera al menos tuvo un buen arranque, pero -y esto viene siendo ya una costumbre en Antena 3– el paso de las semanas supuso una fuga de espectadores insalvable para pensar en una posible renovación. 45 revoluciones y Allí abajo (con su temporada final) han sido las primeras en estrenar el formato de episodios de 50 minutos, pero la audiencia no ha reaccionado positivamente.

Telecinco, por su parte, ha salvado los muebles con los buenos estrenos de Vivir sin permiso y Señoras del (h)AMPA, no así con Los nuestros 2, Secretos de Estado y Brigada Costa del Sol. A diferencia de Atresmedia, la ficción no es el género estrella en Mediaset y se puede permitir mucho más determinados tropiezos, sobre todo si son coetáneos de un fenómeno como Supervivientes 2019. De cara al futuro, el grupo lo tiene claro: están produciendo más comedias y series procedimentales, al contrario que Atresmedia, instalada absurda y testarudamente en un género, el thriller, que pocos buenos resultados le ha dado en los últimos años. La única forma de no perder espectadores en las emisiones semanales en abierto es que no pase nada si estos se pierden episodios de una serie. 

RTVE también ha estrenado sonados fracasos como la inenarrable El Continental, aunque ha mantenido cierta fidelidad con las segundas temporadas de Estoy vivo y La otra mirada, con audiencias justas pero superiores a la media de la cadena. La gran sorpresa de la temporada ha sido La caza: Monteperdido, con cuyo éxito pocos contaban, y Cuéntame sigue sobreviviendo en las noches de los jueves a los embistes de los realities de Telecinco, aunque lejos ya de los tiempos de liderazgo y audiencias millonarias. 

TVE también ha decidido como Atresmedia reducir la duración de sus episodios, en este caso a 60 minutos ante la ausencia de publicidad, pero igualmente imita el modelo de programación de Antena 3 y retrasa el inicio de su prime time hasta las 22:45 horas. El resultado: perder espectadores por arañar unas décimas de cuota de pantalla. Tenemos fe en que durante la próxima temporada La 1 va a adelantar el prime time a las 22:00 horas y que algunas de sus series van a disputarse el liderazgo del primer tramo de la noche con El Hormiguero y la versión express del reality de turno en Telecinco.

Gran año para la comedia

El Palomitrón - El pueblo

De cinco posibles series nominadas a la Mejor comedia en los pasados Premios Feroz, solo 3 pasaron el corte de la crítica y llegaron a la lista oficial. Un dato anecdótico pero sintomático de que faltaba tanto cantidad como variedad de estilos en el género, algo que se ha corregido felizmente en la última temporada. Desde lo mainstream (El pueblo) hasta la comedia negra (Señoras del (h)AMPA), pasando por el absurdo (Justo antes de Cristo, Vota Juan), la cantidad de buenas comedias que nos ha llegado esta temporada, además de los excelentes regresos de Paquita Salas o Vergüenza, es algo a celebrar por la industria y los espectadores.

Todas ellas a la sombra de La que se avecina. Tras 11 temporadas, los vecinos de Mirador de Montepinar siguen convirtiendo a la serie de Telecinco en la más vista de la temporada a un año de su despedida definitiva.

Movistar no aprende de los errores

Hierro paisaje- El Palomitron

Veremos si el lanzamiento de Movistar Lite consigue atraer a un mayor número de espectadores a las series originales de la plataforma. A día de hoy, la mayoría son bastante irrelevantes más allá de nuestra burbuja bloguera y no forman parte de la conversación global. 

Si 2018 fue el año de los cineastas haciendo series, en 2019 ha llegado el turno de las productoras de éxito, pero ni Instinto (Bambú) ni El embarcadero (Vancouver Media) han cumplido con las expectativas. La primera no ha sido renovada y la segunda tiene pendiente de emisión su temporada final. 

A Movistar + le funcionan mejor las comedias que los dramas, de ahí que Vergüenza y Mira lo que has hecho ya sean las series veteranas del catálogo. Parecía que Arde Madrid podía sumarse a ambas, pero finalmente se quedará en una miniserie de éxito. Los fallos de comunicación de la plataforma le llevaron a anunciar la renovación del proyecto pese a no tener una segunda temporada ni en pañales. A sus creadores les honra no estirarlo si no creen en su continuidad, pero de Movistar se espera un mayor control de estos asuntos.

Del mismo modo, la desagradable polémica en torno a la no contratación de Aina Clotet en Vida perfecta, la serie de Leticia Dolera, por estar embarazada no fue bien gestionada por el grupo, que dejó toda la carga de la crisis sobre los hombros de la cineasta. Los premios que Vida perfecta se ha traído del festival Cannes Series nos siguen haciendo creer en un proyecto que nace demasiado embarrado por los continuos tropiezos comunicativos de sus responsables. 

No todos los dramas de Movistar nos han dejado regusto amargo. Y es que parece que la plataforma se guarda siempre lo mejor para su final de temporada. Si en junio de 2018 nos deslumbraron con El día de mañana, el pasado mes nos sorprendíamos con Hierro, una dignísima y muy redonda propuesta en la que todo funcionaba de maravilla. También ha sido un acierto desarrollar la versión española de Skam, que ha conectado a través de las redes con su público objetivo.

Para la próxima temporada nos espera más ficción española con lo nuevo de Mariano Barroso (El día de mañana), la ambiciosa adaptación de la novela de Julia Navarro Dime quién soy, el spin off de Merlí, la miniserie En el corredor de la muerte y la primera serie de Rodrigo Sorogoyen, ¿un nuevo caso de «película de ocho horas»? 

Netflix sigue poniendo el ojo donde la bala

PAQUITA SALAS - EL PALOMITRON

Si bien Alta mar no parece haber sido un éxito (Netflix no facilita datos de visionado) y, a la espera de toda la batería de estrenos que prepara para la próxima temporada, el gigante americano parece tener más acierto con sus pocos proyectos que su rival patrio. Élite fue un fenómeno entre el público adolescente y una de las series más maratoneadas de la plataforma los días posteriores al estreno, Paquita Salas nos acaba de regalar una excelente tercera temporada, con un episodio final que ya es historia de la ficción española, y antes del estreno de la tercera ya tenemos asegurada una cuarta tanta de La casa de papel, nuestra serie de mayor éxito global y reciente ganadora del Emmy Internacional a Mejor drama. Netflix cubre con los éxitos españoles su mediocre temporada de estrenos anglosajones.

Bambú, mejor realidad que ficción

Es sintomático el hecho que una de las productoras que más éxitos ha cosechado en las últimas temporadas esté atravesando por una mala racha con sus proyectos de ficción. El éxito de El caso Alcasser en Netflix ha sido la única alegría de Bambú, que ha batido el récord negativo de audiencias en la historia de Antena 3 con 45 revoluciones, no ha conseguido una segunda temporada para Instinto, ese thriller erótico con Mario Casas en Movistar ni ha generado con Alta mar la misma conversación seriéfila que el resto de series de Netflix.

La crisis de Bambú nos recuerda a la que vivió durante la pasada década Globomedia, hasta entonces la productora más potente de ficción española. El abuso de una misma fórmula (Gran reserva, Gran hotel, Las chicas del cable, Bajo sospecha, Tiempos de guerra, La embajada o Alta mar comparten muchos elementos narrativos), el desarrollo simultáneo de demasiados proyectos e incluso la pura mala suerte pueden responder a la actual situación de una compañía que el año pasado nos regaló la serie del año: Fariña. De los motivos de ese éxito (fue su serie más arriesgada y la menos parecida al resto) en contraposición a sus fracasos pueden sacar muchas conclusiones de cara a sus proyectos futuros. 

Globomedia salió de su mala racha con Vis a vis. ¿Será «En el corredor de la muerte«, curiosamente también ambientada en una cárcel», la que cambie la suerte de las series de Bambú?

Crece la burbuja seriéfila

Isabel Coixet - El Palomitrón

¿Podrá rentabilizar nuestra industria el amplio volumen de producción que se está desarrollando? Para la próxima temporada se espera que Movistar mantenga su ritmo de emisión mensual, al que probablemente se asemeje el de Netflix por todos los proyectos que tienen avanzados. Fox mantendrá la marca Vis a Vis con el spin off protagonizado por Maggie Civantos y Najwa Nimri, y TNT seguirá experimentando con Vota Juan y Atrapa a un ladrón

A ellos se les sumará Mediapro Studio, que con hasta 34 proyectos en desarrollo ha venido a dinamitar el concepto de producción local. Amazon mantiene sus Pequeñas coincidencias y ampliando su catálogo con series de Mediaset y HBO nos traerá sus primeras producciones originales. La plataforma sigue una estrategia de lanzamiento inicial muy similar a la de Movistar, con cineastas de prestigio (Álex de la Iglesia, Isabel Coixet) y adaptaciones literarias (Patria) para ampliar el concepto de televisión premium en España. 

Y es que si algo de lo que está pecando la tele de pago en nuestro país es de desarrollar series que podríamos ver perfectamente en abierto (Pequeñas coincidencias, El pueblo -que originalmente se iba a estrenar en Telecinco-, Las chicas del cable, Alta mar), alguna de ellas incluso pareciendo un proyecto descartado por las generalistas. Si han funcionado producciones como Paquita Salas, Vergüenza, Élite o La peste ha sido precisamente por arriesgar, innovar y darle al espectador la sensación de estar asistiendo a algo que creería imposible ver en abierto y por tanto digno de su cuota de suscripción mensual. Una enésima versión de Velvet no es lo que esperamos ver como gran estreno de primavera en una plataforma de pago.

Disney +, Apple Tv, Warner… aún no sabemos cuándo llegarán a España y qué producirán en nuestro país. Lo que parece claro es que el futuro del streaming alberga una oferta de series tan amplia y diversa como inabarcable. 

Fon López

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He crecido viendo a Pamela Anderson correr a cámara lenta por la arena de California, a una Carmen Maura transexual pidiendo que le rieguen en mitad de la calle, a Raquel Meroño haciendo de adolescente con 30 años, a Divine comiendo excrementos y a las gemelas Olsen como icono de adorabilidad. Mezcla este combo de referencias culturales en una coctelera y te harás una idea de por qué estoy aquí. O todo lo contrario.